10 opciones de comida para bebés que puedes congelar
Escrito y verificado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
Una de las ocupaciones que más nos absorbe como padres es la alimentación de los hijos. Entre pelar, sacar semillas, cortar, licuar o hervir se nos va el tiempo. Por eso hay que buscar opciones de comida para bebés que puedas congelar.
La congelación es una excelente opción para conservar la comida. Solo hay que seleccionar los alimentos correctos y seguir algunos consejos que permitan mantener los nutrientes, el sabor y la buena textura de las preparaciones.
Materiales necesarios para congelar comida para bebés
Antes de congelar la comida para bebés, debes hacer una lista de los materiales necesarios. Esto permitirá mantener el orden dentro del congelador con una máxima frescura. Según Mercedes Piquera, los alimentos al descongelarse son fieles a sus características originales, su valor nutritivo y sensorial.
Cinta adhesiva y marcador permanente
A veces nos podemos confundir con algunas preparaciones que tengan un color parecido. Por ejemplo, un puré de zanahoria y una mermelada de melocotones. Por eso es necesario identificar cada envase, colocando el nombre de la preparación y la fecha de elaboración.
Bandeja de cubitos de hielo
La forma más fácil de congelar comida para bebé, debido a sus pequeñas porciones, son las bandejas de cubitos de hielo. Las flexibles son más maleables que las sólidas al momento de sacarlas del congelador.
Si no cuentas con estas bandejas, puedes usar recipientes pequeños plásticos, para que puedas manipularlos mejor al momento de descongelar.
Moldes de magdalenas
Los moldes para muffins funcionan como las bandejas de cubito. Una vez congelada la comida para bebé se puede pasar a una bolsa de plástico para congelar o un recipiente plástico con tapa.
Bandejas para hornear galletas
También puedes usar las bandejas para galletas si quieres congelar comida para bebés, cubriendo con papel de cera o pergamino. Coloca sobre su superficie el puré con una cuchara o una bolsa cortada en una esquina para vaciar pequeñas porciones.
Bolsa para congelar
Según el profesor Roberto Massini, todo alimento congelado debe protegerse de la quemadura por frío. Esto puede manchar, dañar o deshidratar el alimento.
La bolsa para congelar es una excelente opción para proteger las pequeñas porciones de alimentos una vez congelados. Puedes usar bolsas grandes para conservar suficiente cantidad. Además, debes etiquetar con el nombre del alimento y la fecha de preparación.
¿Qué alimentos se pueden congelar?
Un equipo de ingenieros químicos explica que durante la congelación lenta se forman cristales de hielo grandes y puntiagudos. Estos pueden romper la estructura de algunos alimentos y por eso se recomienda congelarlos como papillas o en purés.
1. Calabaza
Se puede usar cualquier variedad de calabaza, como la bellota o calabaza de invierno. La revista Perspectivas en Nutrición Humana la destaca por ser rica en betacarotenos precursores de vitamina A. Su sabor dulce atrae a los más pequeños.
Debes lavarla, pelarla, trocearla y hervirla entre 5 a 8 minutos. Luego la dejas escurrir y la procesas hasta la forma de puré, en forma manual o con un procesador de alimentos.
Lee también: Cómo congelar la calabaza: trucos y consejos
2. Carne de res, pollo y pescado
Las carnes son las principales fuentes de proteínas para los bebés. Estas se deben cocinar en caldo de verduras hasta ablandarlas. Luego, se trituran y se les adiciona aceite de oliva, para convertirlas en puré.
3. Arándanos, fresas y cerezas
La doctora Garzón resalta a estas frutas como ricas en antocianinas, un pigmento bioactivo con reconocido efecto antioxidante en el cuerpo. Además, también contienen vitamina C y fibra para evitar el estreñimiento.
Puedes procesarlas frescas antes de congelar o, una vez licuadas, cocinarlas por 10 minutos. La cocción concentrará los azúcares y dará un atractivo sabor dulce a la preparación. Recuerda que debes lavarlas bien antes de procesarlas.
4. Melocotón
La Fundación Española de Nutrición destaca al melocotón por su aporte de potasio, vitamina C, carotenoides y antioxidantes. También contiene unas sustancias naturales de olor y sabor llamadas cumarinas.
Después de lavarse, pelarse y retirar la semilla, se trocea y tritura en un procesador. Se cocina por unos 15 minutos con un poco de agua, para ayudar a extraer sus azúcares naturales. Se deja reposar a temperatura ambiente, se envasa y se congela.
5. Remolacha y zanahoria
Dos raíces de temprana inclusión en la comida para bebés son la remolacha y la zanahoria. Su sabor dulce las hace preferidas entre otras para los más chiquitos de la casa.
La zanahoria contiene betacarotenos que se convierten en vitamina A, fibra y potasio. El profesor Luis Leiva comenta los beneficios nutricionales de la remolacha. Contiene azúcares, fibra, ácido fólico, hierro, potasio y antioxidantes.
Se ponen a hervir con la piel para evitar la pérdida de fitoquímicos y nutrientes que se disuelven en el agua. Una vez tiernas, se retira la piel y se convierten en puré. Al enfriar se guardan en el congelador.
6. Batata
La batata es una raíz rica en almidón, azúcares y carotenoides. Su apariencia y textura parecida a la papa la hace ideal para preparar purés.
Se lava, se retira la piel y se trocea en trozos pequeños. Luego se hierve entre 15 a 20 minutos o hasta que ablande. Se deja enfriar y se convierte en puré antes de llevarla al congelador.
7. Frijoles, lentejas y judías verdes
En la alimentación inicial de nuestros hijos no pueden faltar las legumbres. Estos granos son fuente de proteína vegetal, almidón y fibra. También son ricas en zinc, hierro, magnesio, calcio, fósforo y vitaminas del complejo B.
El tiempo de cocción de las legumbres tiende a variar según estén tiernas o no. Es recomendable remojar por unas 8 horas los frijoles secos antes de su cocción, para facilitar el ablandamiento. Las lentejas se ablandan entre 15 a 20 minutos, sin necesidad de remojar.
Una vez blandas, se pasan al procesador para convertirlas en purés. Puedes mezclarlas con un poco de ajo o cebolla para acentuar su sabor. Se conservan por mucho tiempo en el congelador.
8. Maíz
El maíz tierno es una excelente opción para triturar y congelar. Es un cereal con una buena cantidad de agua, fibra, proteínas y azúcares. Se recomienda remojarlo por 6 horas para eliminar la cascarilla que lo cubre, de difícil masticación para los bebés.
Luego se cocina durante unos 45 minutos y se deja reposar. Se tritura en una licuadora, añadiendo aceite de oliva y agua de cocción. Se obtiene una crema que debe ser colada antes de congelar.
9. Calabacín
El calabacín es un vegetal de fácil digestión y su sabor suave lo convierte en uno de los favoritos de los más pequeños de la casa. Contiene una buena cantidad de agua y fibra.
Se corta en trozos después de lavar y se sofríe en ajo, cebolla y puerro. Se puede combinar con zanahoria y batata. Luego, se lleva todo a una licuadora y queda listo para congelar.
10. Coliflor y brócoli
El coliflor y el brócoli son verduras que se pueden congelar y que pertenecen a la misma familia de crucíferas. De acuerdo con el Departamento de Agricultura y Servicio al Consumidor, el brócoli contiene vitamina A, K, folatos y vitamina C. El profesor Nicolás Pedreros resalta al coliflor como fuente de compuestos bioactivos.
Se recomienda ablandarlos al vapor durante 5 minutos. Luego, triturar y dejar enfriar a temperatura ambiente antes de congelar.
Lee también: ¿Se puede congelar el brócoli? Consejos y recomendaciones
Alimentos que no se congelan bien
No todos los alimentos se congelan bien. Algunos de ellos cambian a un color marrón desagradable o se vuelven muy acuosos y pierden sabor.
Un grupo de expertos recomienda añadir un chorro de limón o pasar el alimento por vapor durante 3 minutos para mejorar el color. Entre ellos encontramos los siguientes:
- Pera
- Aguacate
- Ciruelas
- Albaricoques
- Pepino
- Kiwi
Consejos para congelar la comida para bebés
Aquí te dejamos algunos consejos para obtener una congelación segura y sin alterar los nutrientes:
- Recipientes: deben ser seguros y de cierre hermético para que no quede ninguna ranura. Tienen que estar desinfectados y lavados con cuidado. De ser posible, esterilizar con agua caliente. Además, se deben identificar con la fecha y nombre del producto.
- Dejar un espacio adecuado al envasar: los alimentos congelados aumentan su volumen. Por esa razón, no pueden llenarse hasta arriba. Se podría derramar durante el proceso de congelación.
- Cocción de las papillas: los alimentos deben ser hervidos de manera adecuada para que la papilla o puré quede sin grumos. No se debe agregar sal y el puré ha de estar frío antes de congelar. Se les puede adicionar una cucharadita de aceite.
La comida para bebés resulta más segura, económica y nutritiva cuando se hace en la casa. Disminuye el esfuerzo de tener que prepararla a diario, congelando los purés y las papillas a granel.
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