Parábola: hormiga desmotivada

El trabajo se convierte en el segundo hogar de las personas, debido a que es el otro lugar donde más invierten su tiempo.  A causa de ello, todos tratan de disfrutar lo que hacen para que su día a día sea ameno.

De la misma manera, la intención es tener un buen ambiente laboral con los compañeros. Puesasí es como se puede estar inmerso en un ambiente agradable y cómodo.

Sin embargo, a veces los jefes solo piensan en ellos y comienzan a alterar esas buenas condiciones que ya estaban consolidadas. De esa manera, a algunos trabajadores les puede costar la cotidianidad.

En vistas de ello, hoy te traemos una parábola que demuestra esa situación. A continuación te la contamos.

La parábola de la hormiga

Una hormiga realmente disfrutaba su trabajo. Por eso, llegaba temprano, iniciaba las labores de inmediato, demostraba dedicación y rendía excelente.

En ese momento, su jefe el león creyó que si ya rendía así por su propia cuenta, con un supervisor iba a dar resultados mucho más increíbles. A raíz de ese hecho, contrató a la cucaracha.

La cucaracha tenía una gran experiencia y se reconocía por redactar informes increíbles. Fue así como desde su llegada instaló un dispositivo para monitorear la llegada y la salida de todos los empleados.

Además, solicitó una secretaria que le pudiera ayudar a reunir la documentación y a responder las llamadas. Por ello, después de varias entrevistas decidió contratar a la araña.

Los resultados de la araña fueron muy efectivos desde el principio. Tanto así, que el león le solicitó que le añadiera gráficas a esos magníficos informes que estaba presentando.

Teniendo en cuenta esa solicitud, la cucaracha manifestó que era imprescindible comprar un nuevo ordenador y una impresora. Así mismo, que era necesario contratar a un nuevo empleado que se encargara de la informática.

La situación de la hormiga

Mientras ocurrían todas esas revoluciones, la hormiga se sentía vapuleada con todas las funciones adicionales que le habían puesto. Pues el tiempo ya no le daba para nada.

Por su parte, el león contrató a una cigarra y a una pulga para que dirigieran el departamento en el que trabajaba la hormiga. Esto, debido a que el movimiento laboral había crecido y se necesitaba coordinación.

Esos dos nuevos empleados pidieron un estudio de clima laboral. Sin embargo, el león manifestó que no era posible porque el rendimiento de ese departamento ya no estaba dando las mismas ganancias.

Fue así como contrató a una lechuza para que analizara qué era lo que estaba ocurriendo. Por su parte, la hormiga seguía desmotivada y sin fuerzas para ser la misma de antes.

Finalmente, la lechuza informó que lo que ocurría era que había mucha gente en la empresa. De esa manera, se tomó la decisión de despedir a la hormiga que tantos resultados le había aportado a la empresa desde un principio.

La moraleja de la parábola

En muchas ocasiones, los líderes de las empresas solo se preocupan por las ganancias y descuidan el bienestar de sus empleados. A causa de ello, afectan su rendimiento y sus ganas de estar en ese lugar.

De igual manera, en algunos casos nunca se valora al empleado que siempre lo ha entregado todo desde el principio. Por eso, lo que se origina es que se desanime, debido a que siente que a nadie le interesan sus esfuerzos.

Por último, una gran cantidad de empresas no apoyan a sus empleados cuando se encuentran golpeados anímicamente. Lo peor de todo es que en muchas de esas situaciones los desechan y terminan de empeorar su tranquilidad mental.