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“Amor líquido”: un sociólogo explica por qué las relaciones actuales son tan frágiles

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Hoy tenemos más formas que nunca de conectar, pero las relaciones parecen cada vez más inestables. El sociólogo Zygmunt Bauman lo explica con su concepto de “amor líquido”, una idea que retrata la fragilidad de los vínculos actuales.
“Amor líquido”: un sociólogo explica por qué las relaciones actuales son tan frágiles
Escrito por Valentina Vallejo
Última actualización: 01 octubre, 2025

Actualmente, existen más maneras de conectar que antes, pero las relaciones parecen cada vez más frágiles. El ghosting, la dificultad para definir un vínculo o el miedo al compromiso son señales de una tensión que no es solo personal, sino también social. El sociólogo Zygmunt Bauman llamó a este fenómeno “amor líquido”, una manera de relacionarnos marcada por la inestabilidad emocional de nuestro tiempo.

Este “amor líquido” se entiende dentro de lo que Bauman llamó “modernidad líquida”. En el pasado, la vida estaba sostenida por bases más firmes: matrimonios duraderos, trabajos estables y comunidades que ofrecían pertenencia. En cambio, hoy en día, todo cambia con rapidez, las identidades se transforman, las certezas se diluyen y los vínculos acaban mostrando esa misma inestabilidad.

¿Qué es el “amor líquido”?

El “amor líquido” es el tipo de relación que se adapta a este entorno inestable. Son vínculos caracterizados por su fragilidad, su provisionalidad y la facilidad con la que se pueden iniciar y, sobre todo, terminar. A diferencia de los lazos del pasado, no están diseñados para resistir el paso del tiempo, sino para ser flexibles.

Estas relaciones funcionan bajo la perspectiva “hasta nuevo aviso”. El compromiso ya no se entiende como “para siempre”, sino que dura mientras se mantenga la satisfacción mutua. La puerta de salida se mantiene siempre abierta, lo que genera una tensión constante entre el deseo de unión y la necesidad de conservar la libertad individual.

¿Cómo se manifiesta esta fragilidad en las relaciones?

Aunque pueda parecer abstracto, el “amor líquido” se hace evidente en la vida cotidiana. Estas son algunas de las formas en que suele expresarse:

1. El miedo al compromiso

En un mundo que se percibe lleno de opciones, la mayoría de las veces el compromiso con una sola persona se experimenta como una renuncia a mejores oportunidades. Este “miedo a perderse algo” (FOMO) dificulta la entrega total.

La relación se vive con el temor de que siempre pueda aparecer alguien más atractivo o interesante, lo que impide darle estabilidad al vínculo.

2. La relación como producto de consumo

La lógica del mercado se ha infiltrado en el ámbito afectivo. Se buscan relaciones que ofrezcan “satisfacción” con el mínimo esfuerzo. Si la pareja presenta defectos o deja de ser emocionante, la tendencia es descartarla y buscar otra. Las personas se convierten en bienes de consumo, valoradas por su utilidad inmediata.

3. Las aplicaciones de citas como catálogo de opciones

Plataformas como Tinder reflejan esta lógica de mercado: deslizar hacia la izquierda o hacia la derecha no es solo parte del uso de la aplicación, sino una forma de elegir o descartar personas como si fueran opciones en un catálogo, fomentando una evaluación superficial. Así, cada conexión se percibe como frágil y fácilmente reemplazable.

4. La normalización del ghosting

El ghosting puede ser la expresión más evidente del amor líquido. La posibilidad de romper un vínculo de manera unilateral, sin explicaciones y sin asumir responsabilidad afectiva. La otra persona simplemente desaparece, dejando en claro lo desechable que puede volverse la conexión.

Vivir en relaciones tan cambiantes no es gratis. Este tipo de vínculos genera inseguridad y alimenta la paradoja de sentirse solo incluso estando rodeado de “conexiones” superficiales. A ello se suma el desgaste mental de lidiar con la ambigüedad constante que marcan estos lazos.

Más que dar soluciones, la reflexión de Bauman invita a mirar nuestras formas de relacionarnos sin culpas personales, entendiendo que responden a un contexto social más amplio. Aun así, siempre está en nuestras manos elegir quedarnos en vínculos frágiles o apostar por relaciones que, con paciencia y comunicación, tengan la oportunidad de crecer y sostenerse en el tiempo.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.