4 pautas para la automotivación

Poder identificar cuáles son aquellas cosas que nos absorben la energía es un primer paso para concentrarnos en aquello que nos interesa. Luego, podemos seguir otras pautas para desarrollar la automotivación.
4 pautas para la automotivación
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 02 mayo, 2023

La automotivación no es un camino de rosas; hay momentos en los que sentimos que somos capaces de «comernos el mundo», mientras que hay otros en los que nos creemos incapaces de dar un paso y salir de la zona de confort.

¿Qué podemos hacer para mantener el enfoque y el interés? Lo cierto es que el desarrollo de la automotivación forma parte de un trabajo diario y constante. Sin embargo, es lo que nos activa y nos ayuda a darle un sentido a las acciones que realizamos. Veamos algunas pautas útiles para potenciarla.

4 consejos para aplicar la automotivación

Un artículo compartido por la organización sin fines de lucro Digital Promise define la automotivación como «la fuerza que te impulsa a hacer las cosas». Esta puede estar motivada por varios factores internos y externos, como el amor por alguien, el deseo de hacer algo o, simplemente, la necesidad de dinero.

En cualquier caso, mantenerse motivado es una forma de incrementar la productividad, ser más creativo y, por supuesto, gestionar el estrés. De ahí que la automotivación se considere una habilidad importante. ¿Cómo estimularla? ¡Toma nota!

1. Fortalecer la autoestima

La automotivación también tiene que ver con la autoestima; es decir, valorarnos a nosotros mismos, respetarnos y creernos capaces. En este sentido, es importante reconocer nuestros logros y experiencias, así como aceptar nuestras dificultades y sabernos imperfectos (abandonar la pretensión de serlo).

Todo esto nos permite ponernos en movimiento y confiar en nuestras capacidades. A su vez, es clave para considerarnos merecedores de bienestar y de éxito. Pero, ¿cómo lograr una mejor autoestima? Pues bien, el mejor punto de partida es el autocuidado.

Descansar lo suficiente, alimentarnos bien, buscar un equilibrio entre el ocio y el trabajo y aprender a poner límites son algunos ejemplos.

La motivación no requiere únicamente de una mentalidad de crecimiento orientada al logro, sino también de escuchar y dar lugar a nuestras necesidades biológicas y corporales más básicas.

2. Lograr un balance entre el optimismo y la realidad

Para mantenernos motivados hay que ser capaces de considerar que nuestras decisiones y acciones nos acercan a aquello que queremos alcanzar. Quizás no nos conformamos con los resultados del todo, pero sí que nos acercan.

Es importante tener una mirada optimista del futuro y la confianza en que podremos alcanzar nuestros logros. De lo contrario, no tendría sentido ponernos en acción. Por supuesto, nos conviene identificar los obstáculos y aceptar la existencia de dificultades, pero ese no debe ser nuestro ‘lente’ principal. El pensamiento negativo no debe abrumarnos.

Por otro lado, la motivación tampoco puede descansar en la completa fantasía o en un optimismo ingenuo basado en que «las cosas se van a dar». Una frase dice que «la suerte es amiga de la acción», es decir, que se requiere de movimiento para poder aprovechar una oportunidad.

Y en este sentido, más allá de la confianza, también debemos aprender a lidiar con la frustración de que no siempre las cosas salen tal cual como las planeamos. Hay que alejar metas demasiado exigentes (casi inalcanzables) y optar por ser realistas.

3. Trabajar en el autoconocimiento

El hecho de conocerse a uno mismo también es clave para desarrollar la automotivación. Saber qué nos moviliza no solo nos ayudará a orientar nuestros esfuerzos, sino también a identificar cómo lograrlos a nivel personal.

Una revisión publicada en Annual Review of Psychology comenta que la introspección es clave para desarrollar el autoconocimiento. En particular, ayuda a construir narrativas personales beneficiosas. Además, también nos conviene mirarnos a nosotros mismos a través de los ojos de los demás y observar nuestro propio comportamiento.

Los ejercicios de introspección son aquellos que nos permiten percibir, interpretar y comprender nuestras propias emociones, pensamientos y conductas. Por ello, es fundamental para el autoconocimiento.

4. Aprender a organizarse

Otra de las pautas para la automotivación tiene que ver con apoyarse en el orden y en establecer prioridades. En el caso contrario, la sensación de no tener el control en absolutamente nada resulta agobiante. 

Entonces, para comenzar podemos plantear qué es lo que queremos lograr. Luego, tenemos que empezar a desdoblar ese objetivo en unidades más pequeñas y manejables.

Por ejemplo, quisiera aprobar un examen final de inglés. A continuación, la pregunta sería ¿de cuánto tiempo dispongo? ¿Qué debo estudiar? También identificar si estamos ‘en cero’, si solo se trata de realizar un repaso, etcétera.

En este proceso, es conveniente identificar cuál es el modo de organizarnos que mejor nos resulta; llevar una agenda, pautar un calendario o lo que nos convenga.

El hecho de poder establecer pequeñas metas, realizables y concretas, funciona como una ‘píldora’ de motivación a diario. Por último, hay que recordar que la perseverancia también es muy importante para la automotivación.



Importancia de la automotivación en nuestras vidas

La motivación es aquello que moviliza a una persona a realizar determinada actividad, mediante el uso de los recursos de los que dispone y adoptando una determinada conducta. También tiene que ver con la persistencia y la intención.

Si pensamos en la automotivación como movimiento y energía, entonces sabremos por qué es importante en nuestras vidas. Es necesario sentir entusiasmo, tener el impulso por ‘seguir caminando’ y por intentarlo.

Esto es lo que nos mantiene conectados con las actividades que realizamos; está allí para darnos un sentido, pero también para animarnos al cambio.



La motivación requiere preguntarse por la desmotivación

La automotivación tiene su contracara, que no es otra que la desmotivación. Sin embargo, pocas veces hacemos el ejercicio reflexivo de identificar qué es lo que nos desmotiva o nos absorbe la energía. Pero conocer qué es lo que no nos gusta y qué nos gustaría cambiar, nos permite encontrar puntos para actuar o espacios para intervenir.

Recordemos que este proceso tiene relación directa con la autoestima y con los estados emocionales; por ello, un período prolongado de desgano y malestar es perjudicial para la salud. En este sentido, es importante prestar atención a cómo nos sentimos y no menospreciarlo.

Una vez que seamos conscientes de aquellas cosas que nos mantienen en la disconformidad, tendremos más herramientas para pensar qué cosas queremos cambiar. Aquí, la automotivación nos dará el impulso necesario para animarnos a más y a pensar en un cambio.

En este punto, no es necesario pensar en ‘grandes hazañas’; la automotivación no tiene que ver con un giro de 180 grados. A veces, se trata de pequeñas decisiones que ya conllevan bienestar.


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