Propiedades medicinales de las plantas: ¿realidad o mito?

Escrito y verificado por la nutricionista Eliana Delgado Villanueva

Escrito por Eliana Delgado Villanueva

Última actualización: 09 octubre, 2019

Las plantas medicinales son utilizadas para prevenir y ayudar en el tratamiento de distintas dolencias y enfermedades. Existen muchos mitos al respecto, aunque efectivamente hay propiedades que sí son beneficiosas.

Una gran mayoría de estas plantas ayudan en el fortalecimiento del sistema inmunitario, permitiendo que pueda combatir y acabar con las células dañinas que puedan estar atacando nuestro organismo.

Pese a los beneficios que algunas de ellas puedan brindar, conviene recordar que en ningún momento podemos dejar de lado la medicina tradicional basada en la farmacología.

Las plantas medicinales por sí solas no curan enfermedades, puesto que sus principios activos se encuentran muy diluidos. Sin embargo, combinar un tratamiento farmacológico con plantas medicinales no suele ser negativo, excepto que un profesional de la salud indique lo contrario a un paciente.

¿Existen realmente las plantas curativas?

Es bien sabido que la gran mayoría de los principios activos utilizados en la industria farmacéutica provienen del reino vegetal. En otras palabras: las plantas poseen propiedades curativas. Sin embargo, si esto es así ¿por qué utilizamos fármacos en vez de plantas?

El problema reside en la dilución del principio activo. Es decir, la cantidad de este que podemos encontrar en una planta es mucho menor que la que encontramos en un fármaco, en el cual se encuentra concentrado.

Otro problema sería que, en muchas ocasiones, el principio activo es degradado en el estómago por los jugos gástricos o, incluso, en la saliva por la lisozima. Sin embargo, podríamos decir que una gran mayoría de las plantas presentan propiedades beneficiosas para la salud.

Una de estas plantas es el muérdago. En algunos estudios universitarios se pudo comprobar que el muérdago presenta la capacidad de fortalecer el sistema inmune de diversas maneras.

Otra planta con propiedades de este tipo es el palmito salvaje. Si bien se puede usar ante casos leves o moderados de hiperplasia benigna de próstata, se han detectado daños colaterales cuando se usa en dosis altas. Por lo tanto, son más recomendables los tratamientos con fármacos generalmente.

Por otro lado, otras hierbas muy utilizadas son las siguientes:

• Raíz de bardana: posee varias propiedades beneficiosas para el organismo, entre las que se destacan su acción antinflamatoria sobre el tracto intestinal.
• Corteza interna de olmo: como indica el Departamento de Agroquímica y Bioquímica de la Universidad de Alicante (ver bibliografía) se ha usado por mucho tiempo como remedio natural para quemaduras, artrosis, tos y faringitis. Contiene un nivel elevado de taninos.
• Ruibarbo: es una hierba muy buena para la circulación sanguínea, el hígado y el sistema digestivo en general, según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina.
• Berro: contiene cantidades importantes de nutrientes, vitaminas y grasas saludables, de acuerdo a la información publicada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
• Trébol rojo: según investigaciones científicas, su contenido de isoflavonas es positivo para los síntomas de la menopausia.

Como podemos observar, hay una gran cantidad de plantas que pueden ayudarnos a sobrellevar y prevenir ciertas enfermedades. Además, cabe destacar que la mayoría de ellas son bastante fáciles de encontrar. Más allá de esto, es conveniente consultar con un médico antes de recurrir a cualquiera de ellas.

Recuerda…

Son muchas las plantas utilizadas con fines terapéuticos. Unas se utilizan para prevenir enfermedades, otras para potenciar los efectos de los fármacos y otras para atenuar los síntomas que ocasionan. Casi todos los alimentos naturales, de una u otra forma, poseen compuestos con propiedades beneficiosas para la salud.

Sin embargo, conviene recordar que utilizar plantas medicinales para el tratamiento de una enfermedad y dejar de lado el tratamiento médico tradicional basado en fármacos puede poner nuestra vida en un serio peligro. Por lo tanto, debemos ser muy cuidadosos con las decisiones que tomamos; la opinión del profesional es indispensable en cada etapa del tratamiento.