Prueba de esfuerzo nuclear: ¿para qué se realiza?
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
La prueba de esfuerzo nuclear es uno de los estudios de radiología que se utilizan para evaluar el estado del corazón. En concreto, permite ver el flujo sanguíneo de este órgano. Se realiza en diferentes momentos, tanto en reposo como durante el ejercicio.
Puede ayudar a diagnosticar problemas de las arterias coronarias, que son aquellas que irrigan el corazón. Además, sirve para encaminar ciertos tratamientos. Por ello, en este artículo te explicamos en qué consiste y todo lo que debes saber sobre la prueba de esfuerzo nuclear.
¿Qué es la prueba de esfuerzo nuclear?
La prueba de esfuerzo nuclear es una técnica que se ha desarrollado recientemente. Permite observar cómo es el flujo sanguíneo del corazón para comprobar si existe algún área que no obtiene suficiente sangre o está dañada.
Para ello se mide el flujo en reposo y durante el ejercicio. Esto se realiza inyectando un tinte radioactivo a través de una vena, de forma ingerida o incluso inhalada. Dicha sustancia se acumula en los órganos y emite energía de rayos gamma.
Según explican los especialistas de RadiologyInfo, mediante dispositivos especiales se pueden tomar imágenes que permiten observar la estructura y función del corazón. Las más utilizadas son la tomografía computarizada de emisión monofotónica (SPECT) y la gammacámara.
Se obtienen varias imágenes. Primero durante el reposo y después durante el esfuerzo. Así se puede advertir si las arterias del corazón son capaces de afrontar la mayor demanda de oxígeno que se produce con el ejercicio.
La prueba de esfuerzo nuclear se realiza en un entorno controlado. Para generar dicho esfuerzo se suelen utilizar bicicletas estáticas o cintas de caminar. Es una técnica que, además de servir para diagnosticar, ayuda a elegir mejor el tratamiento.
¿Para qué se realiza?
Según afirman los especialistas de la Clínica Mayo, uno de los principales fines de la prueba de esfuerzo nuclear es diagnosticar la enfermedad de las arterias coronarias. Son los vasos sanguíneos que se encargan de llevar sangre oxigenada al corazón.
Estas arterias son proclives a sufrir daños a consecuencia de la aterosclerosis. Esta es una patología que consiste en la acumulación de placas de colesterol y otras sustancias en las paredes arteriales. Estos depósitos impiden que el flujo sanguíneo pase con normalidad.
Cuando realizamos un esfuerzo, el corazón necesita bombear más rápido y con más fuerza la sangre para alcanzar todos los órganos y tejidos. A su vez, las arterias coronarias también deben suministrar más sangre al corazón para que pueda funcionar de forma correcta.
Por ello, las arterias se contraen. Si existe una placa en su interior, es posible que con la vasoconstricción el flujo sanguíneo se interrumpa. Esto se pone en evidencia mediante una prueba de esfuerzo nuclear.
También puede servir para comprobar si, una vez diagnosticada la enfermedad e instaurado el tratamiento, éste funciona de manera eficaz. El abordaje habitual suele basarse en medicamentos que ayuden a dilatar los vasos sanguíneos, como la nitroglicerina.
De esta manera, la prueba de esfuerzo nuclear se suele recomendar en personas que sufren angina de pecho. Es decir, cuando hay un dolor en el pecho similar al del infarto que aparece ante esfuerzos o situaciones de estrés. También puede estar indicada si hay un electrocardiograma alterado.
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Cómo prepararse para el examen
Como lo que se desea es observar el funcionamiento cardíaco, puede ser necesario evitar ciertas sustancias y medicamentos antes de acudir. Tal y como explican los especialistas de Florida Cardiology, es importante no ingerir cafeína ni fumar antes de la prueba.
El médico debe conocer cualquier tratamiento que se esté tomando antes. Por ejemplo, ciertos inhaladores que se emplean para afecciones respiratorias pueden alterar el resultado. Por eso puede estar indicado retirarlos antes de la prueba de esfuerzo nuclear.
Del mismo modo, como ya hemos señalado, se requiere realizar ejercicio durante el procedimiento. De ahí que lo ideal sea acudir con ropa deportiva y cómoda. Se utilizan electrodos que van pegados a la piel, por lo que tampoco se debe aplicar ningún tipo de crema o loción.
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¿Cómo se realiza la prueba de esfuerzo nuclear?
La prueba de esfuerzo nuclear suele durar horas. Esto se debe a que hay que administrar el fármaco radioactivo y esperar a que se absorba por los diferentes tejidos. Una vez han pasado 40 minutos se comienzan a obtener las imágenes del funcionamiento cardíaco en reposo. Para poder obtener una idea completa, también se realiza un electrocardiograma.
Cuando ya se han tomado las imágenes en reposo se procede a realizar el esfuerzo en sí. Lo más frecuente es que se utilice una bicicleta estática o una cinta de correr. Poco a poco se aumenta la intensidad del ejercicio y se llega a un punto en el que la frecuencia cardíaca es muy elevada o empiezan a aparecer síntomas.
En ese momento se inyecta otra vez el fármaco radiactivo. Se vuelven a obtener imágenes del corazón para comprobar si alguna zona no recibe suficiente flujo sanguíneo. Como el tinte se distribuye con la sangre, las zonas menos tintadas serán aquellas que tengan algún problema de circulación.
Si en cualquier momento de la prueba el paciente comienza a sentirse muy mal se la detiene. Es frecuente que, si existe algún problema en las arterias, aparezca dolor en el pecho, mareos o falta de aire. Una vez finalizada la prueba de esfuerzo nuclear se comparan las imágenes del reposo y del esfuerzo.
Riesgos de la prueba
La prueba de esfuerzo nuclear es un método de diagnóstico que no suele tener complicaciones. Sin embargo, eso no significa que esté exenta de riesgos. Es frecuente que aparezcan síntomas derivados, como mareos, náuseas, ansiedad o dolor de cabeza.
Del mismo modo, es usual que la presión arterial baje tras el ejercicio. Por ello, el mareo puede agravarse. Aunque es más infrecuente, en algunos casos aparecen arritmias. Algunas personas pueden experimentar una reacción alérgica al fármaco radiactivo.
Resultados de la prueba de esfuerzo nuclear
Para obtener los resultados de la prueba de esfuerzo nuclear hay que comparar las imágenes del corazón obtenidas durante el reposo y durante el esfuerzo. De esta forma se observan las áreas que no han absorbido bien el tinte radiactivo.
Si se observa una zona que durante el esfuerzo no se ha tintado bien, es posible que haya alguna arteria coronaria bloqueada. Del mismo modo, si el flujo también está alterado durante el reposo puede ser que el bloqueo arterial sea grave. También sucede lo mismo cuando hubo un infarto de miocardio previo.
La prueba de elección para comprobar daños es la angiografía coronaria. Es una técnica que permite observar el interior de las arterias coronarias. Si existe una zona bloqueada se puede colocar un stent para aumentar el calibre.
La prueba de esfuerzo nuclear es útil y segura
Esta técnica permite comprobar el funcionamiento del corazón y el estado de sus tejidos. No solo ayuda a diagnosticar patologías cardíacas, sino que puede servir para encaminar mejor el tratamiento.
Además, es una prueba segura que tiene escasa probabilidad de complicaciones. No obstante, es muy importante que se sigan las instrucciones antes y después para poder obtener unos resultados adecuados.
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