¿Cómo puedo alejarme de una relación destructiva?
Las relaciones, sobre todo las de pareja, son muy importantes para nosotros. Por eso, en muchas ocasiones nos aferramos a imposibles. Sin embargo, cuando nada va hacia delante y la relación es tóxica, ¿cómo puedo alejarme de una relación destructiva?
Una relación destructiva es aquella que acaba contigo. Con tu autoestima, con tus ganas de hacer lo que antes tanto te emocionaba. Termina con tus sueños, tus pasiones e incluso con tu sonrisa. Incluso puede hacer que cada vez que te mires en el espejo te preguntes: «¿Qué me ha pasado? Yo antes no era así».
Es verdad, antes no eras así, porque antes no estabas en una relación que merece un buen punto final. El problema es que esto es algo difícil de hacer. Por eso, hoy descubrirás cómo puedes alejarte de una relación así.
¿Es posible alejarse de una relación destructiva?
La respuesta a esta pregunta es «sí». No es fácil, no se consigue de un día para otro, pero tomar la decisión de alejarse y abandonar una relación que tan solo te está haciendo daño es posible.
No obstante, para ello tienes que reflexionar y tener claros los puntos que a continuación trataremos.
Ellos te brindarán la claridad suficiente para observar las relaciones destructivas desde una perspectiva que te ayudará a ver las cosas más claras.
El respeto y la confianza son la base de la relación
Parece que sabemos que el respeto y la confianza son la base de la relación. Pero ¿cuántas vemos toleramos un mal gesto, una humillación pública, insultos e incluso maltrato, infidelidades y mentiras que nos hacen desconfiar?
Si estos dos elementos no están en una relación, esta no llegará a buen puerto. No se trata de estar siempre pendiente de que la otra persona cumpla con ellos a base de celos y de control.
Se trata de tener los ojos abiertos para que, a la primera señal de incumplimiento de los mismos, podamos reconocer que estamos en una relación que no nos está haciendo bien.
Nadie va a cambiar al otro
Si te cuesta alejarte de una relación destructiva, tal vez sea porque mantienes la esperanza de que el otro cambie, pero ¿sabes qué? Aquí nadie va a cambiar.
Las personas son como son y así tenemos que aceptarlas. No podemos moldearlas o hacer que se adecuen a lo que nosotros esperamos, buscamos o queremos.
Si no es lo que deseamos, podemos decir «adiós» tranquilamente. Sin embargo, intentar cambiar a alguien es un gasto de energía inútil.
La libertad es necesaria
«Eres mío», «sin ti no soy nada», «antes de ti no era feliz»… Todas estas frases que lanzamos a la ligera hacen que las relaciones se basen en la posesión y que coarten la libertad de las personas implicadas.
- Libertad no significa ser infiel ni engaño ni «no me quieres».
- Libertad significa que puedes amar libremente, sin depender y sin que dependan de ti, sin exigir, sin no poder dedicarte tiempo para ti…
- Si no hay libertad, no hay equilibrio, y si no hay equilibrio, los días están contados.
Las creencias que me impiden alejarme de una relación destructiva
Creer que nuestros padres o abuelos aguantaban mucho más que ahora en las relaciones, considerar que hay que perdonar determinadas cosas en nombre del «amor», creer que por los hijos uno debe sacrificar su felicidad estando con alguien que lo hace sufrir…
Todo esto, sumado al miedo a la soledad, al concepto que tenemos de amor como posesión, la costumbre e incluso la falta de autoestima, hacen que una relación destructiva se prolongue más de lo que debiera.
Sin embargo, al final todo se cae por su propio peso. La otra persona nos acaba dejando. Se enamora de alguien y nos abandona, nos da semejante paliza que nos manda para el hospital y le ponen una orden de alejamiento…
Muchos son los resultados que puede haber si no ponemos distancia y empezamos a tomar decisiones con respecto a una relación destructiva.
La gran pregunta es: ¿merece la pena aguantar tanto?
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.