¿Qué es la ablación endometrial y para qué se realiza?

La ablación endometrial es un procedimiento seguro que en la mayoría de los casos resulta eficaz. La misma puede reducir la fertilidad y también hacer muy riesgoso o, incluso, inviable un embarazo.
¿Qué es la ablación endometrial y para qué se realiza?
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 10 julio, 2023

La ablación endometrial es un procedimiento quirúrgico que se realiza para extirpar el endometrio. Este es un revestimiento del útero que, en condiciones normales, sirve para alimentar al feto si se produce la fecundación.

En cada ciclo menstrual, el endometrio se engrosa por acción de las hormonas estrógeno y progesterona. Si no hay fecundación, el endometrio, junto con sangre y mucosidad, se convierte en el flujo menstrual que se expulsa durante la regla.

El objetivo de la ablación endometrial es minimizar el flujo menstrual cuando este es excesivo o demasiado prolongado. Este procedimiento se puede llevar a cabo en un consultorio médico o en una sala de cirugía.

¿Cuándo se recomienda la ablación endometrial?

Mujer con dolor menstrual.
La ablación endometrial se lleva a cabo en caso de reglas abundantes, prolongadas o cuando existe sangrado entre periodos.

En términos generales, la ablación endometrial se lleva a cabo cuando una mujer presenta menorragia. Esta es una condición en la cual la menstruación es muy abundante, prolongada o hay sangrado entre dos periodos. En casos severos, esto impide las tareas cotidianas o provoca anemia.

Se considera que el sangrado es excesivo  cuando una mujer debe cambiar sus productos sanitarios (toallas higiénicas o tampones) cada hora. Se dice que es prolongado si dura más de siete días. Una de las vías para solucionar estos problemas es a través de la ablación endometrial.

Este procedimiento no se recomienda si una mujer quiere quedar embarazada  en el futuro, ya que a veces puede afectar la fecundidad. Muchas otras veces lleva a que si hay fecundación, se produzca un aborto involuntario o un embarazo de alto riesgo.

La ablación endometrial no es recomendable para las mujeres postmenopáusicas o que presenten alguna de estas dificultades:

  • Infección pélvica activa.
  • Cáncer en el útero.
  • Ciertas anomalías en el útero, a juicio del médico.

Preparación previa

Es muy importante informarse muy bien antes de realizarse una ablación endometrial. Es bastante probable que sea necesario firmar un consentimiento antes de esta cirugía. Lo más común es que previo al procedimiento se lleven a cabo las siguientes acciones:

  • Una prueba de embarazo. La cirugía no se puede llevar a cabo si hay gestación.
  • Biopsia del endometrio. Se realiza para descartar la presencia de cáncer en el útero.
  • Retiro del dispositivo intrauterino, si lo hay.
  • Adelgazamiento del endometrio. La ablación endometrial es más exitosa si el revestimiento es delgado. Se adelgaza con medicamentos o mediante un procedimiento de dilatación y legrado.
  • Analizar las opciones de anestesia. Esta puede ser local o general según el procedimiento que se realizará.

En los días previos al procedimiento, es posible que se prohíba la ingestión de algunos medicamentos. A veces se ordena un medicamento para dilatar el cuello del útero unas 8 a 12 horas previas a la cirugía. Por otra parte, es posible que no se pueda beber o comer de 6 a 12 horas antes de la intervención.

¿Cómo es el procedimiento?

Hay varias técnicas para llevar a cabo la ablación endometrial. Todas tienen por objetivo destruir el tejido endometrial  y lo logran de diferentes maneras. Dentro de ellas, se encuentran las siguientes:

  • Electrocirugía. Se lleva a cabo con un dispositivo llamado resectoscopio y un instrumento que emplea calor.
  • Crioablación. Se utiliza una sonda alargada para aplicar frío extremo.
  • Líquido caliente fluido. Se introduce líquido salino caliente en el útero por 10 minutos.
  • Balón térmico. Se inserta un globo en el útero, se infla y se calienta.
  • Microondas. Se inserta una sonda que genera energía de microondas.
  • Radiofrecuencia. Se lleva a cabo con un dispositivo flexible que emite energía de radiofrecuencia.

Las diferentes técnicas conforman dos grandes grupos: procedimientos que emplean histeroscopio o resectoscopio y las demás. De acuerdo con ello, la ablación endometrial se lleva a cabo como se explicará enseguida.

Pasos iniciales en todas las técnicas

En primer lugar, se le solicita a la paciente que se despoje de la ropa y se ponga una bata de hospital. Luego, se le coloca una vía intravenosa en la mano o en el brazo. Después, debe acostarse en la posición que se adopta para un examen pélvico.

El médico introduce un espéculo para separar las paredes de la vagina y permitir que el cuello del útero quede expuesto. El cuello uterino se limpia con una solución antiséptica. De ahí en más, hay ligeras variaciones según la técnica empleada.

Técnicas que emplean histeroscopio o resectoscopio

Las técnicas que emplean histeroscopio o resectoscopio son: electrocirugía, microondas y líquido caliente fluido. El procedimiento en estos casos se lleva a cabo de la siguiente manera:

  • Se aplica la anestesia.
  • En algunos casos, se inserta una sonda urinaria.
  • A veces se emplea un instrumento llamado tenáculo, similar a un forcep, para mantener el cuello uterino firme mientras se realiza el procedimiento.
  • Se introduce una serie de varas, cada una con mayor diámetro que la anterior, para ampliar la abertura del cuello uterino e introducir el histeroscopio o el resectoscopio.
  • A veces se introduce una solución líquida o un gas para llenar el útero y facilitar la visualización.
  • Se introduce y pone en acción el instrumento o la sustancia de ablación para destruir el tejido.
  • Se bombea todo el líquido hacia afuera y se retiran los instrumentos.

Otras técnicas

Las otras técnicas corresponden a la ablación endometrial con balón térmico, la crioablación y la radiofrecuencia. En este caso, se llevan a cabo los pasos iniciales y además las siguientes acciones:

  • Se adormece el área mediante un medicamento aplicado en inyección local.
  • A veces se introduce una sonda uterina para establecer la longitud del útero y del canal cervical. Luego, se retira.
  • Se inserta, según el caso, un globo de silicona, una malla triangular de electrodos o una sonda que produce temperaturas muy frías.
  • Se destruye el tejido del endometrio a través de líquido caliente en el globo, energía de radiofrecuencia o frío extremo, según la técnica empleada.
  • Se retiran los instrumentos.

Recuperación después del procedimiento

La expulsión de flujo sanguinolento es uno de los síntomas posteriores a la intervención.

Después del procedimiento, la paciente es trasladada a una sala de recuperación donde debe permanecer en observación por un par de horas. Cuando los signos vitales sean estables, es dada de alta o remitida a una habitación, según el caso.

Lo habitual es que después de la ablación endometrial se presenten los siguientes síntomas.

  • Cólicos. Son similares a los cólicos menstruales y duran, por lo general, entre uno y dos días. Se controlan con analgésicos de venta libre.
  • Flujo vaginal. Hay una secreción acuosa mezclada con sangre, más abundante al comienzo y cada vez menos profusa. Suele permanecer por una o dos semanas.
  • Necesidad de orinar con frecuencia. Este síntoma tiene lugar durante las primeras 24 horas tras el procedimiento.

Lo habitual es que se puedan retomar las actividades normales tras un par de días. No se deben tener relaciones sexuales, usar tampones o hacerse duchas vaginales durante los siguientes dos a tres días. Es posible que se recomiende no realizar esfuerzos o actividades extenuantes por una semana.

Riesgos y complicaciones

La ablación endometrial es un procedimiento seguro que rara vez tiene complicaciones. En muy contados casos puede presentarse alguna de las siguientes condiciones:

  • Perforación de la pared uterina o de los intestinos.
  • Lesiones térmicas en el útero o la pared intestinal.
  • Edema pulmonar; es decir, acumulación de líquido en los pulmones.
  • Embolia pulmonar: un bloqueo de la circulación sanguínea dentro del pulmón.
  • Desgarro del cuello uterino.
  • Infección o sangrado.
  • Daño por lesión térmica a la vagina o a la vulva.
  • Reacción alérgica.
  • Fracaso de la ablación endometrial. Es decir, el endometrio vuelve a crecer de manera anormal tras la cirugía.

Es necesario buscar atención médica si tras el procedimiento se presenta alguno de los siguientes síntomas:

  • Fiebre o escalofríos.
  • Secreción con mal olor.
  • Dolor excesivo en la zona.
  • Sangrado excesivo.
  • Sangrado después de dos días de realizada la cirugía.
  • Dificultad para orinar.

Consulta con tu médico para tomar una decisión

La gran mayoría de las mujeres dejan de tener menstruaciones abundantes o prolongadas después de la ablación endometrial. Se estima que entre un 30 y 50 % dejar de tener menstruación por completo. Esto es más frecuente en las mujeres mayores.

Las mujeres más jóvenes tienen mayor riesgo de necesitar un segundo procedimiento. Es importante enfatizar que la ablación endometrial no se debe realizar si se planea tener un embarazo. Tampoco es conveniente en mujeres con riesgo de desarrollar cáncer de útero.


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