¿Qué significa "ser madre de una hija"?

Ser madre de una hija implica más que ofrecerle un modelo de feminidad y maternidad. Significa ayudarle a construir su papel individual y social en el mundo impulsando su propio criterio para tomar decisiones y sentirse plena.
¿Qué significa "ser madre de una hija"?
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Bernardo Peña

Última actualización: 29 agosto, 2022

Con bastante frecuencia se dice que ser madre es una bendición, independientemente de qué sexo tengan sus hijos. Sin embargo, meditar en el significado de ser madre de una hija es algo que puede resultar enriquecedor e inspirador.

A continuación descubriremos, paso a paso, qué implica ser madre, las responsabilidades y también, todo los beneficios que reporta. Además, reflexionaremos sobre algunos aspectos que, tal vez, habíamos pasado por alto al pensar en la maternidad.

Ser madre es una bendición y un reto. Es un viaje lleno de aprendizajes y cambios. Por ello mismo, se trata de una experiencia capaz de contribuir tanto con el desarrollo personal de la mujer como de aquellos que conviven con ella: hijos, pareja, familiares, etc.

Mamá como referente e hija como inspiración

Los progenitores son referentes para sus hijos durante sus primeros años de vida. Por ello, muchas madres son conscientes de la gran influencia que pueden ejercer (de forma positiva) sobre sus hijos y aprovechan eso para reforzar el vínculo afectivo y construir una relación en la que no solo exista amor maternal, sino también, respeto, confianza, honestidad y otros buenos valores de vida.

En este mismo orden de ideas, es posible apreciar que en muchos casos, el hecho de ser madre de una hija también puede suponer una gran motivación para la madre a la hora de ser mejor persona y no solo mejor “madre”. Y eso es algo que puede contribuir con la salud mental y emocional de todos en el hogar.

Por otra parte, se suele decir que la identificación y comprensión de las emociones es más fuerte entre madre e hija por el esquema emocional. Por eso, ser madre de una hija puede suponer una relación de confianza y crecimiento mutuo mucho más estrecha entre ellas.

 

Complicidad entre madre e hija
La maternidad entre madre e hija.

 

La influencia de la madre en su hija

La autora Gemma Cánovas Sau en su libro El oficio de ser madre. La construcción de la maternidad señala que “según se desarrolle la relación madre-hija, así será la piedra angular de la futura maternidad”.

Aunque dicha construcción no solo se pone de manifiesto en el desempeño de la maternidad de la hija, sino que también forma parte de su propia feminidad. Tu hija querrá ser como tú pues serás su modelo de mujer a seguir.

Serás su primera amiga, su fuente de inspiración y principal referente femenino. En este sentido, recuerda que través de la madre, una hija aprende los roles de la mujer en el mundo, su comportamiento y actitud.

El rol de madre es elemental en los primeros años de vida de la niña pues ella aprende tu modelo de conducta; también absorbe conductas como la empatía, el cariño, la ternura, y una forma muy ambigua de lo que es la maternidad.

Abrazo de madre e hija
La relación entre madre e hija es muy importante.

 

Sin embargo, es muy importante que antes de educar a tu hija te conozcas a ti misma. Es fundamental que evalúes los puntos que deseas enfatizar o aquellas conductas y modelos que no te identificaron como persona. De esta manera, harás un buen trabajo para ser madre de una hija.

La responsabilidad de los padres y el significado en las hijas

En el artículo Dinámica familiar en familias con hijos e hijas, las autoras señalan que ambos padres son quienes más promueven las diferencias de género.

Tanto el padre como la madre marcan la pauta en la vida diaria sobre el tipo de trato, responsabilidades, correcciones, tipos de juguetes y juegos entre niños y niñas.

Al pensar que debe existir una clara diferencia entre hijos e hijas, los padres promueven la desigualdad de oportunidades, expectativas y libertades. Como resultado, esta situación provoca la imposición de estereotipos con respecto a la personalidad de cada pequeño.

Estereotipos femeninos y masculinos

En la sociedad existen determinadas construcciones o moldes que tanto hombres y mujeres deben seguir. Normalmente dichos estereotipos están compuestos por prejuicios. No obstante, el lado positivo es que pueden cambiar con el paso del tiempo.

Por ejemplo, a la mujer se le asocia con valores morales como la bondad, decencia y sumisión. Debe resistir el acoso de los hombres por su fragilidad y dependencia emocional y física. Además debe reconocer que la vida sentimental y emotiva la anula; o que no puede defenderse por sí misma, entre otros rasgos.

Por otro lado, ser hombre supone tener mayor capacidad de autonomía, agresividad, fuerza. Debe ser un buen proveedor, responsable y disciplinado; pueda ganarle la voluntad a la mujer y cuidar de ella. En este modelo, no es necesario enseñarle trabajo doméstico, ni que aprendan a reconocer su ser emocional, sexual y espiritual.

¿Por qué meditar sobre los roles de género?

Los rasgos y valores que señalamos en párrafos anteriores son solo estereotipos que no figuran en todas y cada una de las familias. Sin embargo, sí están presentes en la sociedad en la que vivimos y es importante tenerlos en cuenta para saber qué es posible trabajar y mejorar por el bienestar común de la familia y no solo la relación entre padres e hijos.

Por otro lado, no se trata de enfrentar a unos con otros, o tratar de hacer un ser humano que mezcle y distorsione estas atribuciones socioculturales.

El hombre y la mujer son, necesariamente, seres humanos diferentes, pero complementarios. Tenemos una base biológica diferente, y esto nos hace ser como somos. Hay que respetar la diversidad, sí, pero toda la diversidad.

Mamá e hija trabajando juntas la tarea
Siempre hay que educar inteligentemente sobre los roles de género.

Aunque la sociedad dicte cómo debe ser una madre o una hija, debemos reconocer que lo que realmente interesa es el bienestar y la satisfacción de la propia persona. Por esa razón, ser madre de una hija implica amor, respeto y comprensión.

También, como madre es importante cuestionarse y meditar sobre la concepción propia de lo que significa ser mujer. El resultado nos guiará en la decisión de si deseamos criar a una hija en tales estereotipos o no.

Por otro lado, la intención de realizar este proceso no es descalificar los métodos de crianza heredados. El objetivo de este análisis radica en extraer lo mejor de estos para inculcar dichos principios en ella.

¿Qué significa ser madre de una hija?

Como hemos visto, ser madre implica más que vestir a tu hija con vestidos bonitos o jugar a ser la mamá con bebés de juguete. Ser madre de una hija significa ayudarle a conocer y construir su papel individual y social.

También significa impulsar su capacidad para que forme su propio criterio; que pueda sostener su pensamiento frente a otros con seguridad; así como poner límites siempre que sea necesario sin dejar de lado la sensibilidad.

Este proceso requiere que la madre respete el espacio de la hija para que esta exprese su feminidad con libertad. Por otra parte, es necesario dejar de proyectar en ella las expectativas que no se pudieron alcanzar.

Recuerda, al inicio, cuando ella era pequeña, tú fuiste su espejo. Sin embargo, también podrás verte a través de ella en cuanto sea una mujer. Que ella sea plena y feliz es el significado de ser madre de una hija.


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