¿La avena te queda viscosa? Así logras una textura cremosa y ligera

En la búsqueda de una bebida que acompañe las mañanas o refresque las tardes, la avena fría se revela como una opción ideal: ligera, saciante y nutritiva. Más suave que un batido espeso y con más beneficios que un café helado, esta preparación tiene todo para convertirse en favorita.
Eso sí, lograr una textura agradable no siempre es fácil. Muchos intentos caseros terminan con una mezcla viscosa y poco apetecible, debido a la liberación del almidón presente en la avena. Al licuarla, el calor y la fricción de las cuchillas activan estos almidones, espesando la bebida más de lo deseado. Esta guía te enseña cómo evitar ese resultado y conseguir una avena fría perfectamente cremosa, fluida y deliciosa.
1. Reúne los ingredientes esenciales
Toma nota de los ingredientes que necesitas para dos porciones de una bebida de avena más suave, fluida y agradable al paladar:
- 1/2 taza de copos de avena tradicionales (evita la avena instantánea, ya que puede volverse más viscosa).
- 2 tazas de agua muy fría.
- 1 o 2 dátiles sin hueso o 1 cucharada de sirope de arce (opcional, para endulzar).
- Una pizca de sal (un paso pequeño pero clave para realzar todos los sabores).
2. Realiza un lavado inicial
Coloca la avena en un colador de malla fina y enjuágala bajo el chorro de agua fría. Remuévela suavemente con la mano o una cuchara para ayudar a liberar el almidón. Continúa hasta que el agua salga clara.
3. Haz un remojo rápido y enjuague final
Transfiere la avena lavada a un bol y cúbrela con agua fría. Déjala reposar durante 15 minutos. Luego, escúrrela nuevamente en el colador y enjuágala bien bajo el grifo para eliminar el almidón restante.
4. Licúa por poco tiempo
Combina la avena ya enjuagada, las 2 tazas de agua fría, el endulzante que hayas elegido y la pizca de sal en el vaso de la licuadora. Licúa a alta velocidad, pero no más de 30-40 segundos. Es mejor quedarse corto que pasarse de tiempo.
5. Cuela sin exprimir
Vierte la mezcla a través de un colador de malla fina o, para un resultado más sedoso, una bolsa para leches vegetales. Deja que el líquido escurra por sí solo o presiona la pulpa muy suavemente con una cuchara. Evita exprimir la pulpa con fuerza, ya que esto liberará más almidón y arruinará la textura.
Un detalle que vale la pena considerar es que, aunque colar la avena mejora la textura de la bebida, también se pierde parte de la fibra que suele aprovecharse mejor cuando se consume entera.
Tip extra
Aunque el agua funciona muy bien para una bebida ligera, puedes reemplazar parte o toda el agua por leche, ya sea de vaca o una alternativa vegetal como almendra, coco o anacardo, para lograr una textura más rica y cremosa. También puedes añadir una cucharada de mantequilla de almendra o de maní para potenciar aún más esa cremosidad.
Preparar bebida de avena en casa no solo permite ajustar su sabor y textura a gusto personal, sino que también abre la puerta a experimentar con ingredientes, métodos y variantes que la hacen única. Con un poco de atención en los detalles, esta preparación sencilla puede convertirse en una opción versátil y cotidiana, ideal para quienes buscan alternativas más naturales y personalizadas en su alimentación.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.