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Rehabilitación de la rodilla tras una operación de menisco

5 minutos
El proceso de rehabilitación de la rodilla tras una operación de menisco se debe iniciar casi de forma inmediata. No es conveniente posponer los cuidados y ejercicios de recuperación, ya que se puede ver comprometida la movilidad.
Rehabilitación de la rodilla tras una operación de menisco
Sergio Alonso Castrillejo

Revisado y aprobado por el farmacéutico Sergio Alonso Castrillejo

Última actualización: 12 julio, 2024

La rehabilitación de la rodilla tras una operación de menisco es un proceso que se puede extender por algunas semanas de acuerdo al estado de salud del paciente y el tipo de lesión. Su objetivo principal es ayudar a recuperar la funcionalidad de la articulación, pues el cartílago articular debe adaptarse a vivir sin el menisco.

Este periodo es bastante importante para los deportistas, ya que les permite reanudar su actividad deportiva sin dificultades. Además, es clave para recuperar el tono y la fuerza muscular, lo cual previene el desarrollo de complicaciones o nuevas lesiones.

Es normal que los pacientes tengan algunas dudas antes de empezar esta etapa del tratamiento. Por eso, para aclarar en qué consiste y cuando se inicia, vamos a repasar en detalle sus aspectos más relevantes.

¿Por qué se producen lesiones en el menisco?

El menisco es un fibrocartílago que se encuentra ubicado entre el fémur y la tibia, por lo que le da flexibilidad y capacidad de rotación a la rodilla. Asimismo, ayuda a la estabilidad a esta articulación y facilita la distribución correcta de la carga del peso del cuerpo.

La lesión de meniscos más común se produce por movimientos de giros o un mal apoyo. Sin embargo, también puede ser el resultado de una afección degenerativa, es decir, que empeora con el paso del tiempo.

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¿Cómo es una operación de menisco?

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Los métodos quirúrgicos para intervenir la rodilla han evolucionado con el paso del tiempo. Aunque aún se realizan cirugías abiertas, es más frecuente una operación por artroscopia, que hace parte de las técnicas que se catalogan como “mínimamente invasivas”.

Este procedimiento moderno disminuye hasta en un 50 % el riesgo de infecciones y permite una recuperación más rápida. Para su realización, el médico utiliza anestesia local o raquídea y realiza una incisión en la rodilla. Luego, a través de esta, hace la inserción de un artroscopio.

Este instrumento quirúrgico, que es del tamaño aproximado de un lápiz, permite conocer el alcance de la lesión mediante una pequeña cámara. Tras hacer el reconocimiento, el profesional procede a usar otros elementos de cirugía para extraer o reparar el área del menisco dañada.

¿Qué objetivos tiene la rehabilitación de la rodilla?

Considerando que la rodilla es una estructura compleja y delicada, es fundamental considerar un proceso de rehabilitación completo tras atravesar por una operación de menisco. Pasar por alto este soporte de recuperación deja la articulación susceptible a nuevas lesiones.

En general, los objetivos del proceso de rehabilitación de la rodilla son los siguientes:

  • Estimular el flujo sanguíneo de la zona para acelerar el proceso de recuperación.
  • Aliviar la rigidez articular que se produce como efecto secundario de la inmovilización.
  • Prevenir la atrofia y debilitamiento de los músculos afectados por la inactividad.

¿Cuándo empezar la rehabilitación de la rodilla?

La rehabilitación de la rodilla tras una cirugía de menisco debe empezar lo antes posible. Aunque se puede andar con el menisco roto y reparado casi de inmediato, tan pronto como finaliza la intervención es primordial aplicar algunos ejercicios y cuidados que son determinantes para la recuperación. Los ejercicios de rodilla deben comenzar a las 24 horas después del procedimiento.

Plan de rehabilitación de la rodilla tras una operación de menisco

Tras ser sometidos a una intervención de carácter traumatológico, como es el caso de la artroscopia, es esencial acceder a un plan de rehabilitación de la articulación. Este tratamiento complementario se debe ejecutar de forma progresiva, de acuerdo a las características y evolución de cada paciente.

De igual manera, estos aspectos tienen mucho que ver en el tiempo necesario para la rehabilitación del menisco. Así pues, mientras que puede durar 3 o 5 semanas cuando es el menisco interno, también se puede extender por 7 semanas si se trata del menisco externo.

Cuidados después de la cirugía

Las primeras medidas para la rehabilitación de la rodilla se comienzan a aplicar justo después de la operación. Se trata de una serie de cuidados y hábitos que permiten disminuir la inflamación antes de intentar recuperar la movilidad de la articulación. Estos incluyen:

  • Mantener la rodilla elevada.
  • Poner hielo en la zona afectada.
  • Utilizar medicamentos analgésicos y antiinflamatorios para calmar el dolor.
  • Utilizar muletas para evitar apoyar todo el peso sobre la pierna intervenida.

Ejercicios de rehabilitación

Gran parte de la rehabilitación de la rodilla ocurre con los ejercicios que se realizan bajo la supervisión de un fisioterapeuta. Estas actividades pretenden sanar la rodilla y ayudar a reanudar las actividades que se ven interrumpidas por la lesión.

A la hora de seguir este tratamiento es importante tener en cuenta varios aspectos:

  • El programa de ejercicio se debe acompañar con otras medidas terapéuticas y preventivas.
  • Las actividades elegidas tendrán que adaptarse al tipo de lesión e intervención realizada.
  • La rutina de entrenamiento debe atravesar una serie de fases en las que no es posible avanzar sin antes cumplir una serie de objetivos. Cada una de estas fases tendrá que diseñarse de acuerdo a la edad, condición física y posibles enfermedades del paciente.
  • Pasarán muchas semanas antes de que el paciente puede hacer ejercicios de alta intensidad. En las primeras 6 semanas no podrá gatear, colocarse en posición de cuclillas o arrodillarse.

Como ya lo dijimos, el periodo de rehabilitación varía en cada paciente. Hay que considerar que no todos responden igual a los ejercicios y terapias establecidos. Sin embargo, lo que sí es seguro es que la recuperación es mucho más corta cuando se trata de un proceso artroscópico y no de una cirugía convencional.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.