¿Sabías que el exceso de higiene es perjudicial para la salud?
Escrito y verificado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
Es bien sabido que todo en exceso es malo; esto también aplica con los buenos hábitos. Sí, y aunque parezca algo sorprendente para muchos, el exceso de higiene es perjudicial para la salud.
Ciertamente, la afirmación anterior puede resultar incongruente en relación con los buenos hábitos que todos conocemos. Lavarse las manos varias veces al día, desinfectar superficies con regularidad o tomar al menos una ducha al día son algunos de ellos.
Pese a ello, existe una diferencia sustancial entre una higiene correcta y un exceso de higiene. La primera es útil para evitar infecciones y promover la salud en general, la segunda puede generar justo lo contrario. Veamos qué dicen los científicos al respecto.
¿Qué significa exceso de higiene?
Se entiende por exceso de higiene a todas aquellas prácticas, hábitos y acciones que llevan al extremo las recomendaciones básicas de limpieza y aseo personal. Esto es, hábitos aparentemente beneficiosos como lavarse las manos o tomar una ducha se practican de forma desmedida durante la jornada diaria.
El exceso de higiene no siempre se relaciona con un trastorno patológico. En efecto, no todos aquellos que lavan sus manos de manera desproporcionada padecen de misofobia (miedo a la suciedad, los virus y las bacterias). Aunque puede darse el caso, muchos lo hacen solo porque han leído o escuchado que se trata de un hábito saludable.
A menudo el exceso de higiene se practica de forma inconsciente. Para ser más precisos, con el tiempo la regularidad con la cual se pone de manifiesto hace que el sujeto termine por asimilarla como normal. También es común que se recrimine la higiene de los demás, aun cuando la de estos se ajusta a los patrones considerados como saludables.
Resulta difícil determinar cuándo existe un exceso de higiene propiamente dicho, así como diferenciarla de una fobia o un trastorno obsesivo-compulsivo. En principio, el exceso de higiene no ocasiona una angustia tal que incide en el bienestar los sujeto. Esto sí ocurre en los demás casos. Como ya advertimos, se asocia con múltiples consecuencia para la salud.
¿Cómo nos afecta el exceso de higiene?
El exceso de limpieza podría hacer que el sistema inmune pierda funcionalidad, ya que este se refuerza cuando tiene que trabajar para combatir los patógenos que se encuentran en el ambiente.
Cuando limpiamos con demasiada frecuencia, perdemos parte de la barrera protectora de nuestra piel, quedando así a merced de muchos microorganismos. En pocas palabras: nos estamos exponiendo a que nos ataquen bacterias acumuladas en los objetos, así como diversos virus que nuestro sistema inmune desconoce.
De hecho, un bebé al cual no se le permite tocar el suelo y al que se le mantiene en un ambiente exageradamente limpio, crecerá con un sistema inmune más débil y le costará más trabajo adquirir la resistencia necesaria para combatir ciertas enfermedades, hasta algo tan simple como un resfriado. Los expertos han denominado esto hipótesis de la higiene.
Otra de las desventajas que se presenta con la práctica inadecuada de la limpieza es lograr que los patógenos se acostumbren a los productos que se utilizan con regularidad. Y cada vez adquirirán mayor resistencia, por lo que tendremos que recurrir a nuevos productos mucho más fuertes.
Por otra parte, un problema que se ha agravado en los últimos años es la piel sensible. Según una revisión sobre el tema, se estima que las alteraciones de la barrera protectora de la piel y los mecanismos inmunitarios pueden estar implicados. De igual modo, es bien sabido que el uso excesivo de ciertos productos de limpieza puede causar irritación, dermatitis, purito y otras complicaciones similares.
Otro estudio destaca que hay un posible vínculo entre el exceso de higiene y el desarrollo de alergias. En el mismo se observa que los niños que han estado más expuestos a alérgenos y bacterias en su primer año de vida muestran menos probabilidades de sensibilización alérgica.
¿Cómo evitar el exceso de higiene?
Los niños más pequeños, durante su primer año de vida, sólo deberían bañarse una vez al día, empleando agua y un jabón especial. Al respecto, se debe preferir uno muy suave, neutro y no usarlo con mucha frecuencia.
Las mascotas también podrían ser protectoras, para ayudar a fortalecer nuestro sistema inmunitario. Según un estudio, los niños con perro tienen menos probabilidades de sufrir asma cuando crecen. Aunque aún falta profundizar sobre este tema.
Por otro lado, las partes del cuerpo que más pueden sufrir las consecuencias del exceso de higiene, son la piel y el sistema respiratorio. Por tanto, una forma muy sencilla de mantener la piel sana es hidratarla. Te dejamos con otras reflexiones para evitar la obsesión por la limpieza y la higiene personal:
- No tomes más de una ducha al día. Además, procura que esta no se prologue más allá de 5 minutos.
- No compres productos de limpieza y de higiene personal que contengan una gran cantidad de químicos.
- Evita leer o ver contenido relacionado con virus o bacterias a nuestro alrededor. Hacerlo puede incrementar tus impulsos.
- Considera practicar actividades que despejen tu mente. Hacer ejercicio, por ejemplo, puede hacerte olvidar tu necesidad por limpiar.
- Reduce tu compra de productos para la limpieza. Haz una lista antes de ir al supermercado y anota en ella solo lo necesario.
La higiene en equilibrio
Si bien es cierto que la suma de un entorno en malas condiciones y la falta de aseo personal pueden llegar a promover diversos tipos de problemas (infecciones mayormente), es evidente que el polo opuesto también puede tener sus consecuencias en la salud.
Hay que aprender a mantener un equilibrio y evitar caer en los extremos. Tanto desde el punto de vista de la higiene personal, como del entorno en el que nos desenvolvemos; ya sea en nuestra casa o en el trabajo.
En este sentido, es necesario evitar limpiar más allá de lo necesario, ya que se corre el riesgo de que se produzca el efecto contrario al que se busca, que por supuesto, es mantener una buena salud. ¡No lo olvides!
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