Logo image

El patrón de habla que revela deterioro cognitivo temprano, según un nuevo estudio

3 minutos
La velocidad al hablar puede convertirse en una pista clave para detectar cambios sutiles en la salud cerebral y abrir la puerta a diagnósticos más tempranos.
El patrón de habla que revela deterioro cognitivo temprano, según un nuevo estudio
Última actualización: 07 octubre, 2025

¿Alguna vez has pensado que la forma en que nos comunicamos podría sugerir cómo está nuestra salud mental? Hace poco, una investigación identificó un patrón de habla que está asociado al deterioro cognitivo: hablar más lento de lo normal.

El estudio, publicado en la revista Journal of Clinical and Experimental Neuropsychology, analizó la velocidad del habla en personas mayores con diferentes niveles de función cognitiva. Los investigadores encontraron que los adultos con deterioro cognitivo leve tienden a hablar más despacio que aquellos con función mental normal, incluso cuando no hay síntomas de olvidos o dificultades de lenguaje.

Este hallazgo podría cambiar el panorama actual de enfermedades como el Alzheimer, que hasta ahora se asocia a fallos de memoria, desorientación o cambios del comportamiento, síntomas que suelen aparecer cuando el daño cerebral ya está avanzado.

¿Cómo se midió el patrón de habla en el estudio?

Se le pidió a los participantes comunicarse con fluidez, describir imágenes y contar historias para medir el tiempo que tardaban en formular sus frases y la cantidad de palabras por minuto. Los adultos conversaron con los evaluadores sin mostrar errores gramaticales ni hacer pausa por falta de vocabulario.

Aquellos con deterioro cognitivo leve hablaban más despacio de forma consistente, como si el cerebro necesitara más tiempo para organizar y expresar ideas. Esto podría cambiar la manera en que los médicos diagnostican problemas de memoria, ya que muchas pruebas requieren equipos especializados o estudios de imágenes. Mientras que evaluar el ritmo de habla podría ser una herramienta accesible, rápida y no invasiva para identificar el riesgo de deterioro cognitivo.

Una conversación grabada durante una consulta o por una aplicación alertaría sobre cambios sutiles de la función cerebral, y ayudaría al profesional a derivar a las personas para evaluaciones más profundas antes que los síntomas empeores.

¿Qué sigue después del estudio?

Los resultados son prometedores, pero los autores del trabajo advierten que todavía se requieren más investigaciones para validar el patrón de habla en otros tipos de poblaciones y entornos clínicos reales. Además, falta diferenciar entre la lentitud causada por factores emocionales, como la depresión o la ansiedad, y la que está vinculada al deterioro cognitivo.

A pesar de esto, los expertos en neuropsicología cognitiva apuntan que evaluar el ritmo del habla podría integrarse en sistemas de salud preventiva, sobre todo en adultos mayores, para monitorear cambios sutiles en la comunicación a lo largo del tiempo.

Contar con herramientas simples y efectivas para identificar enfermedades neurológicas antes de que se manifiesten, puede marcar una gran diferencia en un mundo donde las tasas de envejecimiento siguen aumentando.

Hay que tomar los hallazgos con precaución. Hablar más despacio no significa siempre deterioro cognitivo. Existen diferentes factores que pueden afectar la velocidad del habla, como el estado emocional, el cansancio o la audición. Por esto, si observas algún cambio persistente en la forma de hablar tuya o de un familiar, conviene consultar a un médico. Solo la valoración profesional puede determinar las causas de los síntomas e indicar tratamiento.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  1. Wei, H. T., Kulzhabayeva, D., Erceg, L., Robin, J., Hu, Y. Z., & Chignell, M. (2024). Cognitive components of aging-related increase in word-finding difficulty. Aging, Neuropsychology, and Cognition, 31(8), 987–1019. https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13825585.2024.2315774

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.