Santo Tomás de Aquino: principales aportes y pensamientos

Santo Tomás de Aquino (1225-1274) fue un teólogo y filósofo católico considerado el principal representante de la tradición escolástica medieval; una corriente teológico-filosófica que defendía la compatibilidad entre razón y fe religiosa. Aunque solo vivió cuarenta y nueve años, su obra escrita es muy extensa. En ella se reflejan una variedad de temáticas, desde cuestiones metafísicas hasta reflexiones políticas.

La Iglesia católica constantemente reafirma la importancia de la obra de este filósofo para comprender las enseñanzas sobre la revelación cristiana. De hecho, en 1957 fue nombrado Doctor de la Iglesia por dicha entidad.

A continuación, veremos quién fue este gran pensador y cuáles fueron sus aportes más relevantes.

Breve biografía de Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino nació en 1224 o 1225 en Roccasecca, un castillo ubicado entre Roma y la ciudad de Nápoles. Fue hijo del conde Landolfo y la condesa Teodora, ambos pertenecientes a la nobleza italiana. Por ello, esperaban que Tomás se convirtiera en una persona influyente.

Alrededor de los 5 o 6 años fue enviado a la abadía de Montecasino como oblato, para comenzar su educación en artes liberales. Allí inició su aprendizaje de gramática, moral, música y religión, hasta que en 1239 el emperador Federico II decretara la expulsión de los monjes.

A partir de allí, el joven continuó sus estudios en la Universidad de Nápoles, donde entró en contacto con la lógica aristotélica. En 1924, a la edad de 19 años, decide unirse a la recién creada Orden de Predicadores o Dominicos.

Esta decisión contrarió a su familia, quienes esperaban que Tomás sucediera a su tío como abad de Montecasino. A pesar de las protestas de su familia, terminó convirtiéndose en dominico.

En 1245 acude a la Universidad de París, donde se formó en filosofía y teología de la mano de Alberto Magno. En 1248 fue nombrado profesor y durante 3 años ocupó una de las cátedras dominicas en la Facultad de Teología.

Los siguientes 10 años estuvo enseñando en varios lugares de Italia. Hasta que fue enviado de vuelta a París para enfrentar la gran oposición que se había alzado en contra de su figura y doctrina.

Terminada su labor en Francia, Tomás de Aquino regresó a Nápoles. Falleció el 7 de marzo de 1274, de camino al Concilio de Lyon, en la abadía cisterciense de Fossanova, por una enfermedad repentina.

Principales aportes de Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino hizo contribuciones sustanciales en diversos campos, especialmente en metafísica, ética y teología. A continuación, veamos los más relevantes.

Compatibilidad entre fe y razón

En la Edad Media predominaba la creencia de que la fe y la razón eran dos entidades incompatibles, por lo que era imposible una relación entre ambas. No obstante, Tomás de Aquino refutó aquella concepción tan aceptada por las personas religiosas.

En su obra Summa contra gentiles defiende que tanto la fe como la razón son creaciones de Dios. Por lo tanto, puede haber una perfecta relación y armonía entre ambas.

Para el Aquinate, tanto el mundo natural como el sobrenatural son obras de Dios. Ambos no se pueden considerar como separados o contradictorios, pues proceden del mismo creador.

En este sentido, la fe y la razón, a pesar de ser dos cosas distintas, no se contradicen. Se pueden obtener conocimientos y verdades a través de ambas.

Lo naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de pensar en su falsedad. Y menos aún es lícito creer falso lo que poseemos por la fe, ya que ha sido confirmado por Dios.

Leyes naturales sobre la ética

Tomás de Aquino tuvo uno de los sistemas éticos mejor desarrollados. Abordó temas como la axiología, las pasiones, la teoría de la virtud, la ética normativa, la ética aplicada, el derecho y la gracia.

Entre las aportaciones éticas más destacadas encontramos la distinción de cuatro tipos de leyes, las cuales son definidas por el autor como “una prescripción de la razón, en orden al bien común, promulgada por aquel que tiene el cuidado de la comunidad”. Las dividió en las siguientes:

• Ley divina: todos los mandamientos divinos que solo se pueden conocer por medio de la revelación.
• Ley eterna: provista por el orden que Dios ha establecido para el universo y que es irrefutable.
• Leyes humanas: reglas aprobadas por las autoridades legales para que “se modere la audacia humana, quede protegida la inocencia en medio de los malvados y se refrene en estos”.
• Ley natural: se trata de un conjunto de principios morales básicos enraizados en la naturaleza humana y que se pueden conocer mediante la razón.

Prueba de la existencia de Dios

Otra de las mayores aportaciones de Santo Tomás de Aquino es su prueba lógica de la existencia de Dios, a través de lo que hoy se conoce como cinco vías. Esta prueba parte del análisis de lo tangible y las experiencias vividas (los efectos), para conocer la causa primera (Dios).

Su prueba es tan completa y sistemática que ha opacado a Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona o Anselmo de Canterbury, convirtiéndose en el modelo de la filosofía clásica respecto a este punto.

Cristianización de la obra aristotélica

Santo Tomás de Aquino también es reconocido como uno de los pioneros en la introducción de la filosofía de Aristóteles a la escolástica (corriente que concilia la razón con la fe). Con esto, hizo compatibles a la filosofía y a la teología, disciplinas que para su tiempo se consideraban contradictorias.

Aportes a la metafísica

Santo Tomás de Aquino también le dio un giro a la metafísica, apoyándose en las ideas que Aristóteles abordó dentro de esta disciplina. El Aquinate defendió que cada ser tiene en su composición una esencia y una existencia. En este caso, asoció la esencia, por ser limitación, con la potencia aristotélica; y la existencia, por ser perfección, con el acto.

La independencia de la existencia respecto a la esencia radica en la cuestión de la contingencia de los objetos y de toda metafísica en general. Además, contribuyó con esta disciplina al profundizar en conceptos claves de la misma, tales como el ser, la existencia, la entidad, la relación, el tiempo y el espacio.

Un filósofo católico que cambió el paradigma

Santo Tomás de Aquino fue un erudito que marcó un antes y un después en la filosofía católica y en la teología, en tanto que concilió dos entidades que hasta entonces se creían incompatibles (fe y razón). De allí que sea considerado una de las figuras más influyentes para la Iglesia católica.