Sistema nervioso parasimpático
Escrito y verificado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
El sistema nervioso parasimpático (SNP) es una división del sistema nervioso autónomo y es el encargado de controlar las funciones y actos involuntarios.
Los centros nerviosos de origen de las neuronas que constituyen el sistema están situados tanto en el encéfalo como en la región lumbar de la médula espinal. Ambas estructuras son pertenecientes al sistema nervioso central (SNC).
La principal función del sistema nervioso parasimpático es la producción y el restablecimiento de la energía corporal. A continuación, desarrollamos la anatomía así como las distintas funciones que ejerce en el organismo el SNP.
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Anatomía y fisiología del sistema nervioso parasimpático
Al igual que el resto de estructuras nerviosas que comprende el sistema nervioso autónomo, las del SNP están compuestas por sistemas de dos neuronas, preganglionares y posganglionares. Para entrar en contexto, hemos de decir que las neuronas son células especializadas en la transmisión de impulsos electroquímicos.
A grandes rasgos, las neuronas constan de tres partes. El cuerpo celular o soma equivaldría a la cabeza de la neurona y contiene los principales orgánulos celulares. Del mismo modo, el axón, es decir, la cola a través de la cual viaja el impulso nervioso.
Por último, las dendritas, que son estructuras filamentosas que parten del soma. Su función es recibir el impulso nervioso de neuronas vecinas.
Los cuerpos celulares de las neuronas preganglionares residen dentro del SNC. Mientras que sus axones se extienden a ganglios periféricos localizados fuera del SNC, donde transmiten el impulso nervioso, sinapsis, a las neuronas posganglionares.
Los axones de este segundo tipo de neuronas parten hacia el órgano diana al que han de dar la orden que corresponda.
Neurotransmisores y receptores
Los neurotransmisores son las moléculas con las que se comunican las neuronas.
En la región terminal de su axón una neurona libera neurotransmisores, los cuales serán interceptados por las dendritas de la neurona adyacente. Este proceso desencadena una respuesta en la segunda neurona, que puede ser la transmisión de un nuevo impulso nervioso.
El neurotransmisor por excelencia en el sistema nervioso parasimpático es la acetilcolina. Esta molécula es liberada en la brecha sináptica. Esto es el espacio físico que separa la región terminal de una neurona de las dendritas de la neurona adyacente.
Entonces, será recogida por la neurona correspondiente. Esto es posible gracias a que las dentritas disponen, en su membrana, de unos receptores específicos para estos neurotransmisores, los llamados “receptores nicotínicos“.
Casi todas las neuronas posganglionares parasimpáticas segregan acetilcolina. Por otro lado, todos los órganos diana del SNP expresan otro tipo de receptor para este neurotransmisor. Estos son los receptores muscarínicos, que segregan del mismo modo la acetilcolina. Esto desencadena diversas respuestas en función del órgano diana del que se trate.
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Funciones del sistema nervioso parasimpático
A continuación se detallan los diversos efectos que ejerce el SNP sobre los órganos diana.
Ojos, vejiga y corazón
En primer lugar, promueve la constricción de las pupilas al estimular la contracción del músculo circular del iris. Las fibras parasimpáticas también estimulan la contracción del músculo ciliar que conduce a la relajación de la lente, lo que nos permite enfocar la vista en objetos cercanos.
Sobre el corazón, el SNP ejerce diversas funciones, como una reducción de su contractilidad, así como la disminución de la frecuencia cardíaca.
El SNP controla la contracción del músculo detrusor, músculo que constituye la práctica totalidad de la vejiga. También la relajación del esfínter uretral interno, promoviendo de este modo la micción.
Secreción glandular
Las glándulas lagrimales, salivales, gástricas e intestinales, son también estimuladas por el SNP. Este promueve una secreción acuosa. Por lo tanto, el SNP es responsable de regular la secreción salival y la secreción de ácidos gástricos, así como de promover las secreciones intestinales tanto del intestino delgado como del intestino grueso.
Motilidad gastrointestinal
La motilidad gastrointestinal no depende del SNP estrictamente, pero las fibras parasimpáticas pueden modularla, en cierta medida. Del SNP dependen la peristalisis, es decir, las contracciones del estómago y los intestinos. Así como la relajación de los esfínteres gastrointestinales.
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