Cuáles son los tipos de mechas que existen y cómo elegir la ideal

Cambiar el color del cabello no siempre implica un giro drástico. A veces, lo que realmente transforma una melena es una buena técnica de mechas: ese toque de luz y dimensión que aporta movimiento sin teñirla por completo.
Aunque el balayage, las babylights o el ombré son las más populares, existen técnicas menos conocidas —pero igual de favorecedoras— que pueden adaptarse mejor a tu tono de piel, tipo de cabello y estilo personal. Conocerlas puede marcar la diferencia entre un resultado predecible y uno que realce tu belleza natural.
1. Mechas babylight

Las mechas babylight son una técnica de coloración diseñada para aportar luz y dimensión al cabello de forma delicada y natural. Se inspiran en el color claro y uniforme que suelen tener los cabellos de los niños pequeños, de ahí su nombre.
La técnica consiste en aplicar mechones muy finos —mucho más delgados que en unas mechas clásicas— desde la raíz hasta las puntas. Esto permite obtener un efecto de aclarado sutil y sin contrastes bruscos, que aporta brillo, volumen y un aire rejuvenecido, sobre todo cuando se concentran en las zonas frontales para enmarcar el rostro.
Una de sus principales ventajas es su versatilidad: pueden adaptarse a cualquier color base ajustando el tono y la cantidad de aclarado. En cabellos rubios, se funden con suavidad y aportan matices perlados o dorados. Entre tanto, en melenas castañas u oscuras crean un contraste más sutil y definido, sin perder naturalidad.
2. Mechas balayage

Es una de las técnicas más solicitadas por su acabado natural y efecto difuminado. El balayage —que en francés significa «barrido»— consiste en aplicar el color a mano alzada desde medios hasta puntas, creando un degradado suave que imita el aclarado natural del sol en el cabello.
Como resultado, se obtiene una transición progresiva de color, de oscuro a claro, que aporta luminosidad, dimensión y movimiento a la melena sin cortes bruscos. A diferencia de otras técnicas, no se utilizan papeles ni gorros, lo que da al colorista mayor control para personalizar el efecto según el corte o la forma del rostro
Esta técnica se adapta a todo tipo de cabello —liso, ondulado o rizado— y funciona con cualquier color base: rubio, castaño o pelirrojo. Además, es ideal para quienes buscan un cambio sutil y de bajo mantenimiento, ya que el crecimiento no deja una línea marcada en la raíz y permite espaciar más los retoques.
Para potenciar su efecto, puede combinarse con cortes en capas o peinados con ondas suaves que reflejen la luz.
3. Mechas flamboyage

Originaria de Italia, la técnica flamboyage es una fusión entre el balayage y el ombré, que logra un efecto degradado, natural y luminoso desde la raíz hasta las puntas. Se trabaja a mano alzada, sin papel aluminio, lo que permite una integración más suave de los tonos.
A diferencia de otras técnicas, utiliza colores similares al tono base, aportando reflejos delicados que iluminan el rostro y dan dimensión a la melena. Su resultado se aprecia sobre todo en cabellos rubios o castaños claros, donde consigue el efecto sunkissed tan deseado.
Además de aportar luz y suavidad, este tipo de mechas son ideales para disimular el crecimiento, ya que los diferentes tonos se funden entre sí y crean una transición imperceptible. Por eso, es una excelente opción para quienes buscan una coloración de bajo mantenimiento con acabado profesional.
4. Mechas face framing

Las mechas face framing, también conocidas como «mechas de maquillaje» o chunky lights, son una técnica que consiste en aclarar estratégicamente los mechones frontales que enmarcan el rostro. Su función principal es iluminar y resaltar las facciones, aportando un efecto rejuvenecedor inmediato sin necesidad de teñir toda la melena.
A diferencia de técnicas como el balayage, las babylights o las mechas californianas —que se distribuyen de forma más amplia por todo el cabello— esta se concentra en los laterales del rostro. La aplicación localizada permite jugar con las luces y sombras de manera intencional, como si se tratara de un contouring capilar.
El resultado es una melena más luminosa, dinámica y favorecedora, ideal para refrescar el look sin comprometer el color de base. Suele trabajarse bajando uno o dos tonos respecto al color natural para generar contraste y crear ese efecto de «foco de luz» a ambos lados del rostro.
5. Mechas chunky

Las mechas chunky regresaron con fuerza desde los años 90, trayendo un estilo audaz y llamativo que contrasta con las técnicas más difuminadas como el balayage o las babylights. Se caracterizan por ser mechones gruesos y bien definidos, aplicados en la zona frontal para enmarcar el rostro con dramatismo.
Este tipo de coloración juega con el claroscuro de la melena: combina dos tonos que generan un efecto bitonal marcado, ideal para quienes quieren destacar y romper con lo convencional. Aunque son versátiles y se adaptan a todos los tonos de cabello, su impacto visual es mayor en bases oscuras combinadas con rubios, platinados o incluso colores fantasía.
Este estilo requiere mantenimiento frecuente, ya que el contraste es evidente y la decoloración puede alterar el tono con los lavados. Se recomienda retocar y matizar cada 4 a 5 semanas para mantener la intensidad y brillo del color.
6. Mechas money piece

Las mechas money piece son una técnica de coloración que destaca los mechones frontales del cabello con tonos más claros que el resto de la melena, con el objetivo de iluminar el rostro y realzar las facciones. A diferencia del face framing, apuesta por un contraste más marcado, convirtiéndose en el foco visual del peinado.
La aplicación se realiza en los mechones que enmarcan el rostro, aclarándolos desde la raíz con reflejos o babylights en tonos rubios, miel, caramelo o incluso fantasía. Favorece a rostros redondos o con poco ángulo, ya que las líneas verticales alargan y afinan a nivel visual.
Lucen mejor en melenas con raya al medio o lateral, y se pueden potenciar con ondas suaves para reflejar mejor la luz. Al tratarse de una técnica visible desde la base capilar, conviene retocar el color cada 4 a 6 semanas y usar productos protectores del color para mantener el brillo y evitar que los tonos viren.
7. Mechas californianas

Las mechas californianas revolucionaron la estética capilar en los años 70 y siguen siendo populares por su efecto luminoso y playero. A diferencia de técnicas como el balayage o el melting, presentan un contraste mucho más marcado entre la raíz y las puntas.
Se inspiran en el efecto natural del sol sobre el cabello tras largas exposiciones al aire libre, donde se aclaran progresivamente los medios y las puntas, mientras las raíces permanecen intactas. Para lograrlo, se realiza un degradado ascendente: la raíz conserva su tono natural y el color se aclara hacia las puntas, que pueden alcanzar rubios muy claros o platinados, según el tono base.
Funcionan bastante bien en cabellos castaños y rubios oscuros, y se adaptan con facilidad a todo tipo de texturas, desde lisas hasta rizadas. En cualquier caso, es crucial matizar bien las puntas para evitar tonos oxidados o amarillentos con el tiempo.
El uso de champú matizante y tratamientos nutritivos ayuda a conservar el brillo y la salud de los cabellos sometidos a esta técnica.
8. Mechas ombré

La técnica ombré —que en francés significa «sombreado»— crea una transición de color gradual, pero con mayor saturación desde medios hasta puntas. Su principal diferencia con el balayage es que el degradado es más marcado, aunque sigue siendo controlado.
Es un estilo que permite utilizar tanto tonos suaves y naturales —como miel, caramelo o cobre— como colores más intensos o fantasía —como platinados, lilas o incluso azules— según el nivel de contraste deseado. Se prefieren para cabellos lisos o ligeramente ondulados porque crean un efecto de alargado y aportan profundidad.
Es fundamental matizar bien para evitar que las puntas adquieran tonos indeseados. Además, conviene usar productos sin sulfatos y aplicar tratamientos hidratantes con frecuencia para mantener la suavidad y el brillo en las zonas decoloradas
9. Mechas sombré

Las mechas sombré son una evolución más suave y delicada de las tradicionales mechas ombré. Su nombre proviene del término «soft ombré», y se caracterizan por lograr un degradado de color muy natural, con transiciones casi imperceptibles entre la raíz y las puntas.
En contraste con el ombré clásico, que presenta un contraste más marcado, el sombré utiliza tonos uno o dos niveles más claros que el color base, consiguiendo un efecto difuminado sutil que aporta dimensión y profundidad a la melena sin resultar agresivo.
La clave de esta técnica está en su delicadeza: las raíces se aclaran de forma sutil en lugar de mantener un color oscuro, lo que evita cortes visuales bruscos. Además, se emplean varios matices a lo largo del cabello para conseguir textura, movimiento y un acabado ultra natural que parece besado por el sol.
10. Mechas shatush o cardadas

El shatush es una técnica que aclara el cabello de forma sutil, creando un degradado suave y natural. También se llaman mechas cardadas, y a menudo se confunden con las babylights debido a su acabado. No obstante, en estas se «crepa» el cabello antes de aplicar el calor para difuminar la transición entre el tono natural y el aclarado, en especial hacia las puntas.
Para llevarlo a cabo, no se utiliza papel aluminio y el cabello se trabaja en secciones previamente cardadas. Los tonos pueden ser uno, dos o hasta tres niveles más claros que el color de base, de acuerdo al efecto deseado. La idea es obtener un degradado suave, sin líneas marcadas, y con un efecto de luz que recuerda al rubio natural de la infancia.
Se destacan bastante en melenas castañas o rubias oscuras, medianas o largas, ya que el degradado se aprecia mejor. También es una excelente opción para quienes se inician en la coloración y no quieren un cambio drástico.
11. Mechas melting

Las mechas melting son una técnica que ha ganado popularidad por su capacidad para lograr una transición suave y natural entre distintos tonos. El color se difumina desde la raíz, creando un degradado progresivo sin líneas visibles ni divisiones marcadas.
Se realizan después de aplicar otras mechas —como balayage o babylights— y consiste en mezclar varios tonos de color que se funden entre sí. El resultado es una melena con reflejos multidimensionales, un efecto aclarado sutil hacia las puntas y una apariencia más uniforme, como si el color «se derritiera» en el cabello.
Aunque puede trabajarse con tonos muy rubios, lo ideal es mantenerse dentro de una paleta natural —miel, caramelo, arena, castaños cálidos— para conservar la armonía y evitar un contraste artificial.
12. Mechas tiger eyes

Inspiradas en los matices dorados, miel y caramelo de la piedra semipreciosa ojo de tigre, estas mechas están pensadas para realzar las melenas morenas con calidez y dimensión. Se aplican mediante técnicas como el balayage o el hair contouring, fusionando los tonos cálidos con la base natural del cabello para un efecto luminoso y multidimensional.
Son ideales para cabellos castaños medios a oscuros y combinan muy bien con pieles cálidas o neutras, ya que los reflejos dorados y caramelo suavizan los rasgos e iluminan el rostro.
Para mantener la riqueza del color, es preferible usar champús sin sulfatos y tratamientos nutritivos que potencien el brillo. Como el crecimiento de raíz apenas se nota, permite espaciar los retoques entre 3 y 4 meses, lo que la convierte en una opción de bajo mantenimiento y gran impacto visual.
13. Mechas fantasía

Las mechas fantasía son una técnica de coloración que apuesta por tonos no convencionales —como rosa, azul, verde, lila o combinaciones arcoíris— inspirados en el arte pop, la cultura anime y las estéticas alternativas.
Se aplican sobre el cabello previamente decolorado para lograr una base neutra que potencie la intensidad del color, ya sea en secciones completas, puntas, franjas internas o degradados. Para ello, se emplean tintes semipermanentes o fantasía, por lo general veganos y sin amoníaco.
14. Mechas woodlights

Las mechas en tono avellana se han vuelto tendencia por su capacidad de iluminar el cabello con un acabado cálido y elegante. Al no requerir decoloración intensa, son más amigables con la fibra capilar, en especial en cabellos finos o debilitados. Son ideales para bases castañas o rubias oscuras que desean más luz sin perder naturalidad.
15. Mechas umbrella

Las mechas umbrella o umbrella highlights es una de las tendencias innovadoras en coloración capilar. Esta técnica inversa consiste en teñir la capa superior del cabello en un tono oscuro y la inferior en un color fantasía o vibrante, creando un contraste atractivo que se revela al mover o recoger el pelo.
Inspiradas en la estética alternativa, el arte urbano y el juego visual del color block, se aplican dividiendo el cabello en secciones horizontales y trabajando cada capa con tonos distintos sobre una base sometida a decoloración previa.
16. Mechas curlyage

Son una adaptación del balayage pensada para resaltar cabellos rizados u ondulados. Su finalidad es realzar la textura del rizo con reflejos estratégicamente ubicados. Se aplican a mano alzada, respetando la forma natural del cabello desde medios hasta puntas, para lograr un degradado suave y luminoso sin alterar la raíz.
17. Mechas écaille o tortoiseshell

Inspiradas en los matices de una concha de carey, las mechas écaille o tortoiseshell son una evolución más sofisticada del ombré tradicional. Esta técnica aporta reflejos cálidos y multidimensionales, distribuidos con precisión desde la mitad del cabello hacia las puntas, sin crear contrastes marcados.
Su efecto de aclarado es más sutil y progresivo que el de las mechas californianas. Se trabaja con una paleta rica en tonos miel, caramelo, dorado, castaño claro, chocolate y caoba, que se entrelazan entre sí para lograr una transición natural de color. El objetivo es generar una luminosidad suave que simule cómo el sol aclara el cabello de forma irregular y auténtica.
Es ideal para bases castañas o rubias oscuras, ya que permite jugar con tonos cercanos al color natural sin perder armonía. Requieren poco mantenimiento gracias a su aplicación difuminada. Basta con retocar cada 3 o 4 meses y utilizar mascarillas con pigmento dorado.
Cómo saber qué tipo de mechas te favorece más
Seleccionar el tipo de mechas adecuado no solo depende de la técnica de aplicación, sino también de una correcta armonización entre el color del cabello y la piel. El subtono —ya sea cálido, frío o neutro— actúa como una guía cromática fundamental para definir los matices que más favorecen al rostro, aportando luminosidad, equilibrio y naturalidad al resultado final.
Subtono cálido
Las pieles cálidas presentan matices dorados, melocotón o amarillentos. Tienden a broncearse con facilidad y se ven favorecidas por colores que potencien esa calidez natural.
Tonos recomendados: miel, caramelo, avellana, cobre y dorado suave.
Técnicas recomendadas
- Tiger eyes, por su riqueza de tonos cálidos integrados.
- Balayage en gamas doradas para una transición natural y luminosa.
- Mechas shatush o melting con reflejos cálidos para añadir profundidad.
Subtono frío
En este caso, la piel tiende a mostrar matices rosados, azulados o grisáceos. Por lo general, se enrojece con el sol y armoniza mejor con tonalidades frías o neutras.
Tonos recomendados: rubio ceniza, arena, platino y perla.
Técnicas recomendadas
- Babylights en tonos fríos para un efecto sutil y elegante.
- Ombré o melting con degradados fríos que generen contraste sin dureza.
- Face framing o money piece en rubios perla para destacar los contornos del rostro.
Subtono neutro
Las pieles neutras combinan características de ambos subtonos, lo que permite una mayor versatilidad al momento de trabajar con color. El resultado dependerá del contraste deseado y de los matices dominantes del tono de base.
Tonos recomendados: arena, moka, beis cálido o frío y tonos intermedios de miel.
Técnicas recomendadas
- Flamboyage o sombré, ideales por su sutileza y mezcla armónica de tonos.
- Californianas en tonos arena o dorado suave para un acabado natural.
- Balayage con matices fríos o cálidos, según el efecto deseado.
Elige un look que te represente
Sabemos que elegir el tipo de mechas ideal no siempre es fácil. Hay muchas opciones, tendencias que van y vienen, y ese deseo de cambiar sin arrepentirte después. Pero justo ahí está lo interesante: en encontrar lo que va contigo, lo que resalta lo mejor de ti sin que tener que renunciar a quién eres.
Ya sea algo sutil como unas babylights o un toque atrevido como las money piece o umbrella, lo importante es que te sientas cómoda, auténtica y feliz con tu reflejo. Porque al final, no se trata solo de color, sino de actitud.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.