Todo lo que debemos saber sobre los lunares
Escrito y verificado por el médico Gilberto Adaulfo Sánchez Abreu
Los lunares son pequeñas manchas que aparecen en la piel. Su presencia es bastante común y suelen darse, por lo regular, durante la niñez o la adolescencia. Estos se forman mediante la acción de las células encargadas de producir el pigmento de la piel, las llamadas melanocitos.
También reciben el nombre de nevus y pueden tener diversas formas: aplanada; abultada; lisa; verrugosa; de igual modo, su color también puede variar entre el pardo, el marrón o el negro. Incluso se han dado casos de lunares del mismo color que la piel.
¿Los lunares son todos normales?
La mayoría de los lunares o nevus no representan ningún peligro, así que no existe necesidad de extirparlos; en casi todas las personas se presentan, por lo menos doce. De hecho, hay gente que posee mas de un centenar de estas marcas, que muchas veces son consideradas incluso atractivas.
Sin embargo cuando un lunar cambia de color, tamaño o forma, es importante asistir a una consulta urgente con el dermatólogo. También, cuando presente algún tipo de ardor, picor, dolor o sangrado.
Características de los lunares comunes o normales
- Suelen encontrarse en zonas expuestas al sol.
- Miden habitualmente menos de 5 mm.
- Su color es uniforme; pueden ser rosados o castaños.
- Normalmente son redondos u ovalados, con un borde definido.
- Suelen ser de superficie lisa.
Características de los lunares anormales o “displásicos”
- Son de mayor tamaño que los lunares ordinarios. Pueden llegar a medir más de un centímetro.
- Su forma puede variar, al igual que su color, yendo desde un pardo claro hasta uno muy oscuro situado en un fondo rosado.
- Se localizan en cualquier parte del cuerpo, especialmente en aquellos lugares que regularmente permanecen cubiertos.
Existen muchas personas que pueden tener más de cien lunares atípicos, ya que incluso se pueden seguir presentando en edades avanzadas. Las personas que tienen muchos lunares atípicos y que, además, cuentan con familiares que han padecido de esta clase de lunares (o en su defecto, melanoma), tienen mayores posibilidades (en comparación con el resto de la población) de llegar a padecer cáncel de piel.
Según este estudio realizado por la Clínica Las Condes (Chile), las personas que tienen lunares atípicos deben estar muy pendientes de los cambios que estos presenten, sobre todo, si existen antecedentes familiares de melanoma.
¿Como puedo saber si mis lunares son anormales?
Para poder identificar un lunar anormal se debe examinar la piel con frecuencia y establecer una diferencia entre un lunar inofensivo y uno que se esté convirtiendo displásico. Hay que tener en cuenta:
- Un lunar sospechoso no tiene simetría. Es decir, una de sus mitades no es igual a la otra y puede variar el tamaño, la forma, el color y el espesor.
- Los bordes son muy irregulares, borrosos, no tienen una forma definida.
- El color no es igual en todo el lunar, puede tener varios colores a la vez .
- Suele existir un crecimiento anormalmente rápido del nevus. Si tenías un lunar pequeño y, de pronto, notas que ha aumentado de tamaño, acude a tu médico de inmediato.
Ante cualquiera de estos signos lo mejor es acudir a tu hospital más cercano, ya que solo un médico puede examinar de manera profesional lo que te está ocurriendo.
Los cambios que deben preocupar en un lunar, como ya hemos dicho, son:
- Cambio de color.
- Cambio de textura.
- Picor, sangrado o exudación.
- Crecimiento o decrecimiento no uniforme.
Recuerda que lo primordial en un caso como este es la prevención o, en el peor de los casos, si el melanoma ya se ha presentado, la atención inmediata.
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