¿Tomar el sol o tomar vitamina D? ¿Qué me conviene más?
Todos sabemos que necesitamos tomar el sol para obtener vitamina D en nuestro organismo.
No obstante, ¿qué podemos hacer si vivimos en un lugar poco soleado o bien durante épocas de frío y nubes? ¿Necesitaríamos tomar un suplemento de vitamina D?
En este artículo te damos las claves para que no te falte esta importante vitamina, tanto si decides obtenerla por exposición al sol, con la alimentación o bien como suplemento nutricional.
¿Por qué la vitamina D es fundamental?
La vitamina D es imprescindible para nuestro organismo porque nos ayuda a absorber el calcio, un mineral fundamental en el proceso de formación de los huesos.Por este motivo, si no obtenemos la suficiente vitamina D, durante la infancia podemos sufrir raquitismo, mientras que ya de adultos podemos padecer osteoporosis.
Se habla mucho del calcio, pero no debemos olvidar que también necesitamos la vitamina D para su correcta asimilación.
La vitamina D también es muy beneficiosa para prevenir el cáncer, en especial, el de colon.
Su deficiencia está relacionada con trastornos como la obesidad, el autismo, la hipertensión, las enfermedades cardíacas, el insomnio, la psoriasis, el asma, la migraña o la infertilidad, entre otras.
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¿Tomar el sol es suficiente?
En primer lugar, debemos decir que tomar el sol es la manera más saludable y directa de obtener la cantidad de vitamina D que nuestro cuerpo necesita, siempre y cuando lo hagamos durante cortos espacios de tiempo y fuera de las horas de máxima radiación.
Sin embargo, debe ser sin ropa y sin protección solar, lo cual confirma todavía más la importancia de hacerlo con precaución.
También debemos destacar que deberíamos tomar el sol de manera regular durante todo el año.
Tomar el sol con sentido común nos aportará vitamina D sin ningún riesgo de sobredosis y, además, nos ayudará a mejorar la salud en general.
Existen en el mercado camas de bronceado seguras (con balastos electrónicos en vez de magnéticos) que no suponen tanto riesgo para la salud.
Vitamina D en los alimentos
La alimentación no es una fuente abundante de vitamina D, a pesar de que hoy en día existen muchos alimentos enriquecidos con este nutriente. Sin embargo, no está demostrado que sea una manera de obtener las cantidades necesarias.
Los alimentos que contienen vitamina D son los siguientes:
- Pescado azul: Atún, salmón, sardina y caballa.
Recomendamos elegir, de manera más habitual, la sardina y la caballa, ya que el pescado azul de gran tamaño puede contener también metales pesados como el mercurio que, a la larga, pueden perjudicar a nuestra salud y predisponernos a padecer enfermedades neurodegenerativas.
Cuando optemos por los enlatados, debemos tener en cuenta que hay un mayor contenido en vitamina D en las conservas en aceite que en agua.
- Aceite de hígado de bacalao: Durante las últimas décadas este alimento ha sido bastante popular como suplemento.
- Ostras: Se deben comer con moderación y en lugares de confianza. A ser posible, que sean ostras salvajes.
- Caviar negro y rojo.
- Yema de huevo.
- Leche cruda.
- Mantequilla: La mantequilla es un alimento que ha tenido muy mala fama en las últimas décadas y, sin embargo, es muy beneficiosa para la salud si la consumimos en cantidades moderadas.
Recomendamos consumirla en forma de ghee, una mantequilla clarificada mucho más sana y fácil de elaborar en casa.
- Champiñones: La mejor manera de comerlos es ligeramente cocinados.
No hemos detallado los alimentos que suelen llevar vitamina D añadida, como los lácteos, margarinas o productos a base de soja ya que, en ese caso, consideramos que es mucho más saludable optar por un suplemento de calidad para controlar mejor la dosis que tomamos.
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Suplemento de vitamina D3
Según algunos estudios, la mejor forma de tomar vitamina D consiste en elegir la vitamina D3, que es del mismo tipo que la que crea el cuerpo al tomar el sol.
La otra opción, que es la vitamina D2, es una forma sintética que no resulta tan eficaz y, además, podría presentar algunos efectos secundarios para la salud a largo plazo.
No hay una cantidad fijada de la vitamina D que debemos tomar, ya que más bien depende de nuestros niveles y necesidades. Para comprobarlos lo haremos por medio de un análisis de sangre.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.