Tratamiento del síndrome nefrótico

El síndrome nefrótico ocurre cuando las unidades de filtración de sus riñones están dañadas. Esto permite que las proteínas presentes en el plasma sanguíneo se filtren hacia la orina, lo que reduce la cantidad de proteínas en la sangre.
Tratamiento del síndrome nefrótico
José Gerardo Rosciano Paganelli

Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 27 enero, 2022

El tratamiento del síndrome nefrótico consiste en un conjunto de estrategias para abordar las diversas complicaciones que acarrea esta enfermedad.

En otras palabras, dado que el síndrome nefrótico es un conjunto de afecciones como consecuencia del daño renal, el tratamiento no es único, sino que tiene un enfoque múltiple.

En este sentido, algunas de las enfermedades renales que causan el síndrome nefrótico son tratables con medicamentos. No obstante, si bien es cierto que algunas pueden mejorar por sí solas, otras empeoran y pueden provocar insuficiencia renal, independientemente del tratamiento al que se recurra.

Tratamiento del síndrome nefrótico

Si se conoce la causa del daño renal, se tratará en la medida de lo posible. Sin embargo, el tratamiento del síndrome nefrótico es necesario cuando se presenta edema incómodo o coagulopatía asociada.

El tratamiento debe ser dictado por el tipo de patología renal que causa el síndrome nefrótico.

Por ejemplo, la enfermedad de cambio mínimo tiene una excelente respuesta a los corticosteroides, mientras que en la glomeruloesclerosis focal, solo el 20% de los pacientes responden bien a los corticosteroides.

Corticosteroides

La prednisona, ciclofosfamida y ciclosporina se utilizan para inducir la remisión en el síndrome nefrótico. Los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA) y los bloqueadores de los receptores de la angiotensina II pueden reducir la proteinuria.

  • La prednisona en cursos cortos de 12-20 semanas de duración sigue siendo el pilar del tratamiento para pacientes con enfermedad de cambio mínimo.
  • Los medicamentos inmunosupresores distintos de los esteroides generalmente se reservan para pacientes resistentes a esteroides, bien sea con edema persistente o con efectos adversos significativos relacionados con los esteroides.
  • La ciclofosfamida puede ser beneficiosa para los pacientes con síndrome nefrótico sensible a los esteroides recurrentes con frecuencia. Las complicaciones asociadas incluyen supresión de la médula ósea, pérdida de cabello, conteo reducido de espermatozoides, cistitis hemorrágica e infertilidad.

Diuréticos

Los diuréticos se usan para reducir el edema.

  • La furosemida (Lasix) aumenta la producción de orina al inhibir el transporte de sodio. La dosis debe ser individualizada.
  • La espironolactona (Aldactona) se usa para controlar el edema causado por la excreción excesiva de aldosterona.
  • Esta última compite con aldosterona por sitios receptores en la nefrona distal, lo que mejora la excreción de sodio.
Diuréticos

Especificidades del tratamiento

Como se ha mencionado, el tratamiento específico del síndrome nefrótico depende de su causa. Y este varía entre adultos y niños

  • Niños: 
    • Se usan glucocorticosteroides como la prednisona.
    • El rituximab, un anticuerpo contra las células B, ha demostrado ser un agente ahorrador de esteroides eficaz en niños con síndrome nefrótico idiopático dependiente de esteroides.
  • Adultos: 
    • La enfermedad debería responder a la prednisona. En la nefritis lúpica, la prednisona con ciclofosfamida o micofenolato mofetil debe inducir la remisión.
    • La amiloidosis secundaria con síndrome nefrótico debe mejorar con el tratamiento antiinflamatorio de la enfermedad primaria.

Dieta y actividad

La dieta en pacientes con síndrome nefrótico debe proporcionar una ingesta calórica y de proteína adecuadas

La dieta en pacientes con síndrome nefrótico debe proporcionar una ingesta calórica y de proteína adecuadas.

  • La proteína dietética suplementaria no tiene valor probado.
  • Una dieta sin sal añadida ayudará a limitar la sobrecarga de líquidos.
  • La restricción de fluidos per se no es necesaria.

Por otro lado, no hay restricciones de actividad para estos pacientes. Pues, la actividad continua, en lugar del reposo, es lo que reducirá el riesgo de coágulos de sangre.

Síndrome nefrótico agudo en la infancia

Con una buena educación de los padres y el paciente, junto a una atención de seguimiento ambulatoria cercana, la hospitalización no suele ser necesaria. Se debe considerar solo si se presenta edema generalizado lo suficientemente grave como para causar dificultad respiratoria.

Dependiendo de la causa del síndrome nefrótico, un paciente puede necesitar una consulta especializada. Por ejemplo, un individuo con nefritis lúpica se beneficiará de la consulta reumatológica.

Síndrome nefrótico agudo en adultos

Para el tratamiento del síndrome nefrótico agudo en adultos los diuréticos son necesarios

Los principios para el tratamiento en adultos son similares a los de los niños. Los diuréticos serán necesarios. Se pueden usar furosemida, espironolactona e, incluso, metolazona.

Asimismo, se recomiendan anticoagulantes para la prevención de complicaciones tromboembólicas. Los agentes hipolipidémicos también suelen usarse, pero si el síndrome nefrótico no se puede controlar, el paciente tendrá hiperlipidemia persistente.

En el síndrome nefrótico secundario, como el asociado con la nefropatía diabética, los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA) o los bloqueadores de los receptores de la angiotensina II son ampliamente utilizados.

Monitoreo a largo plazo

El uso y ajuste continuo de los diuréticos y los antagonistas de la angiotensina se realizan según la cantidad de edema y proteinuria que tenga un paciente.

El seguimiento también incluye inmunizaciones y monitoreo de la toxicidad de corticosteroides. 

  • Las inmunizaciones de rutina deben retrasarse hasta que el paciente no tenga recaídas y haya estado libre de inmunosupresión durante 3 meses.
  • El monitoreo de la toxicidad debe realizarse cada 3 meses. Esto se lleva a cabo en la clínica ambulatoria, en donde se pueden detectar efectos adversos, como la desaceleración del crecimiento.

Por otro lado, los niños que han recibido terapia inmunosupresora en los últimos 3 meses y que no son inmunes a la varicela deben recibir inmunoglobulina zoster si están expuestos a ella o al herpes zóster. También deberían recibir aciclovir si desarrollan varicela.

Por otra parte, el uso de complementos adicionales alimenticios, como el calcio y la vitamina D pueden atenuar la pérdida ósea. Además debe considerarse un chequeo anual para detectar cataratas.


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