4 formas de soltar un pensamiento rumiante
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
Un pensamiento rumiante puede amargarte la vida, ya que estos pensamientos abordan la mente de forma obsesiva y te atormentan. Pensar sobre lo que pudo ser y no fue, incluso lo que aún no ha sido, puede provocar angustia y ninguna solución.
Aunque no es tan simple, podemos aprender a deshacernos de un pensamiento rumiante si sabemos cómo contraatacarlo. A continuación analizaremos algunas claves que quizás funcionen para doblegar la mente.
Causas de la rumiación
Según la American Psychological Association, algunas razones para la rumiación pueden incluir:
- La creencia de que, mediante la rumiación, la persona obtendrá más información acerca del problema o de su vida en general
- Tener antecedentes de trauma emocional o físico
- Enfrentarse a factores estresantes continuos que no se pueden controlar
Además, parece que rumiar también podría ser común en personas que poseen ciertas características de personalidad, como pueden ser: perfeccionismo, neuroticismo o un enfoque excesivo en las relaciones de uno con los demás.
Claves para controlar un pensamiento rumiante
Aunque puede ser complicado controlar esos pensamientos rumiantes, existen ciertas recomendaciones que pueden seguirse para tratar controlar estos pensamientos:
1. El pensamiento rumiante necesita su tiempo
¿Qué significa que el pensamiento rumiante necesita su tiempo? Dedicar un tiempo para que nuestra mente se centre solo en ese pensamiento nos ayudará a no volver después a él.
Forcémonos en ese instante a pensar y repensar sobre esa idea. Seguramente, llegaremos a la conclusión de que no vale de nada lo que estamos haciendo. Así, esto será un punto de inflexión muy importante.
Es algo difícil y que requiere de su práctica. Pero, de esa manera, evitaremos que ese pensamiento rumiante aparezca cuando menos lo deseamos, por ejemplo, durante una importante conferencia o reunión de trabajo.
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2. ¿Practicar mindfulness?
Solemos escuchar que el mindfulness ayuda en muchos problemas que nos abordan en nuestro día a día. Sucede que las consecuencias de practicarlo son muy sanadoras.
El mindfulness ayuda a centrarse en el ahora, en el momento presente. Entonces, ¿qué sucede si nos concentramos en lo que sentimos y en lo que sucede aquí y ahora? Dejamos de lado el pensamiento rumiante.
Con la práctica, iremos adquiriendo más consciencia del ahora y le iremos restando importancia a esos pensamientos del pasado y del futuro tan inútiles en el presente.
Seríamos mucho más felices si estuviésemos cada vez más conectados con el ahora. Solo es cuestión de insistir en esta práctica tan beneficiosa.
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3. Refugiarse en las aficiones
Cuando un pensamiento rumiante nos aborda y permanece durante días o semanas rondando por nuestra mente, puede causar efectos desagradables.
Por ejemplo, podemos mostrarnos más apáticos, a encerrarnos más en casa y, en definitiva, a disfrutar menos de la vida. Por eso, es importante empujarnos a seguir haciendo aquello que nos gusta y potenciarlo en este momento que es cuando más lo necesitamos. Al realizar algo que nos apasiona, nos olvidaremos por completo de esa idea reiterativa que nos perjudica.
4. Salir a nuevos espacios
Salir a lugares nuevos es una recomendación que solemos escuchar. Si el trabajo nos estresa o necesitamos desconectarnos, salir a caminar o dar un paseo por la naturaleza será muy positivo.
Cuando hay un pensamiento rumiante que obsesiona la mente, es importante no quedarnos en casa. Para poder soltarlo, tan solo es necesario moverse, buscar la calma en un lugar poco transitado.
La naturaleza tiene un poder sanador muy potente. En ella te encontrarás con el silencio, tu mente se calmará y el pensamiento rumiante dejará de ser masticado.
¿Alguna vez has tenido que lidiar con un pensamiento rumiante? Todos, en algún momento, nos hemos encontrado con este problema que nos impedía soltar una situación pasada o vivir el presente sin preocuparnos tanto por el futuro.
Las ideas obsesivas son bastante comunes, pero si una sola de ellas perdura demasiado en el tiempo, puede convertirse en un problema. En algunos casos, puede llevar hasta la depresión.
Por eso, es importante aprender a soltar, no aferrarnos a esos pensamientos negativos que, incluso, terminan somatizando en el cuerpo. ¡Suelta y vuelve a disfrutar de tu vida! Y recuerda: siempre estás a tiempo de buscar ayuda. Si lo necesitas, te recomendamos que consultes con un psicólogo como puedes paliar estos pensamientos rumiantes.
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