4 maneras de incrementar la fuerza de voluntad
Hay ocasiones en las que un reto parece ser más grande de lo que creemos. Eso nos lleva a tomar las cosas con pesimismo. De hecho, puede que terminemos bajando los brazos, incluso antes de encararlo. Nos sentimos sin fuerza de voluntad.
El miedo es natural. No obstante, algo que sí se puede hacer es controlar los nervios. Hacerlo no es tarea sencilla, para nadie lo es.
Son esos los momentos en los que la fuerza de voluntad, también conocida como autodisciplina, cobra mucha importancia. Algunos pasos a seguir para fortalecer tu fuerza de voluntad y tu espíritu son los siguientes:
1.Pensar y hacer
“El control es poder”. Esta frase pertenece al laureado film La Lista de Schindler, dirigida por Steven Spielberg, y puede matizar de la mejor forma lo descrito anteriormente. En efecto, para lograr lo que luce imposible se necesita también fuerza de voluntad.
No solo se trata de convencerse a nivel anímico, se trata de hacerlo. Un amplio espacio separa la capacidad entre decidir y ejecutar. Es muy difícil lograr lo establecido si una no mantiene relación con la otra.
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2. Nunca dejar de creer
La fuerza de voluntad no es sinónimo de terquedad. No es ir de frente sin un plan para completar una tarea. Tampoco es repetir los errores.
La fuerza de voluntad es aceptar el cambio y adaptarse a lo nuevo. En efecto, es entender que no todo genera los resultados que esperamos, y aun así seguimos adelante.
Es normal que el ser humano actúe esperando obtener una recompensa a corto plazo. Sin embargo, hacerlo con la finalidad de ir más allá y alcanzar el premio mayor es lo que realmente satisface.
Tener fuerza de voluntad es aceptar los errores pero, tal vez lo más difícil, es dejar a un lado esos pensamientos que atentan contra la propia personalidad. Esos que se producen por el cansancio e invitan a dar por acabado algo que no ha llegado a su fin.
Establecer una meta, hacer ajustes mientras se transita el camino, aprovechar las oportunidades que se presentan y usar alternativas son herramientas que ayudan a crear y sostener la fuerza de voluntad.
Ir sin voltear a los lados, no perder el enfoque y ser disciplinados es fundamental para alcanzar el éxito.
3. Utiliza el deporte como mejor ejemplo
Ejemplos de fuerza de voluntad nunca faltan, basta con prestar un poco de atención. En efecto, situaciones familiares o personales, en las que un ser querido atraviesa un momento difícil y logra salir de él, sirven de ayuda.
A nivel global, hay figuras de alta talla que también son un importante ejemplo de ello. Por ejemplo, los deportistas de élite lo son. Así, el futbolista argentino Lionel Messi puede presumir de tener fuerza de voluntad. En efecto, hoy sabemos cuán talentoso es. Sin embargo, también reconocemos todo lo que hizo para destacar con su estatura en una disciplina de tanto roce físico y contacto. Hoy nadie duda de él, ni de lo que ha logrado.
En efecto, su talento es natural. Sin embargo, él logró desarrollarlo para llevarlo a niveles mucho más altos que el de la competencia. Así, sus problemas de crecimiento fueron superados gracias a sus ganas de triunfar, a no dejarse ganar y a ser fuerte.
Detectar el problema y enfrentarlo es lo más importante de todo.
Tener talento no es suficiente. Se necesitan las ganas de hacerlo, de apuntar a la meta y buscar la excelencia.
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4. La paciencia, divino aliado
No lograrlo de buenas a primeras ha hecho que muchos desistan. Es un error común pero, a la vez, lamentable. Las personas se pierden al no tener la confianza suficiente para continuar luchando por lo que quieren.
La meta no tiene que reflejarse en algo de alta exigencia. Hacer dieta es una de ellas. Suprimir los dulces y bebidas que no ayudan al organismo no es tarea fácil, pero tampoco es imposible.
Aquí entra en juego el autocontrol. Verse tentado por hacer algo que rompa con el patrón que se ha seguido es natural, pero es justo en ese instante cuando la mente debe ganar la batalla.
Al final, cuando se alcance el propósito principal, luego de haber vencido cuanto problema se presentara, se crea un precedente. Uno donde el ser humano aprende y sabe que lo vivido anteriormente ya no representa la dificultad que solía aparentar.
Es ahí cuando se sabe que todo valió la pena, cada estrategia y gota de sudor. Es ahí cuando la satisfacción es indescriptible, cuando se entiende que la fuerza de voluntad fue el aliado que nos permitió alcanzar la gloria.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.