4 razones por las que tu relación está en constante crisis

¿Sabías que tu inseguridad puede ser uno de los factores que están detrás de tus constantes crisis de pareja? Deja de depender emocionalmente del otro y todo irá mucho mejor.
4 razones por las que tu relación está en constante crisis
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 09 julio, 2023

¿Está tu relación en constante crisis? ¿No sale de una para ya entrar en otra? Entonces, es importante que te preguntes qué pasos estáis dando y si son en la dirección incorrecta.

Muchos de ellos te resultarán conocidos, pero de alguna manera los has estado dando sin ser verdaderamente consciente. ¿Por qué ocurre esto?

Constante crisis de pareja

La gran mayoría de las razones por las que tu relación está en una constante crisis son fruto de creencias que están muy arraigadas en la sociedad actual.

1. Tu relación en constante crisis: “No pasa nada, ya lo cambiaré”

¿Te suena esta frase? Una de las principales razones por las que tu relación está en una constante crisis es porque has entrado en ella pensando que podrías cambiar a la otra persona.

Este es un grave error que cometemos de manera inconsciente. Porque en la fase de enamoramiento todo es tan bonito que creemos que todo es posible. ¿Fuma, pero no me gusta? No pasa nada, ya cambiará. ¿Viste de una manera que no me agrada mucho? Da igual, conseguiré que cambie su forma de vestir.

Todo esto es un grave error. Las personas no cambian. Es más, si lo hacen puede que después nos decepcionemos, porque pensaremos ¡qué poca personalidad!

No podemos entrar en una relación deseando cambiar a la otra persona. Nos tiene que gustar tal cual es y si, por ejemplo, no nos gusta que fume tenemos que aceptar esto o, directamente, no iniciar ninguna relación con esta persona.

2. Sin ti no soy nada

dependencia-emocional

Otro de los motivos por los que tu relación puede estar en constante crisis es por tener una dependencia total hacia tu pareja. La sociedad en la que vivimos le da una importancia extrema a la pareja. Es más, aún siguen vigentes los príncipes azules y los amores que vemos en las películas.

Todo esto influye y si le sumamos el miedo a estar solos, la dependencia emocional ha encontrado la combinación perfecta. No podemos permitir que nuestra felicidad dependa de tener a alguien a nuestro lado. ¿Si ese alguien se va ya no somos nada? ¿Entonces quienes éramos antes?

No lo sabemos, porque debido a la dependencia, una vez estamos con alguien, nos olvidamos de quienes somos. Por eso, que esa persona se vaya es todo un drama, ¡estaremos perdidos!

Cuando sufrimos dependencia emocional existen manipulaciones, atosigamos a la otra persona, dudamos de su fidelidad y le pedimos constantes muestras de su amor. Todo esto da lugar a innumerables crisis.

Lee: Dependencia emocional, cuando el amor se convierte en droga

3. ¡Es tu culpa y lo sabes!

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Parece que hacernos responsables de los errores que cometemos es un hecho terrible. Tanto que, cuando pasa algo en las relaciones, tendemos a echarle toda la culpa al otro. Esto, sin duda, genera muchas discusiones entre la pareja. ¡Queremos siempre tener la razón!

No obstante, una relación de pareja implica ser un equipo y un equipo no puede echarse balones contra su propia portería.

Intentar hablar, empatizar con el otro, escuchar los diferentes puntos de vista y todo esto, de una manera tranquila, sin negativas apresuradas, evitará muchas crisis dentro de la relación. Lamentablemente, la comunicación entre las parejas a veces no es la mejor y esto termina pasando factura.

4. Ya no hacemos el amor tanto como antes

Amor maduro

Este es, sin duda, uno de los mayores temores de todas las relaciones: que los encuentros sexuales disminuyan. La falta o la disminución del deseo sexual pueden suponer una crisis en la pareja. Y es que en determinado momento alguien nos dijo que eso ¡era terrible!

Es normal que los encuentros sexuales disminuyan si llevamos muchos años con nuestra pareja. Las responsabilidades, tener hijos y otra serie de obligaciones pueden provocar que no dispongamos del tiempo necesario para nosotros.

Sin embargo, no hay que exasperarse. Siempre y cuando logremos sacar un poco de tiempo para la pareja, continuemos disfrutando de las relaciones sexuales, innovando y aprendiendo juntos, no hay de qué preocuparse.

Una relación cambia. Jamás podrá mantenerse igual que en la fase de enamoramiento. Más que nada porque el amor se transforma en un amor maduro.

Las crisis de pareja no deben alertarnos demasiado, a menos que no salgamos de una para ya estar sumergidos en otra. Lo importante es ver dónde está el problema y resolverlo de la mejor manera. Toda crisis tiene solución, siempre y cuando las dos partes miren en la misma dirección.

Querer cambiar a la otra persona o depender de ella son síntomas de que algo no está marchando como debiera. No lo dudes y habla con tu pareja.

Muchas veces, los problemas los provocamos nosotros mismos con nuestro silencio y alimentando en nuestro interior la insatisfacción y el resentimiento. Recuerda que, si amas a tu pareja, debes ser honesto y luchar juntos para resolver los conflictos.


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