6 consejos para prevenir un ataque al corazón
Para prevenir un ataque al corazón no hay nada como llevar un estilo de vida saludable. Ahora bien, ¿cómo lograrlo? Muchas veces es más fácil decirlo que llevarlo a cabo con claridad y seguridad. Pues bien, existen algunos consejos que pueden ser de gran utilidad en este aspecto.
Los siguientes consejos que vamos a comentarte están ideados para ayudar a las personas a mejorar sus hábitos, así como eliminar aquellos que no brinden ningún tipo de beneficio. Con constancia y paciencia, podrás incorporarlos sin dificultad a tu rutina.
Es posible que, al comienzo, no te resulte fácil cumplirlos todos. No te agobies, lo importante es que mantengas tu motivación y te esfuerces un poco, día a día. En este sentido, lo mejor será progresar lento pero seguro, en lugar de estrellarnos por querer cumplirlo todo de buenas a primeras.
¿Para qué para prevenir un ataque al corazón?
En pocas palabras, para disfrutar de una mejor calidad de vida. Si en tu familia hay antecedentes de ataques al corazón o problemas similares, debes tomar precauciones.
Esto no quiere decir que se deba vivir con miedo, sino que es necesario aprender a hacerse responsable de la propia salud y, en general, de sí mismo.
Es muy importante tomar medidas para prevenir un ataque al corazón, puesto que las afecciones cardíacas son una de las principales causas de muerte en el mundo, como revelan los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Consejos preventivos
1. Asegúrate de mantener una buena alimentación
El primero de los consejos para prevenir un ataque al corazón es llevar una alimentación balanceada. Para ello:
- Mantén hidratado tu cuerpo consumiendo suficiente agua. Asimismo, evita los refrescos, el alcohol y las bebidas energéticas.
- Procura eliminar los productos precocidos y ultraprocesados y sustitúyelos por alimentos frescos.
- Limita el consumo de azúcar y edulcorantes artificiales.
- Evita el consumo de grasas trans, como los aceites vegetales o la margarina. Reemplázalos por grasas saludables como el aguacate, el aceite de coco o la mantequilla sin pasteurizar.
- Incluye, al menos una vez por semana, alimentos ricos en omega-3 como los pescados azules o toma un suplemento nutricional que lo contenga.
- Consume alimentos ricos en vitaminas C, E y betacarotenos. Estos nutrientes ayudan a proteger la capa arterial contra la oxidación. Se encargan de neutralizar los radicales libres, retrasar el desgaste y deterioro del corazón, así como frenar el aumento de colesterol malo (LDL) en las arterias.
Descubre: Dieta saludable para el corazón: 7 consejos para tener en cuenta
2. Disminuye el consumo de sal
Cuando hay demasiado sodio en la sangre, las arterias se estrechan y el volumen de líquido que circula en ellas es mayor, respecto a su tamaño. Esto aumenta la presión en las arterias y puede ocasionar desde hipertensión hasta problemas cerebrovasculares.
Sin embargo, esto no significa que debas dejar por completo el consumo de sal. El organismo necesita este elemento para realizar algunas de sus funciones.
Lo ideal es que añadas un máximo de una pizca de sal a tus alimentos. Eso sí, evita aquellos productos procesados, puesto que tienen un alto índice de sal en sus ingredientes.
Te recomendamos leer: Tips para reducir el consumo de sal
3. Cuida tu salud gastrointestinal
Quizás piensas que lo que ocurre en tu estómago tiene poco que ver con el hecho de prevenir un ataque al corazón. Sin embargo, esta idea está lejos de la realidad.
Lo cierto es que algunos problemas intestinales graves, como el síndrome de colon irritable, pueden alterar al organismo, a tal punto que se produzca un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
La ingesta diaria de alimentos probióticos y fermentados puede evitar los problemas cardíacos, al favorecer una flora intestinal saludable.
4. Aprende a descansar
Un buen descanso es fundamental para mantener normales los niveles de adrenalina y cortisol. Por ende, descansar bien te ayudará a prevenir un ataque al corazón. Además de dormir siete horas, es necesario que el descanso sea de calidad.
Si te sientes muy cansado durante el día, intenta tomar una siesta corta. Los expertos consideran que la duración perfecta de una siesta es de 20 minutos. Ni más, ni menos.
5. Mantén una rutina de ejercicios
Por lo general, cuando se diagnostican problemas cardiovasculares y se desea prevenir un ataque al corazón, se suele recomendar realizar cierta actividad física.
En cuanto a la duración y frecuencia, está claro que lo ideal es realizar como mínimo 30 minutos diarios. Y en cuanto al máximo de tiempo, este será indicado por el médico tratante.
Si bien las actividades más recomendadas son caminar, trotar, correr, nadar y hacer yoga, existen otras disciplinas que pueden resultarte más divertidas y motivadoras, tales como:
- Tae Bo
- Spinning
- Kickboxing
- Danza aeróbica
6. Evita sobreexigirte
Así como se aconseja llevar un estilo de vida activo, también es necesario saber hasta dónde llegar y cuándo parar. Para determinar cuál puede ser tu límite, deberás consultar con tu médico. El profesional te indicará qué es lo más adecuado, según tu estado de salud.
Ten en cuenta que sobreexigirte solo conseguirá agotarte, no brindarte una mejor condición física. Mantén tus esfuerzos dentro de los parámetros saludables. Y, en caso de que necesites realizar algún tipo de esfuerzo extra, como cargar peso, solicita ayuda.
Recuerda: si te cuidas cada día, sumarás más y más bienestar a tu vida
Anímate a complementar tus hábitos de vida con una sesión de relajación. Puedes recurrir al mindfulness para despejar tu mente, ordenar tus ideas y liberar tensión emocional acumulada.
Recuerda, tu salud psicoemocional es importante para cuidar tu corazón. Cuando tu cuerpo está relajado y tu mente calmada, tu corazón no tiene que esforzarse de más para cumplir sus funciones. Entonces, se reduce el riesgo de sufrir enfermedades o un ataque al corazón.
Trata de tomarte al menos unos 20 minutos al día para cultivar tu paz mental. Para ello, puedes realizar una sesión de meditación al despertar o antes de dormir. Al inicio puede que te cueste un poco mantener la mente y el cuerpo quietos, pero todo será cuestión de irse acostumbrando, poco a poco.
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