Alternativas saludables para intolerantes a la lactosa
Cada vez son más las personas que no consumen lácteos por cuestiones de salud. Quizás para algunos sea una moda, pero lo cierto es que los síntomas de la intolerancia a la lactosa pueden ser muy molestos. En el siguiente artículo te contaremos sobre algunas alternativas saludables.
Hay que tener en cuenta que, si no has sido correctamente diagnosticado con este problema, no deberías de retirar la lactosa de la dieta. De lo contrario se podrían crear ineficiencias en la producción de lactasa a medio plazo.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
Básicamente es un trastorno que se produce después de ingerir el azúcar de la leche (la lactosa) al no poseer suficiente lactasa (enzima encargada de digerir este compuesto). La absorción deficiente provoca gases, distensión abdominal, diarrea, vómitos o estreñimiento.
El consumo de lácteos no produce daños en el tracto gastrointestinal de los afectados: los síntomas son transitorios y terminan al cabo de un par de horas (según la cantidad que se haya ingerido).
Existen diferentes grados de intolerancia a la lactosa:
- Algunos pacientes pueden beber una taza de leche sin experimentar síntomas.
- Otros deben sustituir los lácteos por otras opciones.
- Están los que padecen una deficiencia más grave como consecuencia de otras enfermedades (tales como celiaquía, infección gastrointestinal o enfermedad de Crohn).
Lee también: 9 tips para combatir el estreñimiento más difícil de manera natural
Cómo reconocer si soy intolerante a la lactosa
Esta es una pregunta muy habitual y, si bien para el diagnóstico es aconsejable ir al médico, podemos igualmente analizar ciertos síntomas o malestares que se padecen después de consumir leche o lácteos para hacernos una idea.
- El dolor, los gases, la hinchazón o la diarrea aparecen tras la ingesta de una taza de leche, una porción de helado o un platillo que contenga nata.
- Incluso es posible ser alérgico a los productos derivados de la vaca y no de otro mamífero (por ejemplo, la cabra) por el empleo de ciertas hormonas o productos para la conservación u elaboración.
- Es importante también darse cuenta de cuáles son los alimentos que provocan los síntomas. Quizás solo se trate de la leche (sobre todo la entera) o del queso.
Prestar mucha atención a qué comemos y qué consecuencias conlleva.
- También es fundamental revisar las etiquetas de los productos que compramos en el mercado. Muchos pueden contener lactosa y es probable que no lo sepamos.
- Por último, se recomienda llevar una dieta equilibrada y saludable para cubrir las carencias de calcio o vitamina D que no obtenemos al evitar el consumo de lácteos. Ambos elementos han demostrado ser esenciales para garantizar la buena salud ósea.
Entre los alimentos adecuados encontramos las verduras de hoja verde, los pescados azules (como el salmón), los frutos secos y las legumbres.
Alternativas saludables para intolerantes a la lactosa
Algunas las podemos conseguir en las tiendas o en el supermercado, pero otras es mejor prepararlas nosotros mismos. Las mejores alternativas si sufrimos intolerancia a la lactosa son:
Leche sin lactosa (o deslactosada)
Permite continuar consumiendo leche sin padecer los molestos síntomas. Además, se consigue sin problemas en los mercados. Si bien está preparada a base de leche de vaca (con sus correspondientes nutrientes y proteínas), se le extrae la lactosa.
Leche de soja
Es la segunda opción más conocida y popular entre los intolerantes a la lactosa porque también es fácil de conseguir. Además la podemos comprar con diferentes sabores: chocolate, vainilla, fresa, etc.
Es importante conocer el origen de la soja y evitar aquellos productos que provengan de la agricultura transgénica. Además, consultaremos con el médico sobre su consumo, ya que, de consumirse en exceso, puede afectar al balance hormonal.
También hay que evitar aquellas variedades que cuenten con azúcar añadido en su interior. Este elemento es capaz de generar un perjuicio en el organismo cuando se consume de forma crónica en gran cantidad, según un estudio publicado en Journal of Hepatology.
Leche de almendras
Es la más frecuente entre las leches vegetales. Con gran cantidad de proteínas y nutrientes, es una opción maravillosa, por ejemplo, para los veganos. Muchas madres optan por darle leche de almendras a sus hijos para evitar los compuestos químicos que actualmente se le añaden a la leche de vaca.
Cabe destacar que este producto cuenta con ciertos minerales, como el zinc, que son esenciales para garantizar el buen funcionamiento del sistema inmune. Así lo evidencia una investigación publicada en Nutrients.
De sabor ligeramente dulce, la leche de almendras es muy fácil de preparar en casa.
Ingredientes
- 1 taza de almendras (155 g).
- 3 tazas de agua (750 ml).
- 1 cucharada de miel (25 g).
- 1 cucharadita de extracto de vainilla (5 g).
- Opcionales: canela o cacao en polvo.
Preparación
- Coloca las almendras en un recipiente y añade agua hasta taparlas por completo.
- Deja en remojo toda la noche.
- Por la mañana, cuela y enjuaga con agua fría.
- Vierte en el vaso de la licuadora con 3 tazas de agua.
- Licúa a velocidad máxima, hasta obtener una especie de crema espumosa.
- Con ayuda de un colador de tela (como los que se usan para hacer café), filtra la preparación.
- Agrega la miel y la esencia de vainilla en el líquido resultante.
- Lleva a la nevera y disfruta cuando desees.
- La pulpa de las almendras se puede guardar para otras recetas (tanto dulces como saladas).
Visita este artículo: Beneficios para la salud de la leche de almendras
Leche de arroz
Otra de las alternativas saludables para aquellos que no pueden consumir leche de vaca. No se recomienda si sufrimos de estreñimiento, pero sí en casos de diarrea.
También es muy fácil de preparar en casa.
Ingredientes
- 1 taza de arroz (185 g).
- 8 tazas de agua (2 litros).
- 1 cucharada de aceite de girasol (16 g).
- 1 cucharada de endulzante (miel, cacao, vainilla, canela, azúcar moreno) (opcional).
Preparación
- Lava el arroz y deja en remojo con abundante agua durante un par de horas.
- Filtra, enjuaga y coloca en un cazo con los 2 litros de agua.
- Cocina hasta que se ablande (unos 20 minutos máximo).
- Agrega el aceite y el endulzante. Retira del fuego.
- Cuando se haya enfriado un poco, vierte en la licuadora y tritura.
- Elimina los fragmentos no procesados con ayuda de un colador de tela.
Experimenta las alternativas a la leche para intolerantes
Otras opciones naturales para intolerantes a la lactosa son las leches de avena, de avellana y de quinoa. ¡Y todas ellas pueden ser preparadas en tu propia cocina! ¿A qué esperas para investigar más?
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Vannucci L, Fossi C, Quattrini S, Guasti L, Pampaloni B, Gronchi G, Giusti F, Romagnoli C, Cianferotti L, Marcucci G, Brandi ML. Calcium Intake in Bone Health: A Focus on Calcium-Rich Mineral Waters. Nutrients. 2018 Dec 5;10(12):1930. doi: 10.3390/nu10121930. PMID: 30563174; PMCID: PMC6316542.
- Jensen T, Abdelmalek MF, Sullivan S, Nadeau KJ, Green M, Roncal C, Nakagawa T, Kuwabara M, Sato Y, Kang DH, Tolan DR, Sanchez-Lozada LG, Rosen HR, Lanaspa MA, Diehl AM, Johnson RJ. Fructose and sugar: A major mediator of non-alcoholic fatty liver disease. J Hepatol. 2018 May;68(5):1063-1075. doi: 10.1016/j.jhep.2018.01.019. Epub 2018 Feb 2. PMID: 29408694; PMCID: PMC5893377.
- Wessels I, Maywald M, Rink L. Zinc as a Gatekeeper of Immune Function. Nutrients. 2017 Nov 25;9(12):1286. doi: 10.3390/nu9121286. PMID: 29186856; PMCID: PMC5748737.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.