¿Qué es un angioma vertebral? Causas, síntomas y tratamiento
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
Un angioma vertebral, también conocido como un hemangioma, es una estructura vascular formada por tejido procedente de vasos sanguíneos que se localizan dentro de la vértebra. Esto suele suceder por un error en el desarrollo embrionario.
Normalmente, se habla de ellos como si fuesen tumores malignos, pero en realidad son una malformación de los vasos sanguíneos. Por lo tanto, son lesiones no cancerígenas que normalmente se desarrollan en la parte del tórax de la columna vertebral.
En la mayoría de los casos, cursan sin síntomas. Se suelen diagnosticar con diferentes pruebas como resonancia magnética, tomografía computarizada o biopsia.
El origen y la causa de su formación no se conoce exactamente, pero la teoría más aceptada es que en la formación de angiomas está implicada la angiogénesis.
¿Qué es un angioma vertebral?
Los angiomas son anomalías del desarrollo del tejido vascular típicamente benignas. En ocasiones, los mismos pueden contener grasa, músculo liso y trombos en su interior. Sus localizaciones más comunes incluyen el cráneo, las vertebras y los huesos largos, como la tibia y el fémur.
Estudios afirman que los angiomas vertebrales son un hallazgo común, presente hasta en 10 a 12 % de los estudios postmortem y pruebas de imagen. De hecho, estas anomalías constituyen el 28 % de todos los hemangiomas esqueléticos.
¿Cuáles son los síntomas del angioma vertebral?
Como hemos comentado, un angioma vertebral es un crecimiento de los vasos sanguíneos en las vértebras. Las vértebras son huesos pequeños que se encuentran uno encima de otro para formar la columna vertebral.
Normalmente, el angioma vertebral es asintomático y no suele requerir tratamiento. Hay situaciones en las que el paciente puede experimentar dolor de espalda, entumecimiento en las piernas o parálisis debido a un angioma vertebral. En estos casos, se debe consultar al médico para decidir la opción de tratamiento más adecuada.
En definitiva, los angiomas muy raramente dan problemas, es muy difícil ver una fractura vertebral causada por un angioma. El problema viene cuando estas lesiones crecen, se expanden y provocan más daño en las estructuras de alrededor.
La situación más peligrosa es que el angioma dañe la médula espinal. Esto ocurre cuando el angioma crece y daña directamente la médula y la comprime. También puede ocurrir que se fracture la vértebra y que de forma indirecta produzca el daño. Otra posibilidad es que el angioma sangre y que provoque un hematoma que comprima la médula.
Estudios afirman que los angiomas vertebrales pueden producir dolor, fracturas, deformidad y compromiso neurológico, generalmente de larga evolución. Además, este tipo de tumoración produce lesiones vertebrales multifocales en 25 a 30% de los casos, según investigaciones.
Todas estas complicaciones, cuando ocurren, suelen darse en la zona dorsal de la columna. Además, afectan más frecuentemente a mujeres que a hombres. Es importante tener claro que, como ya hemos mencionado antes, el angioma vertebral no es un tumor maligno o con capacidad de producir metástasis.
¿Cómo se diagnostica?
Para el diagnóstico de un angioma vertebral, se suelen utilizar pruebas de imagen como escáner y la resonancia magnética. Por lo tanto, estas pruebas de imagen son indispensables en el diagnóstico.
La mayoría de los angiomas tienen unas características propias que los definen. Sin embargo, aquellos que son más agresivos pueden no tener estas características. Esta situación complica el trabajo de los especialistas, ya que pueden confundir con facilidad el angioma con otro tipo de tumor vertebral.
Cuando se da una situación en la que no se puede distinguir con facilidad el tipo de tumor mediante técnicas de imagen, normalmente se realiza una biopsia para estudiar el tejido y realizar el diagnóstico correcto.
¿Cómo se trata un angioma vertebral?
Normalmente, los pacientes que padecen de un angioma no suelen necesitar tratamiento, ya que no se presentan serios problemas. Al ser la columna vertebral una zona con muchos riesgos a la hora de realizar una operación, se suele recomendar llevar a cabo un tratamiento para disminuir el dolor. Esto se puede conseguir mediante medicación, inyecciones epidurales o acupuntura.
Hoy en día, disponemos diferentes tratamientos para aquellos angiomas menos agresivos. Dentro de estas técnicas destacamos:
- Radioterapia: esta técnica implica la aplicación de rayos X directamente en el lugar del problema. Los rayos destruyen las células del hemangioma y pueden detener su progresión.
- Embolización de arterias: consiste en impedir que la sangre llegue al angioma. Se inyectan por un catéter unas partículas formadas de esponja o gelatina que bloquearán a la arteria y al flujo de sangre al angioma.
- Inyecciones alcohólicas o vertebroplastias: consiste en inyectarle cemento a la vértebra dañada.
En cuanto a los más agresivos, normalmente se recurre a someter al paciente a una cirugía para que se descomprima la zona de la columna. A veces se lleva a cabo una resección, es decir, se extirpa la zona lesionada, a pesar de ser la opción más arriesgada y a la que se recurre cuando no hay otra opción.
También es común combinar tanto las técnicas utilizadas para tratar los angiomas menos dañinos con la cirugía.
Una lesión benigna que no debe subestimarse
Como ves, los angiomas vertebrales son proliferaciones vasculares que suelen ser asintomáticas y son diagnósticas de forma tardía por pruebas de imagen. No obstante, estas lesiones pueden llegar a comprometer la médulas espinal y las raíces nerviosas causando síntomas neurológicos. Ante cualquier duda consulta con tu médico de confianza.
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