Aprende a programar chequeos médicos de rutina

A partir de cierta edad debemos acudir a chequeos médicos de rutina. ¿Cada cuánto tenemos que hacerlo? Sigue leyendo y conoce la respuesta.
Aprende a programar chequeos médicos de rutina
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 06 julio, 2023

Dicen que es mejor prevenir que lamentar. Y cuando se trata de enfermedades, es preferible abordarlas cuando apenas están iniciando. Es menos complicado, doloroso, traumático o costoso. Por ello es necesario programar chequeos médicos de rutina.

Existen diversos tipos de chequeos. Así como hay básicos y generales, los hay por especialidades, en los que se controla la persona en caso de padecer alguna enfermedad crónica. Algunos son más complejos e incluyen pruebas específicas.

De acuerdo con esto, es pertinente preguntarse: ¿con qué frecuencia hay que programar chequeos médicos de rutina? ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta al acudir a la cita? En el presente artículo responderemos estas y otras cuestiones.

¿Por qué son importantes los chequeos médicos de rutina?

Un chequeo médico de rutina es un reconocimiento efectuado por un profesional de la salud. En el mismo se realiza una exploración física general del paciente y se elabora una historia clínica detallada.

La principal finalidad de un chequeo médico de rutina es prevenir o descartar, así como realizar la detección temprana de patologías, identificando los principales factores de riesgo asociados.

Existen, por otra parte, diversas razones por las que es importante visitar periódicamente al médico. Entre estas tenemos las siguientes:

  • En muchos chequeos médicos se logra detectar alguna enfermedad. Esta frecuencia aumenta con la edad.
  • Se desarrolla una relación con el médico. En este sentido, el paciente se siente más seguro y en confianza y el profesional de la salud conoce mejor al paciente.
  • Las visitas regulares al médico permiten construir un historial que puede ser útil en caso de emergencias.
  • En caso de los pacientes que se encuentran bajo tratamiento, las visitas de rutina permiten evaluar cómo está reaccionando la persona ante un medicamento, por ejemplo.
  • También se evalúa qué tan determinantes son los factores de riesgo y el estilo de vida en la evolución o aparición de una enfermedad.

Con todo esto, se establece un plan de trabajo para los medicamentos, los exámenes y los chequeos ulteriores. El objetivo o fin último de los chequeos médicos de rutina es que tengamos una vida más larga y saludable.

Programar un chequeo médico con un profesional de la salud.
Los controles periódicos aseguran un mayor nivel de detección de trastornos que pasarían desapercibidos.

Sigue leyendo: ¿Qué debería incluir un buen chequeo médico anual?

Tipos de chequeos médicos de rutina que puedes realizar

Programar un chequeo médico de rutina es para prevenir y se dirige a personas sin enfermedad previa conocida. En este sentido, es distinto del control que se hace con un especialista por una dolencia puntual. Por otro lado, también se puede diferenciar del seguimiento rutinario al que acuden las personas que tienen alguna enfermedad crónica.

Chequeo médico básico

Un chequeo médico general incluye la exploración básica y la revisión de la historia cínica: antecedentes familiares, medicamentos y alergias, vacunación y pruebas de detección anteriores.

En este sentido, es muy importante el intercambio de información médico-paciente, conocido como anamnesis. De hecho, hay estudios en los que se señala que olvidar mencionar un dato puede comprometer la expectativa de vida.

Dependiendo de los resultados en la anamnesis y exploración inicial de signos y síntomas pueden indicarse una serie de pruebas. Estas podrán ser exámenes de sangre, de orina y heces, un electrocardiograma o una radiografía de tórax, entre otras.

Chequeos médicos de rutina por especialidades

Existen los chequeos de rutina por especialidad, enfocados en un aparato u órgano en particular. Por ejemplo, en otorrinolaringología, en cardiología, en neumología, en gastroenterología, en urología, entre otros. También se deben tener en cuenta otros chequeos o revisiones, como los de oftalmología y odontología.

Chequeo médico completo

Para un cheque médico más completo se pueden añadir diversas pruebas y exploraciones que incluyen la prueba funcional respiratoria, el ecocardiograma con prueba de esfuerzo y la ecografía abdominal. Dependerá del criterio profesional y del protocolo que se aplique en la región geográfica en cuestión.

En el caso de la mujer, se recomienda un Papanicolaou para detección de cáncer de cuello uterino. Tomando en cuenta el factor de la edad, a partir de los 40 años se realizan mamografías y rastreo de osteoporosis a partir de los 65 años.

En los hombres mayores de 50 se recomienda el examen de la próstata cada año o cada dos, incluyendo el antígeno prostático y el tacto rectal. Aunque en las personas con antecedentes familiares oncológicos se sugiere comenzar antes.

De igual modo, según el estilo de vida y el historial clínico se pueden realizar pruebas adicionales. Entre estas se cuentan las siguientes:

  • TAC torácico en caso de que el paciente sea fumador.
  • TAC abdominopélvico.
  • AngioTAC coronario cuando hay factores de riesgo cardiovasculares severos.
  • Estudios endoscópicos en pacientes con síntomas digestivos o mayores de 50 años.

Sigue leyendo: Chequeos médicos en las mujeres: ¿cuáles y cada cuánto deben realizarse?

Consejos para programar tus chequeos médicos de rutina

A partir de los 40 años es recomendable hacerse chequeos médicos de rutina, generales o por especialidad, por lo menos cada dos años. Y a partir de los 50 esta frecuencia debe ser anual.

Lo mismo vale para las personas con alguna condición, como hipertensión arterial; con factores de riesgo, como la obesidad o el tabaquismo; con enfermedades crónicas, como diabetes; o que tengan antecedentes en la familia, como cáncer.

A continuación se ofrecen algunos consejos sobre lo que debe hacer la persona para programar sus chequeos médicos de rutina y organizarse en función de los exámenes a los que deba someterse.

1. Apuntar los chequeos que debes realizarte

No solo por el hecho de que ante la llegada de cierta edad la memoria comienza a ser poco fiable, sino también porque tenemos muchas tareas y actividades. Es necesario apuntar cuáles son los chequeos adicionales que debemos realizarnos.

Durante la consulta es deber tomar nota de los mismos. Al finalizar esta, debemos repasar la lista con el médico para estar seguros de no haber omitido nada.

2. Llevar un registro de las fechas

Debemos llevar un registro de las fechas en las que acudimos o realizamos las pruebas. De igual modo debemos proceder con las fechas en las que vamos a acudir a control, tenemos una nueva cita o nos programaron un examen.

3. Llevar un diario de síntomas

Hay que anotar cualquier síntoma que consideremos de cuidado. Por ejemplo, un dolor de cabeza. ¿Cuándo? ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué tan intenso? Este diario es importante llevarlo a la consulta con el médico.

4. Programar las fechas en el recordatorio del móvil

Es importante tener una agenda para anotar, pero podemos recurrir a diversos mecanismos para recordar fechas de consulta y exámenes. Desde un programador en la cocina hasta la computadora, pasando por el móvil.

Los teléfonos celulares actuales tienen múltiples funciones. Puedes programar recordatorios una semana antes, el día antes y varias horas antes de la consulta o el examen. Así no lo olvidarás.

Consulta ginecológica de chequeo.
Las mujeres tienen un plan de control y chequeo especial que incluye el rastreo del cáncer de cuello uterino y las neoplasias de mama.

¿Cuándo acudir de forma urgente al médico?

Programar un chequeo médico de rutina es algo que puede esperar, pero una urgencia no. Esta es una situación de salud que se manifiesta de forma repentina e intensa y que puede representar un riesgo mortal.

En este sentido, es necesario solicitar atención médica lo más pronto posible si experimentas algún síntoma como los que se mencionan a continuación:

  • Fiebre elevada.
  • Dificultad para respirar.
  • Dolor agudo en el pecho.
  • Parálisis en un lado del cuerpo o pérdida repentina de sensibilidad en un miembro.
  • Quemaduras graves.
  • Pérdida repentina de la visión.
  • Síntomas de envenenamiento.
  • Reacción alérgica grave con shock anafiláctico.
  • Conmoción.
  • Vómito o tos con sangre

Toma el hábito de programar tus chequeos médicos y acostúmbrate a anotar

El día de la consulta, seguro tendrás algunas cosas que decir y preguntar. Es bueno hacer una lista previa de los asuntos que deseas conversar con tu médico. No olvides que debes priorizar lo más importante.

Si no has entendido algo de lo que te dijo tu profesional, tienes una duda con respecto a una dosis, un medicamento o la fecha de una cita, llama y pide información para aclarar. Pide a tu médico sus datos de contacto: teléfono o correo. Pregúntale cuál medio prefiere para comunicarse.

Toma nota durante las consultas, como cuando estabas en el colegio. Al finalizar, solicita las aclaratorias que sean necesarias. Recuerda que la información completa y precisa es una herramienta para que se pueda establecer un tratamiento apropiado y ayudarte. El único que sabe lo que siente, eres tú.


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