Balanitis en niños: todo lo que debes saber
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
La balanitis en niños es una inflamación del prepucio y, en algunas ocasiones, de la cabeza del pene. Es un problema muy frecuente en los infantes que, por lo general, se resuelve en dos o máximo tres días. Solo en algunos casos la situación se puede complicar y requerir de cirugía.
Este problema puede llegar a ser muy incómodo, aunque rara vez grave. Afecta a 1 de cada 20 varones; la mayoría de ellos no circuncidados. El trastorno se resuelve, en la mayoría de los casos, con la aplicación de medidas de higiene y medicamentos de uso común.
¿Qué causa la balanitis en niños?
Antes de hablar acerca de las causas de la balanitis en niños, conviene saber que hay dos modalidades de esta patología. La primera es la química, que es la más común y representa una forma leve de la enfermedad. La segunda se llama balanitis infectada verdadera y tiene lugar en alrededor del 5 % de los niños menores de 5 años.
La balanitis en niños es causada por una afección o infección cutánea crónica. Esta se puede producir por hábitos de higiene inadecuados, lo que provoca un crecimiento excesivo de bacterias o levaduras. Usar jabones o lociones perfumados, barras de jabón que causan resequedad o no lavar bien el pene favorecen la aparición de la patología.
Algunos medicamentos también pueden provocar balanitis como efecto secundario. Entre ellos están ciertos laxantes, analgésicos, antibióticos y pastillas para dormir. Así mismo, hay enfermedades como la diabetes, la artritis reactiva o las infecciones de transmisión sexual que favorecen la inflamación.
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¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la balanitis en niños son muy molestos y fáciles de reconocer. La principal manifestación es el prepucio enrojecido e inflamado, lo que se acompaña de picor y, a veces, de dificultad para orinar. Lo usual es que los pequeños comiencen a quejarse de molestias en el pene.
El prepucio se ve apretado y no es retráctil. Así mismo, hay dolor y pueden aparecer manchas blanquecinas en la zona. También es común que se observe una acumulación de líquido espeso que se escapa del glande y que emite un olor desagradable.
La balanitis en niños casi siempre se diagnostica a partir de un examen clínico y de los síntomas. A veces es necesario ordenar algunas pruebas, como una muestra de orina o un cultivo de las secreciones para hacer un análisis en el laboratorio.
Tratamiento en casa para la balanitis en niños
Para tratar la infección en casa es muy importante hacerle una higiene adecuada al pene del niño todos los días. La persona encargada debe lavarse bien las manos antes y después de entrar en contacto con el infante, así como enseñarle a que él también lo haga.
En los bebés y en los niños más pequeños se debe retirar el prepucio del glande con suavidad y sin forzar. Luego, enjuagar el área con agua limpia y pasar un hisopo de algodón. No es conveniente usar talco. Si el niño es más grande, lo adecuado es enseñarle cómo debe asearse la zona.
Otra medida recomendable es la de llenar la bañera con agua tibia y agregar una cucharadita de sal. Después, el niño debe sumergirse en ella, de modo que el pene quede bien cubierto. Esto ayuda a aliviar los síntomas y debe hacerse entre dos y tres veces por día.
Es muy habitual que el médico recete antibióticos y cremas tópicas. Estas últimas deben aplicarse observando las medidas de higiene ya descritas. Así mismo, el tratamiento debe realizarse tal y como el profesional lo indique; no se debe suspender antes, aunque el pequeño muestre mejoría.
Cuando ver a un médico
Se debe consultar al médico siempre que haya algún síntoma de balanitis en los niños. El facultativo va a determinar qué causa el problema y tomará las medidas adecuadas para tratarla. Si la situación no se aborda de manera correcta, pueden aparecer diversas complicaciones.
La consulta con el médico es de suma importancia, en especial cuando los síntomas duran más de tres días o el problema reaparece después de haber sido superado. Así mismo, si el niño presenta fiebre o dificultad para orinar, ya que es posible que la infección se haya extendido al tracto urinario.
Si al mover el prepucio, este no vuelve a su posición inicial y queda retraído, también debe acudirse al médico, ya que puede tratarse de una afección llamada fimosis. En general, esta complicación es resultado de una balanitis crónica que genera adherencias en los tejidos blandos del pene.
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¿Cuándo es necesaria la cirugía?
Si no se trata como es debido, la balanitis puede dañar el prepucio y dar origen a cicatrices que provocan problemas urinarios permanentes. También es posible la fimosis que ya relatamos, lo que impedirá la retracción en forma normal.
Estas situaciones requieren, por lo general, de una cirugía para corregir las anomalías. La circuncisión es una alternativa a considerar cuando la balanitis se vuelve recurrente.
Prevenir la balanitis en niños desde la casa
La balanitis se puede prevenir con una higiene diaria adecuada. Lo indicado es que el niño se duche todos los días y después de que ha hecho ejercicio o realizado alguna actividad que le origine sudor.
No es conveniente utilizar productos perfumados en el pene. Así mismo, hay que secar muy bien la zona después del baño. Si el niño ha tenido antes balanitis, no hay que repetir el tratamiento sin el consejo médico previo.
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