4 posturas de yoga para liberar los gases y mejorar tu digestión

Síntomas como la hinchazón abdominal, los gases y el tránsito intestinal lento son comunes, y aunque una buena alimentación es clave, el movimiento físico es un buen complemento para estimular el sistema digestivo. El yoga, en particular, ofrece posturas que aplican torsión y compresión en esta zona, favoreciendo su función.
Al practicarlas, generas un masaje interno que activa la circulación y favorece las contracciones musculares, optimizando la movilización de los alimentos y la liberación de gases atrapados. A su vez, promueves la relación del sistema nervioso mediante la respiración consciente, todo lo cual influye de forma positiva en la digestión. ¿Qué posturas te conviene realizar? Aquí te compartimos las 4 más recomendables.
1. Postura para liberar el viento (Apanasana)
Esta postura genera una presión suave que moviliza el contenido intestinal, ayudando a liberar gases y a reducir la hinchazón abdominal.

¿Cómo se hace?
- Acuéstate boca arriba sobre una esterilla o colchoneta.
- Flexiona las rodillas y acércalas suavemente hacia tu pecho, sosteniéndolas con las manos.
- Mantén los hombros relajados contra el suelo y deja que la respiración guíe el movimiento: al inhalar, tu abdomen se acerca de manera natural a los muslos; al exhalar, lleva un poco más las rodillas hacia ti.
- Quédate unas cuantas respiraciones y luego suelta las piernas lentamente.
2. Torsión sentada (versión simple)
Esta postura genera una torsión suave en la columna que contribuye a estimular los órganos abdominales, activa la circulación y favorece el movimiento intestinal. El efecto es similar al de una compresión que ayuda a liberar tensiones internas.

¿Cómo se hace?
- Siéntate en el suelo con las piernas extendidas al frente, flexiona la rodilla derecha y apoya el pie junto al costado externo del muslo izquierdo.
- Coloca la mano derecha detrás de la cadera para darte soporte, y la mano izquierda sobre la rodilla flexionada.
- Luego, alarga la columna y comienza a girar suavemente el torso hacia la derecha, manteniendo los hombros relajados y el cuello alineado.
- Respira profundo y pausado, sintiendo cómo con cada inhalación creces hacia arriba. Enseguida, con cada exhalación, profundiza un poco más en la torsión sin forzar.
- Después cambia de lado para equilibrar.
3. Gato-vaca (Marjaryasana-Bitilasana)
Este movimiento dinámico genera un masaje rítmico en la zona abdominal. La alternancia entre contracción y estiramiento favorece los movimientos intestinales, promueve la eliminación de gases y ayuda a liberar la tensión acumulada.

¿Cómo se hace?
- Apoya las manos y las rodillas en el suelo, de manera que las muñecas queden debajo de los hombros y las rodillas alineadas con la cadera.
- Al inhalar, arquea con cuidado la espalda, llevando el pecho y el abdomen hacia abajo.
- Abre el pecho y dirige la mirada al frente (postura de la vaca).
- Al exhalar redondea la columna llevando el ombligo hacia adentro, empuja el suelo con las manos y deja que la cabeza caiga hacia el pecho (postura del gato).
- Repite este movimiento fluido varias veces, coordinando respiración y movimiento para movilizar la columna y sentir cómo disminuye la tensión.

4. Torsión supina (Supta Matsyendrasana)
Esta postura restaurativa combina una torsión suave con una relajación profunda. Su práctica favorece el movimiento natural del intestino al comprimir suavemente el abdomen; de este modo, estimula la digestión y ayuda a liberar gases retenidos.

¿Cómo se hace?
- Acuéstate boca arriba con las piernas estiradas.
- Flexiona la rodilla derecha y acércala suavemente hacia el pecho; luego, deja que caiga hacia el lado izquierdo.
- Extiende el brazo derecho en cruz, apoyando el hombro en el suelo. Gira la cabeza hacia la derecha si te resulta cómodo y respira profundo.
- Respira lento y pausado varias veces. Luego, regresa al centro para repetir del otro lado.
Hazlo sin forzar y sé constante
A menudo, estas posturas reflejan beneficios para la digestión desde las primeras sesiones. Sin embargo, debes procurar relajarte, respirar profundo y moverte sin forzar ningún movimiento. Si sientes dolor, ajusta la posición o descansa. Asimismo, intenta ser constante con su práctica.
No tienes que esperar a sentir hinchazón o malestar para integrarlas en tu rutina. Dedícale 5 o 10 minutos, varias veces por semana, y nota cómo contribuyen con tu bienestar.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.