Irene Albacete, coach: "las personas con inteligencia emocional no consiguen odiar a nadie"

¿Alguien te ha tratado con crueldad o desconfianza y eso ha generado en ti rabia o resentimiento? Esa suele ser la reacción más común, pero no necesariamente la más positiva. Si alguien no te trata bien, no lo tomes personal. Más bien intenta entender que su comportamiento probablemente es el reflejo de su propio dolor y no algo en tu contra. Se trata de un simple pero potente cambio en tu perspectiva que te ayudará a protegerte sin llenarte de odio.
Para la coach y escritora Irene Albacete, esa es la actitud con la que puedes librarte de una carga que solo generará en ti malestar. Según esta experta, las personas con inteligencia emocional tienen una comprensión más profunda de la naturaleza humana y eso les impide sentir odio por nadie.
Detrás de la hostilidad hay un niño herido
Cuando tienes inteligencia emocional, puedes ver más allá de la superficie y entender que, lo que se esconde tras el comportamiento difícil de una persona, es dolor. Así, esa actitud que has considerado insoportable, no es más que heridas que siguen sin sanar desde la infancia. Albacete lo explica de la siguiente manera: “un niño herido que nunca sanó, que simplemente creció”.
Entonces, las acciones hostiles que has percibido no son un ataque contra ti, sino más bien un síntoma. La persona está proyectando su dolor en ti. ¿Y por qué sucede eso? Porque quien siente dolor o rabia, lo siente hacia todos los que le hirieron en su pasado.
Lo mismo con quien desconfía de ti, lo hace porque aprendió que la confianza duele. Si entiendes eso, muy pronto el comportamiento ajeno deja de ser una agresión, es solo la historia que la otra persona lleva consigo.
Comprender y poner tus límites: la importancia de la autoprotección
Tener empatía por alguien que sufre no implica que actúes con pasividad y justificación ante situaciones que pueden atentar contra tu bienestar. La inteligencia emocional te permite entender, pero no aceptar. No se trata de tolerar los malos comportamientos o dejar que te lastimen, es no permitir que la toxicidad ajena te destruya.
Cuando fortaleces tu inteligencia emocional te haces con un escudo que te ayudará a protegerte, sin sentir odio. Podrás comprender la herida que quizás motiva a alguien y cómo marcar tus límites. Según Albacete: “Puedes ver el dolor de alguien sin convertirte en parte de él. Puedes entender por qué alguien está roto sin dejar que te rompa a ti también”.
Enfócate en cuidar tu paz, librándote del resentimiento, odio y la rabia. No te hagas una víctima del dolor de otro y tampoco seas el verdugo de quien sufre. Elige mejor ser un observador más consciente y protege de tu bienestar.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.