Bolitas en los testículos: causas y tratamientos

Con el término "bolitas en los testículos", los pacientes consultan por la presencia de una protuberancia testicular. Algunas de sus causas principales se explican en este artículo.
Bolitas en los testículos: causas y tratamientos
Maryel Alvarado Nieto

Escrito y verificado por la médica Maryel Alvarado Nieto.

Última actualización: 10 julio, 2023

Existen condiciones en las cuales puede aparecer una masa en la región testicular u observarse un aumento de volumen de la bolsa escrotal. A estos hallazgos, la terminología popular le denomina “bolitas en los testículos”. Sin embargo, la nomenclatura médica varía, dependiendo del tipo de lesión encontrada.

Las causas de estas protuberancias son diversas, por lo que es necesaria la valoración minuciosa del paciente. De forma general, establecer un diagnóstico precoz y acertado es el principal objetivo de la consulta.

Debido a la variabilidad de patologías que pueden desencadenar cambios en la región escrotal, es importante conocer las más frecuentes. Las mismas están agrupadas en este artículo.

1. Escroto agudo como causa de bolitas en los testículos

La aparición de dolor testicular que se instaura de forma rápida, se conoce como escroto agudo. Además del dolor, este cuadro clínico se acompaña de inflamación, calor y enrojecimiento de la zona escrotal.

Aunque existen distintas causas, la evaluación del paciente debe realizarse con suprema diligencia. En los casos de torsión testicular, el tratamiento quirúrgico ha de ser inmediato.

La inflamación puede comprometer toda la bolsa escrotal, afectar un solo lado de la misma o incluso simular varias bolitas en los testículos. Se debe tomar en cuenta la edad del paciente, puesto que puede guiar el diagnóstico. Del mismo modo, las características de los síntomas son indispensables para confirmar o descartar una exploración quirúrgica urgente.

Torsión testicular

La torsión testicular es un cuadro en el que el cordón espermático gira sobre sí mismo, ocluyendo la irrigación de la gónada. Dependiendo del grado de torsión y del tiempo de evolución, se produce un compromiso de la viabilidad del testículo, constituyendo una verdadera emergencia quirúrgica.

Por esta razón, es el primer diagnóstico que se debe descartar en el escroto agudo. En realidad, representa el tercero en frecuencia real.

La edad de aparición más habitual es durante la pubertad, pero puede afectar a hombres de cualquier grupo etario. Otro grupo que posee una alta vulnerabilidad es el constituido por los recién nacidos. En ellos se debe sospechar ante un bebé que se torna irritable y en cuya exploración física se evidencia un aumento de volumen del escroto.

En cambio, en otras edades, los síntomas incluyen lo siguiente:

  • Malestar general.
  • Náuseas y vómitos.
  • Enrojecimiento testicular.
  • Dolor intenso de inicio súbito.
  • Aumento de volumen de la bolsa escrotal.

El tratamiento es quirúrgico. Se reduce la torsión y se fija el testículo al escroto para evitar la recidiva del cuadro.

Del mismo modo, es conveniente fijar también el testículo contralateral. Por otra parte, debido al elevado riesgo de necrosis de la gónada, se recomienda la exploración quirúrgica de entrada. Para ellos, se debe omitir la realización de estudios complementarios, como la ecografía testicular.

La torsion testicular se aborda de manera quirúrgica.
La cirugía es el tratamiento para la torsión testicular y no debe demorarse.

Epididimitis aguda

Esta es la causa más frecuente de escroto agudo en adultos y la segunda en la edad pediátrica. Ocurre un proceso inflamatorio del epidídimo, que suele estar asociado de forma secundaria a una infección del tracto genital.

El microorganismo involucrado depende del origen de la infección. Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son la principal causa de epididimitis aguda en los hombres con vida sexual activa.

Los síntomas incluyen dolor testicular que aparece de forma progresiva y aumento de volumen escrotal, el cual afecta el mismo lado de la gónada. Además, si el origen de la infección es la vía urinaria, son frecuentes las molestias al orinar.

Por esta razón, es importante solicitar un uroanálisis. El tratamiento incluye reposo y analgesia, pero debe prescribirse antibioticoterapia.

Torsión de los apéndices testiculares: bolitas en los testículos vistas por los padres

La causa más frecuente de escroto agudo en el niño es la torsión de los apéndices testiculares. En esta entidad clínica están involucradas unas estructuras presentes en el polo superior del testículo.

Esto conlleva a la aparición de dolor, ya sea de forma brusca o gradual, que no suele estar asociado a síntomas vegetativos (náuseas o vómitos). Del mismo modo, puede evidenciarse algún grado de inflamación del escroto.

La referencia de los padres a ver bolitas en los testículos se basa en la visualización del llamado “punto azul”. Este signo es característico de la torsión de los apéndices testiculares, pero su ausencia no descarta el diagnóstico.

El manejo del cuadro se hace con reposo y analgesia antiinflamatoria pautada durante 7 a 10 días. Se considera una entidad benigna que mejora de forma progresiva.

2. Hidrocele

La acumulación de líquido entre las capas de la bolsa escrotal es denominada hidrocele; puede ser congénito o adquirido. En el primer caso, el cúmulo es secundario a un defecto en el cierre de los procesos involucrados en el descenso de los testículos desde la cavidad abdominal en la vida intrauterina.

El hidrocele congénito afecta a recién nacidos, quienes presentan un aumento de volumen del escroto. El manejo expectante es el indicado durante el primer año de vida, ya que la resolución suele ser espontánea.

En cambio, en el hidrocele adquirido, el mecanismo involucrado es un desequilibrio entre la producción de líquido y su reabsorción. Las causas asociadas son diversas; la mayoría de los casos son idiopáticos.

La exploración física debe incluir el uso de la transiluminación para cerciorar la presencia de líquido claro. El manejo es quirúrgico, aunque en los casos leves puede mantenerse una conducta expectante.

3. Varicocele

La dilatación del plexo venoso pampiniforme en el cordón espermático conduce a la formación de un varicocele. Por lo general, se mantiene como una patología asintomática, descubriéndose de forma casual.

Puede causar molestias, como pesadez, dolor o incluso implicar un problema de tipo estético. Afecta casi siempre al testículo izquierdo, en el que aparece una masa blanda de bordes tortuosos.

Se considera que el varicocele es la primera causa reversible de infertilidad masculina. Sin embargo, su presencia no está relacionada de forma directa a problemas de fertilidad.

Por ello, el enfoque terapéutico actual es quirúrgico en los pacientes en quienes la masa testicular sea palpable y esté asociada a alteraciones en el espermograma. La cirugía en los casos sintomáticos aún no tiene consenso.

Bolita en los testículos causa infertilidad.
Se indica la cirugía del varicocele cuando se detectan alteraciones en el espermograma del paciente.


4. La hernia inguinal puede generar bolitas en los testículos

Una hernia inguinal es la protrusión de contenido de la cavidad abdominal a través del conducto inguinal. Ocurre con más frecuencia en niños pequeños y en adultos mayores.

En los primeros, la causa es un defecto en el cierre de los procesos implicados en el descenso de los testículos. En cambio, en los adultos se produce por debilitamiento de la pared abdominal.

Cuando el contenido es capaz de llegar hacia el escroto, puede generar una masa en la bolsa, denominándose hernia inguinoescrotal. El tratamiento de las hernias no reductibles siempre es quirúrgico. Y mientras no exista compromiso de las estructuras, se puede programar la intervención con tiempo.

5. Tumores testiculares

Por último, una causa poco frecuente de protuberancias es la patología tumoral. Los tumores testiculares presentan incidencias distintas, dependiendo de la edad del paciente.

La exploración física permite la sospecha sobre una masa benigna o maligna. La indicación de ecografía testicular es fundamental para el diagnóstico, que se confirmará con la realización de una biopsia.


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