6 causas del miedo al compromiso en las relaciones de pareja
Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales
Todas las personas sentimos cierto temor cuando nos encontramos con alguien que nos interesa, sobre todo cuando la relación puede «subir un escalón más». Mientras que algunos disfrutan mucho dar ese gran paso, hay quienes entran en «pánico escénico» y empiezan a boicotear la relación con excusas. ¿Por qué existe el miedo al compromiso?
Esta situación se ha vuelto bastante frecuente en la actualidad. De hecho, es un denominador común de algunas personas que se resisten a formalizar su relación. Detrás de esta conducta existen muchas posibles causas, aunque también formas de afrontarlo. ¡Descúbrelo!
Características de una persona con miedo al compromiso
Antes de saber cuáles son las causas del miedo al compromiso, vale la pena destacar las principales características de las personas que lo padecen. De este modo, podremos reconocer si lo estamos experimentando y si debemos tomar acción para cambiarlo.
- Son huidizas: si están en una relación y ven algún indicio para dar un paso más y avanzar, «salen corriendo» o inventan alguna discusión para darla por finalizada (el rol de «dejadores»). Hay otros que prefieren que la relación se estanque y, al no mostrar interés, son quienes terminan «siendo dejados».
- No tienen una buena gestión de sus emociones: se muestran incapaces de expresar cómo se sienten e intentar hacer algo con ello.
- Autosabotean la relación: se cuestionan, a menudo, si la relación funciona bien o si podría existir algo mejor. Por ello, acaban enredándose y creyendo que quizás no quieren tanto a su pareja.
- Les cuesta pensarse a largo plazo: sienten dificultades de proyectar y apostar por cl crecimiento de la pareja.
- Les cuesta los cambios, especialmente el abandono de roles anteriores.
- Hiperresponsabilidad: muchas personas cargan de demasiadas expectativas y obligaciones a las relaciones. En consecuencia, se vuelve como «un examen por resolver» en lugar de ser placentero el tiempo compartido. Tener una actitud de hiperresponsabilidad y hasta de «sostén o proveedor/proveedora» de la relación es agobiante.
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Principales causas del miedo al compromiso en las relaciones de pareja
Cada persona tiene sus propias historias y, a partir de allí, se puede explicar el miedo al compromiso. A priori, podríamos citar de manera general algunas de las causas que mencionamos a continuación.
1. La idea que se tiene sobre las relaciones
Una de las principales causas del temor a estar comprometidos tiene que ver con el modelo de relaciones que tenemos en nuestra mente, o bien, con el modelo de relación que hemos crecido y que tomamos como referencia.
Muchas personas crecieron en entornos con relaciones tóxicas y absorbentes. Debido a esto, aprenden que ese y solo ese es el modo de relacionarse.
2. La propia experiencia
A veces, la dificultad para vincularse con compromiso con otros es el resultado de una experiencia previa dolorosa y por la cual no queremos atravesar de nuevo. Esto, sobre todo, si la vivencia tuvo que ver con alguna ruptura o duelo por una relación.
En este caso, operamos a través de la generalización, la cual nos lleva a partir de una situación y extrapolarla a otras, que no necesariamente serán así.
3. Lo que entendemos por compromiso
Muchas veces, tenemos una imagen errónea de compromiso y terminamos por igualarlo a quedarse sin libertad o ahogo. Pensamos en términos de pérdida, y no en las ganancias que implica compartir con otras personas nuestros intereses o actividades.
En este punto, también resulta interesante dar un paso más y cuestionarse la idea del amor romántico que estuvo en auge de manera indiscutida durante mucho tiempo. Sin duda, resulta idealizado y prescriptivo sobre cómo deberían ser las relaciones.
Sin embargo, no existe una sola forma de vivir y expresar el amor. De hecho, puede cobrar formas muy diferentes en virtud de la relación de pareja, que implica expectativas, negociación y acuerdo.
4. El temor a ser herido y a sufrir
Estar en pareja implica compartir, pero algunas personas interpretan esto como «exponerse». Es revelar nuestras experiencias, historias personales, proyectos y sueños. Hay quienes creen que esto nos deja en una situación de vulnerabilidad y, por eso, prefieren no correr el riesgo de sufrir.
5. Por el mensaje que recibimos de la sociedad
Es importante reconocer el rol que tiene el contexto en la actualidad. En muchos ámbitos, se hacen bromas acerca de quienes se comprometen y eligen estar en pareja. Recibimos muchos mensajes de doble sentido, en donde quienes están solteros y solteras son «ídolos», disfrutan de la vida o «tienen el mundo por delante».
En cambio, se suele decir que quienes están en pareja «se están perdiendo de algo». Por su puesto, si todo el tiempo estamos rodeados de estas ideas, terminaremos por sentirnos confundidos y por creer que disfrutar y estar en pareja son opciones excluyentes e incompatibles.
6. El eterno enamoramiento
Por último, también hay personas que quieren vivir siempre en el estado de enamoramiento, ese típico de los primeros meses en que uno se conoce con alguien. De este modo, van saltando de relación en relación, buscando esa misma adrenalina y química inicial, antes de la estabilidad.
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Recomendaciones para afrontar el miedo al compromiso
Tampoco debemos pensar en soluciones de talla universal, ya que cada persona es única y necesita algo particular. Pero los siguientes consejos para afrontar el miedo al compromiso en las relaciones de pareja podrían ser útiles.
Sincerarnos
En ocasiones, este miedo no es más que la excusa porque rechazamos el compromiso para determinado momento o en cierta relación. Por eso, resulta conveniente determinar cuál es el origen real, si el temor o el desinterés. Mientras que este último es una elección válida, cuando se trata de temor nos paraliza y nos impide disfrutar.
Conversar
Es importante promover espacios de diálogo fluido y sincero con la persona que nos interesa para así poder sentirnos a gusto. No podemos esperar que entienda por sí misma a qué le tememos o cuándo nos sentimos abrumados. Seguramente, de estos intercambios pueden surgir algunos acuerdos para que ambas partes involucradas se encuentren bien.
Desarmar nuestras ideas y creencias
Animarnos a expresar nuestros temores y a conversar con la otra persona sobre lo que queremos en una relación, nuestras inquietudes, temores, etcétera. Muchas veces, resulta más fácil depositar la responsabilidad en otra persona o en el compromiso, en lugar de aceptar y trabajar en su verdadero origen, es decir, nuestros pensamientos.
Trabajar sobre la gestión de emociones y habilidades sociales
Por un lado, es importante aprender a identificar las emociones, reconocer cuándo se presentan y frente a qué circunstancias. Luego, vale la pena atreverse a cuestionar qué tan funcionales resultan para nuestros deseos y objetivos.
También hay que desarrollar habilidades sociales para poder expresar a otros cómo nos sentimos. De este modo, podemos establecer acuerdos y límites para acercarnos a relaciones más sanas y que no nos agobien.
Que el miedo al compromiso no nos limite
Si bien en este texto nos hemos referido al compromiso enfocado en la pareja, es conveniente mencionar que dicho temor también puede presentarse a nivel laboral, por ejemplo, negándonos a participar en proyectos por vergüenza de cumplir con las expectativas o un sinnúmero de excusas más.
Siempre que «no comprometerse» esté basado en una decisión genuina y acorde a nuestros deseos, la situación será liberadora y nos hará sentir a gusto. Ahora bien, cuando nuestros deseos quedan «a merced» de nuestros miedos, nos perdemos la posibilidad de disfrutar, crecer y superarnos.
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