8 claves para lavar los platos a mano
Comer alimentos caseros es uno de los placeres de la vida. Sin embargo, después de comer viene una tarea que pocos quieren hacer. Se trata de uno de los oficios que menos suele gustar a las personas. Al respecto, en este artículo te indicamos 8 claves para lavar los platos a mano.
Aunque existen lavavajillas, muchos hogares no cuentan con este electrodoméstico. Asimismo, otras personas prefieren lavar los platos a mano porque no todo son ventajas con el lavavajillas, pues consume energía eléctrica y requiere de un jabón especial.
Además, hacerlo de la forma tradicional tiene sus ventajas. Por un lado, se puede ahorrar agua y consumir menos energía. Por el otro, asignar este oficio a un miembro de la familia cada día permite motivar la responsabilidad en los hijos y enseñar sobre la importancia de colaborar.
Errores más comunes al momento de lavar los platos
Aunque lavar los platos es una tarea sencilla e intuitiva, también es fácil cometer errores que pueden poner en riesgo la salud o dañar los utensilios y la vajilla.
Por ello, no creas que es un tema sobre el que no vale la pena investigar. La cocina es una de las zonas en las que más bacterias hay, en especial en el área de lavado. Presta atención a los siguientes errores para que los prevengas y puedas lavar los platos a mano de forma más efectiva.
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Dejar acumular grandes cantidades de platos
Hacer grandes pilas de platos, ollas, vasos y utensilios para lavar es una conducta frecuente, pero nada provechosa. En primer lugar, se vuelve una tarea mucho más pesada.
Por otro lado, hace que la comida se reseque y sea más difícil quitarla. Asimismo, las bacterias y los hongos se reproducen. Por lo tanto, lo ideal es lavar los platos y utensilios al mismo tiempo que se va cocinando.
Usar la misma esponja para todo
¿Alguna vez has intentado tomar agua en un vaso, pero el olor te resulta muy desagradable? Esto suele pasar porque se usa la misma esponja para lavar todo.
Al respecto, conviene tener una esponja o cepillo para los vasos, otra para las ollas y otra para lavar los platos, cubiertos y utensilios. Además, permite evitar la contaminación entre las diferentes sustancias que quedan en los restos de comida.
Ignorar los trapos de cocina
Muchas personas reemplazan las esponjas de cocina por trapos. Asimismo, hay quienes secan los platos con trapos antes de volverlos a poner en los estantes.
No obstante, estas telas también pueden convertirse en un lugar para el desarrollo de bacterias y gérmenes. Por ello, es importante lavarlos con agua caliente después de cada uso y, si es posible, pasarlos por la secadora a alta temperatura.
Lavar siempre con agua fría
Es muy frecuente que se lave la loza con el agua fría del fregadero. Sin embargo, este es un error que permite que tu cocina sea un foco de bacterias y patógenos.
Al respecto, el portal Food Safety del gobierno de los Estados Unidos señala que, para evitar la contaminación cruzada, es fundamental lavar las tablas de cortar, los platos, los utensilios y las encimeras con agua caliente y jabón.
Para facilitar el lavado con agua caliente también se puede utilizar un recipiente grande que permita sumergir los platos y herramientas. No obstante, es importante usar guantes o tener cuidado de no quemar la piel de manos y brazos. Además, es mejor evitar que los niños manipulen esta temperatura.
No retirar los restos de comida antes
En muchas ocasiones los platos se ponen en el fregadero y se inicia el lavado de forma inmediata. Sin embargo, esto es un error que dificulta el lavado de la loza y hace que se gaste más agua.
Lo mejor es eliminar los restos de comida primero y desecharlos en el recipiente de la composta o de los residuos orgánicos. También puedes pasar una servilleta para facilitar el proceso. Después eliminas la grasa y lavas los platos en un modo más sencillo.
Claves para lavar los platos a mano
Aunque lavar los platos a mano no es una tarea siempre grata, es necesaria y debe hacerse de la mejor forma. Además, puede resultar una tarea agradable si se pone una buena actitud y se usan trucos que faciliten el proceso.
A continuación te señalamos algunas claves que harán más higiénica y fácil la labor.
1. Cuida la esponja
Una investigación publicada en International Journal of Food Microbiology realizó un análisis sobre el crecimiento y desarrollo de bacterias en esponjas y cepillos para lavar los platos. Los hallazgos indican que, como están expuestos a fluidos de alimentos y agua, son un espacio propicio para el crecimiento de patógenos, como Salmonella.
No obstante, el mismo estudio encontró que es más higiénico usar brochas en vez de esponjas. Por lo tanto, si deseas tener un hogar más amigable con el medio ambiente, puedes reemplazar las esponjillas por un cepillo hecho de madera y fibras naturales, que te permita esparcir el jabón.
Sin embargo, si prefieres utilizar las esponjas, debes prestar especial atención a malos olores o cambios en el color, pues son señal de que debes cambiarla.
2. Desinfecta con frecuencia la esponja o el cepillo
A pesar de que la esponja se debe cambiar con frecuencia, es importante limpiarla a profundidad a diario o mínimo 4 veces por semana. Igual sucede con el cepillo y los trapos.
Para este proceso se puede usar agua hirviendo y un chorrito de vinagre. En cuanto a la esponja, se mete al microondas por un minuto. Sin embargo, es importante asegurarse de que no esté mojada.
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3. Usa una malla o rejilla en el desagüe
Lavar la loza a mano puede implicar que una serie de desperdicios de comida vayan a parar al desagüe. Esto es un problema que con el paso del tiempo hará que se tapen las tuberías.
Por ello, es aconsejable que compres una rejilla para ponerla en el desagüe, de modo que te permita filtrar los restos de alimentos. Asimismo, será de gran ayuda en caso de que se vaya algo por accidente al lavaplatos, como un anillo.
4. Usa guantes
Lavar los platos a mano puede resecar las manos y debilitar las uñas. Además, tener contacto con los restos de comida mojados no es nada agradable.
En consecuencia, usar guantes es una excelente idea para cuidar la piel y hacer más agradable esta tarea. Procura comprarlos en una talla que se ajuste a tus manos y no compartirlos. Lo ideal es que cada miembro de la familia tenga su par de uso personal.
5. Emplea trucos caseros
Hay elementos que todos tenemos en la alacena y facilitan los procesos de limpieza. El vinagre, el bicarbonato, el café y el limón son grandes aliados en este proceso.
Al respecto, puedes usar agua tibia con limón y bicarbonato para ablandar la grasa. El vinagre sirve para reforzar el lavado de recipientes que contienen comida que desarrolla moho. Por su parte, los posos de café son absorbentes y ayudan a eliminar la grasa difícil que se pega a las sartenes.
6. Lava en orden
Aunque parezca que lavar los platos a mano no tiene mucha ciencia, tener un orden determinado para hacer el proceso es una gran estrategia. De igual forma, conviene ubicarlos en el platero de forma organizada.
En primer lugar, lava los vasos o los recipientes de cristal y vidrio. Continúa con los platos y los cubiertos. Con estos últimos es necesario refregar uno por uno y no en lote, pues saldrán sucios. Finaliza con los sartenes y las ollas, dejando para el final los que más grasa contengan.
7. Remoja la suciedad difícil de quitar
Cuando tienes una olla con la suciedad pegada, lo mejor que puedes hacer es dejarla en remojo con agua tibia por un par de horas. Sin embargo, es mejor prevenir que lamentar.
Por ello, cuando prepares comida que con el tiempo se endurece, lo mejor es que la enjuagues o dejes en remojo de forma inmediata. Es el caso de la avena, las masas para hacer tortas o el chocolate.
8. Usa limón o sal para erradicar malos olores
Muchas veces los platos, los utensilios y las sartenes quedan impregnados con olores desagradables. El olor a huevo crudo es un ejemplo clásico.
Sin embargo, puedes aplicar dos trucos en el lavado que te ayudarán a controlar este efecto desagradable. En primer lugar, sumerge el objeto en agua caliente con sal. En segundo lugar, puedes aplicar zumo de limón al agua cuando hagas el aclarado, después de enjabonar. Ambos funcionan de maravilla.
Fíjate en el escurridor al lavar los platos a mano
Ahora que conoces las claves para lavar los platos a mano y los errores que debes evitar cometer, también debes tener en cuenta que hay que comprar un buen escurridos. El cuidado que le des es muy importante, porque los ambientes húmedos y mojados son el hábitat perfecto para que crezcan bacterias y se generen malos olores.
Al respecto, asegúrate de secar y limpiar el escurridor una vez guardes tu platos. De lo contrario, se convertirá en un espacio para acumular suciedad. Puedes limpiarlo con lejía una vez por semana para garantizar la eliminación de los gérmenes.
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