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Consejos para mantener un buen control de la diabetes durante el verano

4 minutos
Si tienes diabetes, es posible que te preguntes cómo encarar las olas de calor para que no se alteren tus valores de glucosa. Consultamos a un experto en el tema para que nos dé recomendaciones.
Consejos para mantener un buen control de la diabetes durante el verano
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto

Última actualización: 06 octubre, 2024

Las altas temperaturas no afectan de igual manera a todas las personas. En general, los climas calurosos provocan que nuestras arterias se ensanchen, por lo que los niveles de insulina aumentan. Como consecuencia, los valores de glucosa disminuyen.

Pero el calor también puede producir el efecto contrario. Ante temperaturas extremas, de más de 40 °C, es más probable que nos deshidratemos. En ese caso, la glucosa aumenta en la sangre.

Enol Sierra, especialista en diabetes desde hace 10 años, comenta que, por estas variaciones, «debemos seguir haciendo el monitoreo de glucosa». Y añade que no hay razones para «enviar a la diabetes de vacaciones». Es decir que, a pesar de la flexibilidad de los hábitos en verano, no podemos descuidarnos.

¿Qué comer en verano para controlar la diabetes?

Sierra, que ya ayudó a más de 1700 pacientes con diabetes en todo el mundo, afirma que el agua es el ingrediente principal de la dieta del verano, tanto para las personas insulinodependientes como para las que no lo son. Al menos, 2 litros al día sería lo óptimo. Y más cantidad si hacemos actividad física.

A la par del líquido, una buena incorporación son las frutas con una gran cantidad de agua. Ejemplos serían la sandía, el melón y la piña.

Una situación particular sucede si la medición de glucemia arroja un resultado mayor a 180 mg/dL. En ese caso, postula el experto, «se necesita beber más cantidad».

En el otro extremo, en hipoglucemia (bajada de los niveles de azúcar en la sangre), Sierra recomienda ingerir hidratos de carbono de rápida absorción, como las tabletas de azúcar, los geles o los zumos. No hace falta una gran cantidad; suele bastar con 10 gramos en la mayoría de los pacientes.

Respecto a lo último, es crucial no excederse con los azúcares ingeridos para revertir una hipoglucemia. Muchos acaban con hiperglucemia por no dosificar las cantidades.

Lo mejor es adelantarse. «Cuando sentimos que los niveles de glucosa van descendiendo, podemos comer algunos alimentos para no llegar directamente a la hipoglucemia», sugiere el especialista.

Lo que no debe faltar en el kit de verano

Le preguntamos a Enol Sierra qué cosas no deberían faltar en el neceser o la mochila de una persona con diabetes, durante la época de mayor calor, en pos de prevenir hipoglucemias e hiperglucemias. Su respuesta fue la siguiente:

  • Glucómetro: es el instrumento que nos permite saber los valores presentes de glucemia y, con esa información, actuamos en consecuencia.
  • Medicación: a la hora de viajar, habrá que contar con fármacos suficientes. En vacaciones largas, llevar el doble de las dosis necesarias puede evitarnos un disgusto y una situación de estrés.
  • Carbohidratos de rápida absorción: tabletas de glucosa, geles, zumos o incluso algún sobre de azúcar. Si se tienen a la mano siempre, serán de utilidad para abordar un descenso de la glucemia.
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«Es bueno llevar un certificado médico al viajar —afirma Enol Sierra (foto)—, para evitar problemas con el transporte de medicación en aeropuertos o aduanas».

Si vivo con diabetes, ¿puedo hacer ejercicio en verano?

Lo primero que nos explica el también licenciado en el actual grado de ciencias de la actividad y del deporte, es que el ejercicio de fuerza sigue siendo el gran aliado de las personas con diabetes. Realizado de manera adecuada, a la intensidad correcta, es hiperglucemiante, es decir, sube la glucosa en ese momento. Por lo tanto, tiene bajo riesgo de hipoglucemia.

Al contrario, los ejercicios cardiovasculares de larga duración, como el running, la natación o el ciclismo, bajan la glucosa. Y este efecto aumenta con el calor.

Considerando lo anterior, Sierra plantea los siguientes recaudos para continuar con la ejercitación en verano:

  • Si se harán rutinas de fuerza, es preferible optar por gimnasios con aire acondicionado. En caso de practicar los movimientos al aire libre, habrá que alargar los descansos entre series.
  • Para el ejercicio cardiovascular en exteriores, hay que tener cuidado con los golpes de calor. Se deben evitar las horas centrales del día y, tanto antes como durante la práctica, habrá que hidratarse.

Descubre cómo: Viajar con diabetes


La diabetes no es un impedimento para disfrutar el verano

El calor nos lleva a cambiar los hábitos. Pasamos más tiempo fuera, comemos distinto y olvidamos la hidratación.

Sin embargo, seguimos viviendo con diabetes. Entonces, debemos prestar atención a las cuestiones que se vuelven más prioritarias en verano.

Además del estilo de vida, no podemos descuidar la medicación. Si usamos insulina, hay que tener en cuenta que «es un fármaco muy sensible al calor —recuerda Enol Sierra—, por lo tanto, siempre se debe mantener por debajo de los 30 °C, así que hay que refrigerarla».

En casa lo tenemos fácil porque se puede almacenar en la nevera. Cuando salimos fuera, se podría transportar en bolsas térmicas con hielo.

Si hacemos un pequeño esfuerzo y seguimos estas sencillas pautas, disfrutar el verano es posible, a pesar de la diabetes. Y siempre estará la posibilidad de consultar a nuestro médico de cabecera en caso de dudas sobre las dosis, lo que comemos y la cantidad de ejercicio que practicamos en esta época.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.