Cómo elaborar un bálsamo de árnica para calmar los dolores musculares
Revisado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila
El árnica (mejor conocida como Arnica montana L.) es una planta que se ha utilizado con fines medicinales desde hace cientos de años. En concreto, como analgésico y antiinflamatorio natural. Por esto mismo, ha resultado ser un elemento común en diversos productos de aplicación tópica, como pomadas, cremas y geles.
¿Alguna vez te han recomendado que te apliques un poco de bálsamo de árnica sobre una contusión o un hematoma? Seguramente, sí. Así como también es posible que te hayan recomendado este mismo remedio para aliviar un dolor de cabeza leve, o dolores musculares.
Veamos más sobre esta planta tan popular a continuación.
¿Cuáles son los beneficios de la árnica para aliviar los dolores musculares?
Los principales beneficios de la árnica giran en torno a su acción antinflamatoria y analgésica. Por esto, al aplicarse sobre una contusión o una zona adolorida (por sobreesfuerzo físico, por ejemplo), alivia el dolor y disminuye la inflamación.
En la medicina natural, el árnica se ha utilizado para aliviar los síntomas de afecciones como:
- Esguinces.
- Magulladuras.
- Artritis y artrosis.
- Quemaduras leves.
- Hematomas cutáneos.
- Inflamación y tensión muscular.
En vista de los diversos usos que ha tenido, se han realizado diversas investigaciones para indagar en los beneficios que se le atribuyen. Así, en un estudio se pudo comprobar que el árnica en gel tenía el mismo efecto -a nivel tópico- que medicamentos como el ibuprofeno, en el tratamiento de la osteoartritis de la mano.
En torno a esto mismo, los expertos de Medline Plus explican que “el uso de gel de árnica (A. Vogel Arnica Gel, Bioforce AG) 2 veces por día durante 3 semanas disminuye el dolor y la rigidez y mejora la función en personas con artrosis en la mano o la rodilla”.
Es importante destacar que el árnica no se utiliza de cualquier manera para brindar alivio, sino procesada de diversas maneras. Esto es porque la planta, “al natural” puede producir irritación en la piel y otros efectos adversos.
La tintura del árnica, las flores maceradas en aceite de oliva, por ejemplo, son remedios naturales para el alivio de esguinces, torceduras de pie y hematomas. También se puede encontrar a menudo en crema y gel en distintas parafarmacias y tiendas naturistas.
Aunque según el punto de vista de la homeopatía se puede ingerir en pequeñas dosis para aliviar sintomatología interna (como dolor de cabeza, por ejemplo), lo más conveniente es utilizarla de forma externa, ya que algunos de sus componentes pueden causar intoxicación.
Teniendo en cuenta lo expuesto y los datos aportados por la evidencia científica, tenemos que un ungüento o bálsamo de árnica puede ayudar a:
- Calmar golpes o contusiones.
- Aliviar y atenuar los hematomas.
- Tratar desgarros y dolores musculares al disminuir la inflamación y el dolor.
- Controlar algunos de los síntomas de la artritis reumatoide y generar sensación de alivio.
Receta para preparar un bálsamo de árnica
Este bálsamo de árnica está diseñado para tratar el dolor y la inflamación mediante su aplicación directa sobre la piel. Entre sus compuestos también se encuentra la pimienta de cayena, cuyo activo, la capsaicina, potencia el efecto antiinflamatorio, vasodilatador y analgésico.
Aplicado con un masaje suave, se considera que ayuda a estimular la circulación sanguínea, y con ello, disminuir la inflamación y las molestias. Esto ayudaría a obtener un alivio rápido.
Ingredientes
- 2 tazas de aceite de coco (400 g).
- ½ taza de gránulos de cera de abeja.
- 170 gramos de flores secas de árnica molidas.
- 6 cucharadas de cayena seca en polvo (60 g).
- ½ cucharadita de aceite esencial de romero (opcional).
No olvides leer: Aceite de coco, la mejor crema hidratante para tu piel
Preparación
- Tritura las flores de árnica en un mortero o desmenúzalas con las manos.
- Introduce las flores molidas en una cocción lenta o al baño María, y agrégale la pimienta de cayena.
- A continuación, añade las dos tazas de aceite de coco y revuelve bien para que la pimienta y la árnica queden bien sumergidas.
- Tapa la mezcla y deja que se cocinen a fuego lento de 8 a 12 horas. Asegúrate de turnarte con alguien para supervisar esto cada cierto tiempo y prevenir accidentes domésticos.
- Durante este tiempo también tendrás que remover de forma ocasional para asegurarte de que las flores sigan cubiertas por el aceite y mantener la temperatura bajo control.
- Después del tiempo asignado, retira la olla del fuego y déjala enfriar durante una hora más o menos.
- No dejes que se solidifique y asegúrate de que esté a una temperatura soportable para la piel.
- Ahora, sobre el frasco de vidrio para envasar, coloca un trozo de tela y con cuidado, vierte la infusión de árnica y aceite de coco dentro del mismo.
- Si no está muy caliente puedes escurrir el paño para agilizar este proceso.
- Cuando ya se hayan separado las hierbas del aceite, llévalo de nuevo a una olla limpia y déjalo un rato más a fuego mínimo.
- Incorpora la cera de abeja y remueve el tiempo que sea necesario para que quede bien integrada con los demás ingredientes.
- Cuando la cera ya esté integrada con el aceite, retira la olla del fuego y deja enfriar la preparación de 30 a 60 minutos.
- Para terminar, agrégale los aceites esenciales y consérvala en el recipiente que prefieras.
Modo de aplicación
- Realiza siempre una prueba de alergia antes de aplicar el producto por zonas extensas de la piel.
- Si no se produce una reacción desfavorable, procede a aplicar sobre la zona adolorida. Hazlo realizando un masaje suave, sin realizar presión para no aumentar las molestias.
Recomendaciones finales
Algunas personas podrían ser alérgicas a los componentes de este bálsamo, por lo que se aconseja aconsejar primero al dermatólogo antes de aplicarse una preparación casera con árnica u otras hierbas.
Aún si no existen precedentes de alergias o reacciones adversas en la piel, es importante hacer una pequeña prueba en un área concreta del antebrazo, para observar el efecto del bálsamo en ese punto. Si no se produce ninguna reacción desfavorable, entonces podremos aplicarlo en áreas más extensas de la piel, como los brazos y las piernas, por ejemplo.
Es importante tener en cuenta que no se debe aplicar este producto en el rostro sin autorización del médico. Aunque a menudo se recomienda hacerlo para tratar el acné, hay que tener en cuenta que no todas las pieles son iguales y que no a todas les sientan bien los mismos productos. Por ello, es mejor prevenir y avanzar sobre seguro con el consejo del médico.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.