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Cómo hablar con tu hijo sobre la competencia

5 minutos
La competencia saludable brinda muchos beneficios, mientras que la tóxica solamente perjudica. Descubre cómo puedes ayudar a tu hijo a ser un buen competidor.
Cómo hablar con tu hijo sobre la competencia
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña

Última actualización: 15 agosto, 2024

Enseñar a tu hijo a ser un buen competidor puede parecer una tarea difícil, por eso te traemos algunas ideas sobre cómo hablar con tu hijo sobre la competencia. ¡No te las pierdas!

La competencia es parte integral de la sociedad, por este motivo suele fomentarse dentro de las familias, pero ¿qué sucede cuando un niño deja de disfrutar de sus actividades extraescolares, del deporte e, incluso, del juego?

¿Cómo hablar con tu hijo sobre la competencia?

Antes de abordar de lleno el tema, intentemos definir qué es la competencia. Básicamente, podríamos decir que la competencia implica desear alcanzar algo que está más allá de lo que uno creía ser capaz de lograr. Como puedes ver, competencia no es sinónimo de ganar ni de superar a los demás, sino que se trata más bien de una mejora personal.

Competencia sana y tóxica

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Una competencia tóxica interfiere con el proceso de aprendizaje, con el disfrute y la diversión por los juegos.

El buen competidor sabe ganar y perder por igual. Es consciente de que perder es parte de aprender y mejorar y, a pesar de ello, concibe la idea de triunfar en el futuro.

Por el contrario, un competidor tóxico se preocupa solamente por quedar encima de los demás. La competencia para él se relaciona únicamente con la superioridad obtenida y siente que perder no le aporta nada, más que frustración y malas emociones.

Ahora bien, ¿qué deseas para tu hijo? Seguramente la primera opción. El buen competidor no disfruta únicamente del resultado, sino del proceso, del camino. Esto se debe a que el resultado no es lo más importante.

Cuando el pequeño se enfoca solamente en el resultado, cuando lo único que le interesa es vencer a los demás, se establece una relación tóxica de competencia que impide el aprendizaje, la diversión y el disfrute. Por este motivo, es tan importante responder a la pregunta: ¿cómo hablar con tu hijo sobre la competencia?

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Ideas para fomentar la buena competencia

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Un exceso de competitividad en el juego se traslada también a otros escenarios. Hábitos como mentir, engañar, hacer trampa y demás se asimilan en otros planos de su vida si no se habla al respecto.

El primer paso para que tu hijo se transforme en un buen competidor es hablar con él. Tu pequeño debe comprender que lo más importante no es el resultado final, sino el esfuerzo personal por conseguir el objetivo. Para ello, es sumamente importante que des ejemplo. Si tú eres un competidor sano, es más probable que tu hijo lo sea también.

Siéntate con tu pequeño y conversa con él. Explícale que todo el mundo gana y pierde en diferentes momentos, cuéntale alguna experiencia que hayas vivido y habilita la posibilidad de tener toda clase de sentimientos. Tu hijo ha de saber que es normal sentirse frustrado por haber perdido. Sin embargo, esas sensaciones no deben empañar el disfrute.

Veamos a continuación algunas ideas para fomentar una competencia sana y leal que ayudará a tu pequeño a convertirse, a largo plazo, en un competidor saludable.

1. Objetivos personales

Para que tu hijo se transforme en un buen competidor es importante que persiga un objetivo. El problema es que solemos enfocarnos en el objetivo equivocado.

El enfoque debe ser “quiero hacerlo lo mejor que pueda”, en lugar de “quiero ganar”. Este pequeño cambio de pensamiento libera al niño de culpabilidad si no gana. Veamos un ejemplo: si tu hijo compite en carreras, el objetivo podría ser correr más rápido de lo que lo hace habitualmente, en lugar de vencer a todos los demás niños.

2. Importancia del esfuerzo

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Enseña que el esfuerzo personal y el trabajo en equipo es lo más importante en cada tarea que realicen, sin importar el resultado final.

En cada ámbito de la vida lo más importante es dar lo mejor de uno. El esfuerzo personal vale más que ganar y eso es lo que debes remarcarle a tu hijo. Si se ha esforzado hasta el máximo de sus fuerzas, seguramente habrá mejorado y ¡no hay nada más valioso que esa mejora! De hecho, ese es el verdadero triunfo: ser un poco mejor cada día, aunque haya alguien que nos supere.

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3. Hay que errar para aprender

Seguramente recuerdes a tus padres diciéndote que los errores te ayudan a aprender. ¡Y es cierto! Tus hijos tienen que equivocarse para avanzar, al igual que los adultos. Quien no se equivoca, no mejora.

4. Enfocarse en uno mismo

Para que tu hijo disfrute de sus actividades, es necesario quitar sus ojos del “premio”. Ganar no debería ser la recompensa, sino divertirse y aprender. Busca que tu hijo viva cada experiencia y la saboree, solo así las disfrutará y vivirá la competencia de manera saludable.

5. Demuéstrale a tu hijo que estás orgulloso de él

Los niños necesitan el apoyo incondicional de sus padres. Es importante para ellos saber que estás a su lado, que los amas sin importar los resultados y que estás orgulloso de ellos por su esfuerzo y tenacidad.

En definitiva, no te conviertas en uno de esos padres que grita al costado del estadio para que sus hijos metan un gol. Evita situaciones en las que tu pequeño pueda sentirse presionado. Recuerda que, para que tu hijo sea un buen competidor, tú también debes serlo.


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