Cómo identificar si tienes deficiencia de cobre
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
La deficiencia de cobre es un tema sobre el cual no se habla mucho, a pesar de su gran importancia. Aunque este déficit no es muy común, lo cierto es que puede provocar serios problemas de salud. De ahí la importancia de aprender a identificarlo.
La mayor parte de este mineral se halla concentrado en el hígado, los músculos y los huesos. Sin embargo, también está presente en bajas cantidades en todos los tejidos del organismo. Por eso, la deficiencia de cobre puede hacer daño de múltiples maneras.
En general, la deficiencia de cobre impide que haya un metabolismo adecuado. Asimismo, debilita los huesos y el sistema nervioso. También, reduce la acción antioxidante que protege a las células de los daños provocados por los radicales libres. Hablaremos de todo esto a continuación.
El cobre y su importancia en la salud
El cobre es el tercer mineral más presente en el cuerpo, después del calcio y del hierro. Sin embargo, el organismo no es capaz de producirlo y, por eso, debe obtenerse de la dieta. Su papel es muy importante para mantener la buena salud. Dentro de sus aportes, se encuentran los siguientes.
- Mantenimiento de un metabolismo saludable. Este mineral ayuda a que las enzimas funcionen de manera correcta. La deficiencia de cobre puede dar lugar a un metabolismo lento.
- Aporte de energía y vigor. Es esencial para la síntesis de la proteína ATP (trifosfato de adenosina), la cual se conoce como «el combustible del cuerpo».
- Favorece la función cerebral. El cobre participa en la producción de dopamina, por lo que los bajos niveles de este mineral afectan el estado de ánimo en general.
- Contribuye a reducir los síntomas de artritis. Existen indicios de que puede ayudar a reducir el dolor provocado por la artritis. Sin embargo, no hay suficiente evidencia al respecto.
- Protege el sistema nervioso. Este mineral ayuda a mantener la vaina de mielina, una capa que recubre los nervios e influye en el bienestar del sistema nervioso en general.
- Mantiene el sistema óseo. El cobre juega un rol decisivo en el mantenimiento de la estructura ósea. Hay varios estudios en los que se prueba que su consumo potencia la eficacia de los suplementos de calcio.
- Influye en el crecimiento y el desarrollo. Ayuda a formar los glóbulos rojos, junto con el hierro. Por eso, la deficiencia de cobre influye en el crecimiento y desarrollo normal.
- Ayuda a equilibrar la función tiroidea. Una investigación comprobó que el cobre, en combinación con otros minerales, favorece el equilibrio en el funcionamiento de la tiroides.
- Contribuye a prevenir la anemia. Este mineral juega un papel muy importante en la absorción de hierro. Por lo tanto, la deficiencia de cobre favorece la aparición de la anemia.
- Colabora para mantener la salud de los ojos, la piel y el cabello. Participa en la producción de melanina, tirosinasa y colágeno. Esto incide en la buena salud de los ojos, la piel y el cabello.
Qué es la deficiencia de cobre
La deficiencia de cobre es una condición poco común, en la cual no hay suficientes niveles de cobre en el organismo. Puede ser causada por un trastorno heredado o desarrollarse a lo largo de la vida. En el primer caso, los efectos pueden durar para siempre. Si la afección es adquirida, por lo general, puede tratarse con éxito. Las principales causas de la deficiencia de cobre son las siguientes.
Trastornos hereditarios
La deficiencia de cobre heredada se conoce como enfermedad de Menkes y ocurre en uno de cada 100 000 nacimientos. Afecta solo a niños de sexo masculino que, en la mayoría de los casos, mueren antes de los 3 años. Un tercio de los afectados no tiene antecedentes familiares de esta enfermedad.
La dieta
La mayoría de las personas logra satisfacer las necesidades de cobre del organismo mediante una dieta normal. Sin embargo, hay algunas condiciones que llevan a que esto no sea suficiente:
- Bebés alimentados con fórmula de leche de vaca.
- Exceso de zinc en la dieta. Esto obstaculiza la absorción del cobre.
- Diarrea infantil persistente.
- Nutrición parenteral total; es decir, cuando las personas son alimentadas por vía intravenosa durante mucho tiempo.
Enfermedad gastrointestinal
Las personas con enfermedad celíaca, fibrosis quística o síndrome del intestino corto son más propensas a desarrollar deficiencia de cobre. También, quienes padecen la enfermedad de Crohn o el esprúe tropical.
Cirugía
Algunas cirugías pueden exacerbar el déficit de ciertas vitaminas, como la B12, y esto favorece la deficiencia de cobre. En particular, se debe tener cuidado con los procedimientos quirúrgicos estomacales, incluyendo la cirugía bariátrica.
Síntomas y diagnóstico
El diagnóstico de la deficiencia de cobre se realiza a partir de la presencia de ciertos síntomas clínicos y de un análisis de sangre. Este último permite detectar los bajos niveles del mineral, así como de una proteína portadora de cobre llamada «ceruloplasmina». ¿Cuáles son esos síntomas que permiten identificar la deficiencia de cobre? Veamos.
Fatiga y debilidad
La deficiencia de cobre puede causar anemia, ya que este mineral es crucial para la absorción de hierro. Cuando hay anemia por deficiencia de hierro, el organismo no transporta suficiente oxígeno a los tejidos. Esa falta de oxígeno hace que una persona se fatigue y debilite con más facilidad.
Infecciones frecuentes
El déficit de cobre favorece el debilitamiento del sistema inmunológico. En concreto, se reduce la producción de glóbulos blancos y, en especial, de neutrófilos, que son la primera línea de defensa del organismo. De este modo, es más fácil que alguien adquiera infecciones con frecuencia.
Fragilidad en los huesos
Una investigación encontró que la deficiencia de cobre favorece la osteoporosis. El mineral participa en la creación de enlaces cruzados dentro de los huesos y estimula la producción de osteoblastos. Si su nivel no es el adecuado, el tejido óseo tiene menos fortaleza y más dificultades para regenerarse.
Problemas de memoria y aprendizaje
Las enzimas que suministran energía al cerebro utilizan el cobre para funcionar de manera adecuada. De hecho, hay un estudio en el que se encontró que las personas con la enfermedad de Alzheimer tienen hasta un 70 % menos de cobre que una persona promedio.
Dificultades para caminar
La deficiencia de cobre reduce la eficacia de algunas enzimas que tienen el papel de transmitir las señales desde la médula espinal hasta el cerebro. Por tanto, una de las consecuencias es la pérdida de coordinación al caminar, o la inestabilidad al hacerlo.
Sensibilidad al frío
Tener menos cobre de lo normal en el organismo lleva a desequilibrios en las hormonas tiroideas. La tiroides ayuda, entre otras cosas, a regular el metabolismo y producir calor. Por lo tanto, si se ve afectada, lo más probable es que se sienta frío con mayor facilidad.
Palidez
Como lo indicamos antes, el cobre está asociado con la producción de melanina. Esta sustancia influye en el tono de la piel. Cuando hay deficiencias del mineral, la piel se ve más pálida de lo normal. Todavía no hay suficientes estudios al respecto.
Canas prematuras
La melanina también influye en el color del cabello. Si hay deficiencia de cobre y, por tanto, se afecta la producción de melanina, es posible que aparezcan canas. Como en el caso anterior, aún no hay suficientes investigaciones sobre este tema.
Problemas de visión
La deficiencia de cobre a largo plazo puede conducir a una pérdida de la visión. Esto se debe a que este mineral influye en la correcta función de varias enzimas que afectan al sistema nervioso. Si hay déficit, la visión se va perdiendo con el tiempo.
Cómo superar la deficiencia de cobre
Si la causa de la deficiencia de cobre es la enfermedad de Menkes, será necesario inyectar este mineral por debajo de la piel, o sea, por vía subcutánea. Sin embargo, como ya lo anotábamos, la mayoría de los niños con esta enfermedad fallecen antes de los 3 años. De hecho, casi nunca sobrepasan los 10 años de vida.
Cuando la deficiencia es adquirida, tendrá que establecerse la causa y tratarla en consecuencia. De cualquier modo, lo más recomendable es adquirir el cobre necesario a través de la alimentación.
Las mayores fuentes naturales de cobre son el hígado de res, las ostras, la langosta, el hígado de cordero, el calamar, el chocolate negro, la avena cruda, las semillas de sésamo y de girasol o las almendras tostadas, los anacardos crudos y los champiñones.
Consume cobre en su justa medida
Así como la deficiencia de cobre es negativa para la salud, también lo es el exceso. Una fuente común de este mineral es el agua que sale del grifo, ya que buena parte de las tuberías están hechas de este material.
Asimismo, cocinar en implementos de cobre puede hacer que algunas partículas de este metal pasen a los alimentos. El consumo de tabaco también hace que se acumule el cobre en el organismo.
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