Cómo limpiar alpargatas de esparto sin dañarlas: guía paso a paso

Al contar con un material delicado, es importante elegir bien el método de limpieza de tus espadrilles. Procura frotar con un paño y secar a la sombra.
Cómo limpiar alpargatas de esparto sin dañarlas: guía paso a paso

Escrito por Gabriela Matamoros

Última actualización: 20 febrero, 2025

Las alpargatas de esparto, también conocidas como esparteñas o espadrilles, son un clásico del calzado veraniego. Su diseño ligero y transpirable las convierte en una opción ideal para cualquier ocasión, desde una salida informal hasta una cena elegante, con una gran variedad de modelos y colores.

Independientemente del diseño, todas comparten un reto: el esparto es una fibra natural muy sensible a la humedad y la suciedad. Con el uso frecuente, puede perder su aspecto original e incluso dañarse si no se limpia con cuidado.

Si crees que ha llegado el momento de devolverles su apariencia impecable, ten en cuenta que es necesario seguir ciertos pasos, como el cepillado en seco y la preparación de una solución jabonosa suave. En esta guía descubrirás cómo eliminar manchas, malos olores y prolongar la vida útil de tus alpargatas sin complicaciones.

1. Elige los materiales e ingredientes adecuados

La limpieza de las alpargatas de esparto depende en gran medida de su material y confección. Algunas cuentan con una parte superior de tela o lona, mientras que otras combinan distintos tejidos. Por eso, es importante conocer las herramientas y productos adecuados y cómo utilizarlos correctamente, para no dañar estas fibras naturales.

  • Agua tibia
  • Esponja o bayeta
  • Paño limpio y suave
  • Jabón neutro o detergente suave
  • Vinagre blanco (opcional, para eliminar olores)
  • Bicarbonato de sodio (para manchas difíciles y mal olor)
  • Cepillo de cerdas suaves (puede ser un cepillo de dientes viejo)
  • Protector impermeabilizante para esparto (opcional, para prevenir manchas futuras)

2. Cepilla en seco para eliminar el polvo

Antes de aplicar cualquier producto, es fundamental retirar el polvo y la suciedad superficial. Para ello, utiliza un cepillo de cerdas suaves: puede servir uno de dientes viejo y limpio. Evita aquellos con cerdas duras, ya que pueden deshilachar las fibras del esparto.

Cepilla con movimientos suaves y en una sola dirección, siguiendo el trenzado natural de la suela y el patrón del tejido. No frotes de un lado a otro, ya que esto podría hacer que la suciedad se adhiera aún más.

Presta especial atención a la puntera y los laterales, que suelen acumular más residuos. Dedica un poco más de tiempo a estas zonas, pero sin ejercer demasiada presión para no dañar el material. No olvides sacudir las alpargatas y dar unos ligeros golpes en la suela para desprender el polvo del interior.

Si el polvo persiste después del cepillado, utiliza una aspiradora de mano con boquilla pequeña para eliminarlo.

3. Prepara una solución jabonosa suave

Una vez que el polvo y la suciedad superficial han desaparecido, es momento de preparar la solución de limpieza. Para ello, llena un recipiente con agua tibia, evitando que esté demasiado caliente, ya que el calor puede debilitar el pegamento que une las alpargatas.

A continuación, agrega una cucharadita de jabón neutro o detergente suave, de preferencia sin perfumes ni colorantes, y remueve hasta obtener una solución ligeramente espumosa. Evita el uso de lejía o limpiadores multiusos, que podrían alterar la textura y el color del material.

Si te encuentras con manchas difíciles, puedes añadir una cucharada de vinagre blanco a la mezcla. Este ingrediente ayuda a descomponer la suciedad sin dañar el tejido y, además, neutraliza posibles olores.

Esta misma solución la puedes aplicar para limpiar el interior de las alpargatas. Humedece un paño limpio en ella, escúrrelo bien y pásalo sobre la plantilla con movimientos circulares.


4. Limpia la tela exterior con cuidado

La limpieza de la parte textil de las alpargatas debe realizarse con movimientos suaves para evitar daños o decoloraciones. Comienza sumergiendo un paño de microfibra o algodón en la solución jabonosa preparada previamente, no olvides escurrirlo bien.

A continuación, frota la superficie con movimientos circulares. Inicia en las zonas menos sucias y avanza hacia las manchas más visibles. Este método facilita la eliminación de la suciedad y distribuye el jabón de manera uniforme, evitando cercos o alteraciones en el color.

Si encuentras manchas persistentes, usa un cepillo suave. Frota con cuidado y sin ejercer demasiada presión. Revisa las costuras, bordados o detalles, donde suele acumularse más suciedad. Una vez que hayas completado este paso, es importante ajustar el método de limpieza según el color de las alpargatas:

  • Blancas o de tonos claros: aplica una pasta de bicarbonato de sodio y agua sobre las manchas, dejándola actuar unos minutos antes de retirarla con un paño húmedo.
  • Colores vivos o estampadas: utiliza un detergente suave para ropa de color, siempre probándolo antes en una zona poco visible para evitar decoloraciones
  • Oscuras o negras: emplea un paño humedecido con agua y jabón neutro, evitando productos con blanqueadores que puedan dejar marcas claras.
Por último, pasa un paño húmedo para eliminar cualquier residuo de jabón y deja secar al aire libre.

5. Limpia la suela de esparto sin dañarla

La suela de esparto es sensible al agua, por lo que debe limpiarse con el mínimo contacto con líquidos. Para empezar, moja ligeramente un cepillo de cerdas suaves en la solución jabonosa y sacúdelo bien para eliminar el exceso de líquido.

Al momento de cepillar, sigue siempre el trenzado natural de la suela. Realiza movimientos suaves y en la misma dirección en que fueron tejidas las fibras. Si frotas en sentido contrario, podrías estropear tanto el aspecto del calzado como la resistencia de la suela.

Presta especial atención a los bordes y la parte del talón, ya que suelen acumular polvo y restos de suciedad con mayor facilidad.

Si te encuentras con manchas difíciles, prepara una pasta con una cucharada de bicarbonato de sodio y un poco de agua. Aplica esta mezcla sobre la mancha y déjala actuar durante unos diez minutos. Pasado este tiempo, retírala cuidadosamente con un paño limpio y húmedo.

6. Garantiza un secado correcto para conservar la estructura

Un secado inadecuado puede deformar las alpargatas o generar malos olores. Para evitarlo, presiona suavemente un paño seco sobre toda la superficie del calzado. No frotes, ya que la fricción podría dejar cercos en el tejido.

Una vez retirada la humedad superficial, rellena el interior con papel periódico o toallas de papel. Esto absorberá la humedad interna y mantendrá la forma original del calzado. Después, coloca las alpargatas sobre una superficie plana, preferiblemente una toalla o paño seco, en un espacio bien ventilado y a la sombra.

7. Aplica un protector impermeabilizante para prolongar su vida útil

Una vez que las alpargatas estén completamente secas, es recomendable aplicar un protector impermeabilizante diseñado para esparto. Este producto crea una barrera invisible que repele la humedad, el polvo y las manchas.

Para aplicarlo, agita bien el envase y rocía una capa uniforme sobre la superficie de la suela y, si es apto para tejidos, también sobre la parte textil. Mantén una distancia de unos 20 centímetros y evita empapar el material. Deja que el protector se seque al aire libre durante el tiempo indicado por el fabricante.

En el siguiente video podrás observar el paso a paso descrito para la limpieza de tus alpargatas:

¿Cómo quitar el mal olor de las espadrilles?

Las alpargatas, al usarse sin calcetines, pueden acumular sudor y bacterias, generando malos olores. Además, el esparto retiene humedad, favoreciendo su proliferación. Por fortuna, hay formas sencillas y efectivas para eliminarlos y mantener el calzado fresco:

  • Ventílalas después de cada uso. El flujo de aire ayuda a evitar la acumulación de humedad, principal responsable del mal olor.
  • Espolvorea una fina capa de bicarbonato de sodio en el interior del calzado. Para que este producto natural absorba la humedad y neutralice los olores, déjalo actuar durante toda la noche. A la mañana siguiente, retira el polvo sobrante, sacudiendo las espadrilles o pasando un cepillo suave.
  • Mezcla partes iguales de agua y vinagre blanco en un recipiente. Si el olor persiste, humedece un paño limpio en esta solución y pásalo por el interior del calzado, sin empapar el material. Este producto actúa como un desinfectante natural, eliminando bacterias y olores. Deja que se sequen al aire libre en un espacio ventilado.
  • Introduce bolsitas de tela con lavanda, carbón activado o cáscaras de cítricos en el interior. Cuando no las estés usando, estas opciones absorben la humedad remanente y dejan un aroma agradable.
  • Prepara una solución. En un atomizador, vierte agua, unas gotas de aceite esencial de árbol de té —que tiene propiedades antibacterianas que combaten el mal olor de raíz— y una cucharada de bicarbonato de sodio. Rocía el interior del calzado y déjalo secar por completo.

¿Qué hacer si se mojan?

Si tus alpargatas de esparto se han mojado, es fundamental actuar con rapidez para evitar la aparición de moho. Sigue estos pasos para salvarlas:

  • Retira el exceso de agua: inmediatamente después de que se mojen, presiona una toalla seca contra toda la superficie para absorber el líquido.
  • Rellénalas con papel periódico: introduce papel periódico o toallas de papel dentro del calzado. Este material absorberá la humedad interna y, al mismo tiempo, ayudará a mantener la forma original de las alpargatas. Cambia el papel cada pocas horas si notas que está empapado.
  • Déjalas secar al aire libre: coloca las alpargatas en una superficie plana y en un lugar ventilado, pero lejos de la luz solar directa.

¿Las puedo limpiar en la lavadora?

No es una opción recomendable. Este tipo de calzado no tolera bien el contacto prolongado con el agua y mucho menos la agitación constante del tambor. El esparto, al ser una fibra porosa, absorbe la humedad con facilidad, lo que puede provocar que las fibras se debiliten, se deshilachen o incluso se deformen.

Además, el proceso mecánico de la lavadora afecta no solo la suela, sino también las costuras y el tejido exterior, que podrían desprenderse o perder su estructura original. Utilizar la secadora es aún más perjudicial. El calor intenso reseca las fibras y, en casos extremos, puede agrietarlas, acortando considerablemente la vida útil del calzado.



Cuida tu calzado y disfruta de su comodidad por más tiempo

Las alpargatas de esparto son un calzado clásico y versátil que, con los cuidados adecuados, pueden acompañarte durante muchos veranos. Su estructura de fibras naturales y su diseño ligero las convierten en una opción cómoda, pero también requieren un mantenimiento específico para conservar su buen estado.

Evitar la humedad, almacenarlas en un lugar fresco y cepillarlas con regularidad son pasos sencillos que marcan la diferencia. Asimismo, no subestimes el poder de un buen almacenamiento. Introducir papel periódico en su interior mantiene su forma original y previene la acumulación de humedad. Además, si las proteges con una dust bag, estarás reforzando su resistencia frente a la suciedad y las manchas.

Cuidar tus alpargatas no solo alarga su vida útil, sino que también garantiza su comodidad y apariencia impecable. Invertir unos minutos en su mantenimiento te permitirá disfrutar de su frescura y estilo en cada paso, sin tener que preocuparte por el deterioro prematuro. Porque, al final, un calzado bien cuidado es sinónimo de un look que siempre luce como nuevo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.