12 consejos para aprender a ser desinteresados

Ayudar sin esperar algo a cambio es ser desinteresados. Por más pequeña que consideres una acción, es posible que signifique mucho para alguien. Te presentamos consejos para colaborar con otros sin aguardar una recompensa.
12 consejos para aprender a ser desinteresados

Última actualización: 06 julio, 2023

¿Es posible anteponer las necesidades de otros a las nuestras? Aunque parezca complicado, ser desinteresados comienza con pequeños gestos que, sin perseguir algo a cambio, brindan satisfacción espontánea y te hacen más amable.

Una de las definiciones que la Real Academia Española precisa de desinterés es la siguiente: “desprendimiento de todo provecho personal, próximo o remoto”. Partiendo de allí, vale preguntarse cuántas veces actúas sin pensar solo en lo que quieres, lo que te conviene o te hace sentir bien.

¿Por qué es importante desarrollar este pensamiento?

Ser desinteresados permite comprender mejor el mundo desde zapatos ajenos, ya que visualizas desde otra perspectiva los problemas, las actitudes y las reacciones. No es fácil desarrollar la tendencia a ayudar sin pensar primero en ti, pero es grato.

De acuerdo con el libro de Allan Luks y Peggy Payne, “El poder curativo de hacer el bien: la salud y los beneficios espirituales de ayudar a otros”, el desinterés se traduce en menos estrés y mayor equilibrio emocional.

Además, la satisfacción no es momentánea, sino que se presenta cada vez que recuerdas el acto solidario. Se suma a tu favor el aumento de la autoestima, la confianza y socializar al mismo tiempo que devuelves algo a tu entorno.

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Consejos para ser desinteresados

Siempre que esté en tus manos, tómate unos minutos para reflexionar cómo apoyar sin alimentar el ego. ¿Lo crees difícil? Aplicando los siguientes consejos podrías simplificarlo.

1. Sé empático

Ser desinteresados va más allá de los pensamientos propios, de centrarse solo en tus emociones y lo que quieres. Aparta el ensimismamiento, da cabida a escuchar y comprender a los demás, a conocer qué les entristece y saber cuáles son sus alegrías. Así podrías añadirle un poco de luz a sus vidas.

La empatía entre dos personas.
La empatía nos permite desinteresarnos del ego para proyectarnos hacia los otros.

2. Oye más y habla menos

Una manera de mostrar interés por alguien es oyéndole, sobre todo si quiere compartir un logro o desahogarse de sus problemas.

Pregúntale cómo fue su día, dale la oportunidad de expresarse y aliviar cargas. Verás que en el transcurso de la charla también querrá saber de ti.

3. No critiques

En lugar de resaltar lo malo, edifica. Hay formas de decir las cosas y, si la opinión no es constructiva, es mejor ahorrarla. Recalca lo que le hace bien y le anime.

4. Quiérete

Es imposible querer a otros si no nos queremos. El desinterés real comienza cuando nos damos amor propio y, a partir de allí, amamos a los demás. Un modo de amarse es agradecer por lo que somos.

5. No siempre es bueno destacar

No es malo ser generoso; lo desagradable es enaltecerse o pretender premios por la amabilidad. Siempre que hagas alguna labor altruista o ayudes a quien lo necesite, deja que los hechos hablen por sí solos. Eso los hace más especiales.

6. Da lo que quisieras para ti

Empieza con tu familia ofreciendo un poco de tu postre, por ejemplo. Los ejercicios pequeños abren el camino a gestos más grandes. No es obligatorio complacer a otro, pero una vez que lo practicas entiendes lo bien que se siente.

7. Cultiva la paciencia

Quienes son desinteresados suelen practicar la paciencia, una cualidad conveniente para evitar frustraciones o rabias. Si estás en una fila no desesperes por avanzar; tu turno llegará.

De nada vale molestarse con los que están delante; recuerda que pudieras ser tú. Procura que el tiempo pase iniciando una conversación; es más entretenido para todos.

8. Di menos “no”

Llena más decir un “sí”. En una situación que no implica riesgos o peligros y traerá felicidad y alegría, hay que ser positivos. Por lo general, tenemos algo que dar o cómo ayudar y si es de gran significado para quien lo requiere, ¿por qué no hacerlo?

9. Deja que fluya

Tener el control de lo que pasa no es tan importante. Ganas más cuando dejas fluir y te sorprendes por lo que depara el camino hacia la meta. En el trayecto comprobarás lo gratificante de ayudar.

10. Reflexiona sobre tu comportamiento

Aparta un tiempo para recapacitar sobre tus hábitos, pensamientos y acciones. Repasa la manera en que te tratas y en la que tratas a otras personas. Analiza si pudiste dar o amar más.

Pero no lo hagas como castigo, sino para que sea mejor al día siguiente. La meditación amorosa de la bondad es recomendada por algunos psicólogos con el fin de trabajar lo emocional.

11. Persigue un modelo de desinterés

Imita el ejemplo de una figura que admires y percibas como desinteresada. Ve las actividades que desempeña en favor de terceros y los efectos. Sería un buen ejemplo a seguir.

12. Perdona de corazón

Si te piden perdón, no guardes rencor. Visualizar lo que sucedió desde otra perspectiva ayuda a ser compasivos. No es sencillo disculpar a quien nos hizo daño, pero es un gran paso hacia el desinterés y la convivencia en paz.

Perdonar para ser desinteresados.
Es difícil olvidar los rencores y perdonar. Pero el proceso es sanador y nos pone en camino a una liberación que lleva a la empatía.

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El valor de ser desinteresados

Ser desinteresados es tratar a los demás como quisieras que te traten, sin lastimar para conseguir beneficio propio. Su valor se evidencia en el crecimiento personal y el desprendimiento por el bienestar de terceros.

No dejes que llegue un momento específico para la acción. A diario actúa de forma generosa. En el tren ofrece el asiento a un anciano o embarazada, dona la ropa que ya no usas, mantén abierta la puerta del ascensor para que alguien suba, al entrar a un sitio saluda y desea un buen día.

Estos gestos cotidianos alimentan tu mente, el espíritu y las emociones, porque los haces de corazón sin apuntar al reconocimiento.


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