Consejos para el cuidado de un hijo invidente
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
Cuidar de un hijo invidente puede ser un desafío si es la primera experiencia con un familiar que tiene esta condición. Su mundo físico debe ser completado por los padres, que necesitan aprender a explorar capacidades sensitivas que la vista no les había permitido antes.
El niño invidente cuenta con cuatro sentidos para realizar discriminaciones que le harán comprender lo que lo rodea. El rol de los padres estará centrado en brindarle estímulos que sean tan diversos como necesarios para aprender a interactuar con autonomía en la sociedad.
Seguro tendrás muchas preguntas sobre las causas de la discapacidad visual y estarás pensando cómo puedes apoyarlo en su desarrollo. Existen orientaciones realizadas por especialistas y otras desde la experiencia de los padres, cuyos resultados han sido satisfactorios.
Causas de la ceguera infantil
Las causas de ceguera infantil están vinculadas a factores hereditarios o congénitos, en su mayoría, tales como los siguientes:
- Distrofias retinianas: siendo la más común la retinosis pigmentaria.
- Catarata congénita.
- Malformaciones oculares.
- Miopía degenerativa.
- Atrofia y neuropatías ópticas hereditarias.
- Glaucoma congénito.
- Enfermedades sistémicas: como la diabetes.
También puede deberse a traumatismos oculares severos que deriven en desprendimiento de retina o a la presencia de un tumor. Esta realidad cambia, según estudios de países con sistemas de salud menos desarrollados, en los que las patologías perinatales ocupan un porcentaje importante.
Entre ellas destacan la retinopatía de la prematuridad (ROP), la infección del sistema nervioso central y la hipoxia. Al igual que infecciones intrauterinas, como rubéola, toxoplasmosis y citomegalovirus.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las causas de visión deficiente en niños son distintas de acuerdo al país de residencia. Siendo las cataratas congénitas el principal origen en países de bajos ingresos y la retinopatía del prematuro (ROP) en países de ingresos altos.
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¿Qué pueden hacer los padres para mejorar el cuidado de un hijo invidente?
El bebé es un ser humano que necesita de cuidados y de un entorno que le permita llegar a la plenitud de su desarrollo. Por ello son tan determinantes las primeras experiencias, pues configuran su sistema fisiológico y su cerebro. En el caso de tener un hijo invidente las exigencias son aún mayores.
Para los padres es fundamental generar en el niño esquemas de seguridad. Solo la confianza le permitirá hacer frente a las situaciones de estrés acrecentadas por la falta de visión. Y esto se logra si encuentran estímulos apropiados para conservar la calma o el equilibrio homeostático.
El niño invidente mira con el oído, tiende a permanecer quieto y explora con las manos, distinto a como lo hace un niño que ve. Los padres deben identificar estas conductas y responder a sus necesidades. Además de lograr la reciprocidad, ya que en el reflejo o en la comunicación el bebé irá construyendo su propia personalidad.
Consejos para cuidar y educar a un hijo invidente
Como cualquier bebé, el niño invidente necesita saber que sus padres lo entienden, que estos reciben sus mensajes y que hay comunicación. Es en la dinámica de los encuentros y desencuentros que desarrollará su conciencia. Aquí algunos consejos de lo que puedes hacer para cuidarlo y educarlo.
Realiza juegos corporales
Los juegos corporales y las caricias permiten que el niño establezca con su cuerpo una relación placentera. Esto incidirá de manera positiva en el desarrollo de su motricidad, la que aumenta con el conocimiento, la exploración del espacio y el estímulo.
Hazle ejercicios de estimulación temprana
Los niños que ven se mueven hacia los objetos, pero el niño invidente debe rodearse de objetos que suenen o se sientan de manera diversa. Su cuerpo necesita sentir que no está solo ni en un espacio vacío.
Su entorno debe contemplar estímulos sonoros y físicos y objetos de preferencia rectangulares. Con ellos podrá estimular actividades psicomotoras que lo ayuden a integrar el espacio.
Céntrate en los sentidos del tacto y el oído
El niño invidente tiene todo su cuerpo representado en el sentido del tacto para conocer y comprender su entorno. Es lo que se define como reconocimiento háptico del mundo, distinto al óptico, en el que prevalece el sentido de la vista.
Las texturas, la temperatura, lo rugoso, lo áspero, el tamaño, en fin, la variedad de los objetos, serán conocidos a través de sus manos. Y a esta riqueza sensorial se suman los receptores del movimiento en los músculos, los tendones y las articulaciones.
Interacción social
El niño invidente debe sentirse seguro y acompañado. Para ello se deben facilitar sus desplazamientos, los que traducirán para sus sentidos, en especial el oído y el tacto, las características de la realidad.
Su cuerpo debe ganar conciencia del espacio, relacionándose de manera eficiente con los objetos y las demás personas. Esto mejorará su postura, el tono muscular y disminuirá las conductas corporales frecuentes en los ciegos que no recibieron estimulación adecuada.
La técnica de Hoover y el sistema braille
El niño invidente necesita integrar lo que lo rodea a su sistema perceptivo, por lo que precisa de sentidos que se lo aproximen. Si las cosas están lejos, debe tener la posibilidad de tocarlas a la distancia. La técnica de Hoover o el uso del bastón funciona como una extensión segura del cuerpo.
El braille, a su vez, será una prolongación de la memoria y la imaginación. Le brinda al invidente la oportunidad de conocer el mundo a partir de ideas, signos y palabras.
Reconoce y valora al niño invidente
Valorar cada logro alcanzado y reconocer los progresos en el desarrollo es clave en la construcción de la autoestima. Este es un sentimiento que no solo necesita el niño, sino los padres también. Deben superar la sensación de culpa y acompañar con alegría y apertura las diversas etapas de desarrollo.
Promueve su autonomía
Al principio es preciso ayudarlo a andar; luego deberás poco a poco aprender a dejar que haga las cosas por sí solo. La sobreprotección inhibe su desarrollo personal.
Si se mueve de manera autónoma podrá tomar cada vez mayor conciencia de los límites que impone su situación. Al mismo tiempo, saber que cuenta con sus propios medios lo hará más hábil ante las presiones del mundo exterior.
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Cuidar de un hijo invidente para darle seguridad
Entre los cuidados de un hijo invidente es importante lograr que el niño construya una personalidad segura. Esto le permitirá crecer de manera autónoma y responsable. Para ello es fundamental que pueda organizar la información de lo que lo rodea y conferirle sentido.
Debes permitir y estimular que tu hijo invidente explore su entorno, porque la imagen sintética del mundo que se obtiene con la vista le estará impedida. Tiene que lograrla expandiendo sus otros sentidos, con alegría, placer y confianza. Seguro, además, de que puede contar contigo.
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