10 consejos de decoración oriental que puedes aplicar en tu hogar

En tiendas, casas, apartamentos y en muchas otras partes, podemos ver elementos de decoración oriental. Esta es una tendencia muy en boga en la actualidad, en la que se usan motivos inspirados en las diferentes culturas asiáticas.

Estatuas de Buda, jarrones chinos y porcelana en general, lámparas en forma de globo y biombos separadores se combinan para ayudar a transmitir una idea de serenidad y tranquilidad, tomando en cuenta algunos de los principios del feng shui.

Si quieres lograr este efecto tan exótico como cautivador, sigue leyendo y conoce nuestros consejos de decoración oriental que puedes aplicar en tu hogar. Toma nota.

¿Cómo es la decoración oriental?

Cuando hablamos de «decoración oriental», el término puede parecer un poco vago, porque abarca una gran diversidad de culturas. Por un lado, están los países de influencia árabe, en lo que se conoce como Medio Oriente; luego, la India; pero en el Lejano Oriente predominan China y Japón.

Sin menoscabo de los otros, son estos últimos países los que más inspiran la tendencia de la que hablamos. Sobre todo, se toman en cuenta algunos de los principios del feng shui para el diseño interior.

Ahora bien, dentro de la decoración oriental hay variedad. Veamos algunas de sus características, adaptadas a Occidente:

• Se pueden fusionar o unir varios estilos.
• El objetivo es crear armonía y tranquilidad e invitar a la relajación.
• Se pueden observar contrastes entre elementos con tonalidades frías y colores calientes.
• Involucra el uso decorativo de elementos con valor simbólico o incluso significado espiritual.
• En ciertos casos se observa tendencia al minimalismo; aunque en otros hay más abundancia de elementos.

Los mejores consejos de decoración oriental para tu hogar

Para tener una decoración oriental, no solo debe pensarse en la incorporación de motivos chinos o japoneses. Hay que tomar en cuenta ciertos principios en cuanto a mobiliario, tonalidades y armonía general del espacio.

1. Sobriedad y equilibrio

En una decoración oriental, el objetivo que se busca es un interior armonioso. Esto no significa necesariamente ser minimalista, pero sí se deben evitar los excesos en cuanto a adornos.

Hay que apostar por la sobriedad y el equilibrio. Es importante la distribución del mobiliario y los elementos, de manera de mantener el peso visual, para lo cual hay que jugar con las formas, los tamaños y los tonos.

Claro que esto no siempre significa ser rigurosamente simétrico, pero sí ordenado. Cada cosa en su lugar, atendiendo a la funcionalidad, así como a la estética.

2. Elementos naturales

Por un lado, se recomienda la utilización de materiales naturales, antes que sintéticos. Es decir, nada de plástico, sino en su lugar incorporar mobiliario de piedra, madera, papel de arroz, seda o bambú.

Estos tienen un valor simbólico de conexión con la tierra. Además, ofrecen variedad de posibilidades para lograr diferentes efectos en los espacios, pues armonizan muy bien entre ellos.

Por otra parte, puede añadirse una pequeña fuente de agua u otras piezas auditivas (sonido de una cascada, de brisa), así como fragancias, para tener la sensación de que nos sumergimos en la naturaleza.

3. Tonos suaves con toques vivos

Siguiendo con el punto anterior, en la decoración oriental se usan tonos propios de la naturaleza, sobre todo los suaves, como beige y café, que recuerdan la arena o los troncos. Algunas veces el verde, asociado con la vegetación.

También es usual el blanco en paredes o mobiliario. Pero se pueden aplicar toques de colores más vivos y brillantes, para hacer contraste, como el rojo y el naranja. El dorado y el bronce son muy característicos en jarrones o estatuas.

4. Iluminación

La iluminación es difusa, tendiendo a preferirse la luz natural. Para ello se recomienda colocar paneles de papel de arroz.

Este efecto también se busca con las lámparas, para crear un ambiente de mayor intimidad. Un elemento característico de la decoración oriental son las pantallas de tipo globo, hechas de bambú y papel.

5. Muebles bajos

Por lo general, se prefieren los muebles más bajos, en comparación con el uso occidental. El asiento de un sofá típico está a unos 60 centímetros, en tanto que un majli árabe solo se levanta 15 centímetros del suelo.

Por supuesto, las mesas de centro deben ser de una altura proporcional. Y como los muebles no son muy grandes, esto contribuye con la impresión de los espacios se vean más amplios.

Del mismo modo, en el dormitorio se usan camas bajas, a veces constituidas solo por una colchoneta o estera en el piso. Aunque se afirma que no es muy bueno dormir en el suelo para la espalda y el cuello.

El mobiliario debe ser de madera (cedro o teca). Tienden a verse más las líneas rectas, así como las superficies muy barnizadas. No debe faltar un cojín de seda.

6. Alfombras y tatamis

Las alfombras que se utilizan en la decoración oriental van a tono con el carácter sobrio. Es decir, se rechazan los diseños persas o turcos. Más bien, se prefieren diseños minimalistas, con un solo tono, en beige o tierra. Asimismo, se emplean tatamis en la sala, el comedor o el dormitorio.

7. Puertas corredizas

Las puertas corredizas, como las que vemos en las películas, son llamadas shoji. Tienen la particularidad de que no solo ayudan a ahorrar espacio, sino que filtran la luz, creando un ambiente confortable. Están hechas de madera y papel de arroz.

8. Jardín zen

Una decoración oriental está incompleta sin un jardín zen. Hechos con arena, grava y piedras, estos constituyen un espacio ideal para la meditación y la reflexión filosófica.

Si no se dispone del espacio para uno de tamaño natural, hay posibilidad de adquirirlo en miniatura. Así, funge como elemento decorativo.

9. Adornos y complementos

Y no se pueden dejar de mencionar los adornos para complementar la decoración oriental, algunos de los cuales son propios de la simbología de las casas tradicionales japonesas. Entre los que más se utilizan se destacan los siguientes:

• Jarrones: los hay de distintos tipos, como esos blancos y azules a la manera de la dinastía Ming; o los hermosos satsuma, con predominio de los dorados.
• Cuadros y tapices con los mismos motivos u otros, incluyendo los ideogramas chinos, el ying y el yang o los trigramas del I-Ching.
• Pequeñas estatuas: de Buda, samuráis, geishas, pagodas miniatura, el gatito que mueve la pata (maneki neko).
• Lámparas, candelabros e incensarios.

10. Otras ideas y recomendaciones

En la decoración oriental pueden notarse diferencias entre los estilos. Por lo tanto, podemos inclinarnos a uno de ellos o preferir elementos distintivos de una cultura por sobre la otra:

• Japonés: más minimalista.
• Chino: con mucho rojo y amarillo brillante.
• Árabe: tendencia a lo geométrico.
• Hindú: bastante colorido.

El Lejano Oriente en casa

Decorar al estilo oriental puede ser algo tan sencillo como colocar un tapiz, unas porcelanas y unos paneles; es decir, no necesitamos recargar de objetos. Más bien, esta es una tendencia que, si bien no deja de ser exótica, se acerca un poco al minimalismo.

Por otra parte, si no puedes o no quieres modificar toda la casa, es posible ambientar un pequeño salón para el té. Incluyes una mesa baja y unas primorosas teteras y tazas. No olvides una alfombra a la entrada, ya que es una costumbre oriental el hecho de descalzarse para ingresar a los espacios.