5 consejos para elegir un buen psicólogo

A través de la psicoterapia, los psicólogos pueden ayudar a regular las emociones y a adoptar conductas saludables. ¿Cómo elegir un buen profesional?
5 consejos para elegir un buen psicólogo
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 10 julio, 2023

Tomar la decisión de iniciar terapia no suele venir sin reflexiones, temores o preguntas previas; «¿y si no me gusta?» «¿Y si piensa que estoy loco?», por mencionar algunas. Sin embargo, la psicología es una ciencia y quienes la ejercen se encuentran preparados para poner su conocimiento al servicio de la ayuda y la contención de las personas. Ahora bien, ¿cómo elegir un buen psicólogo?

Es importante tener en cuenta que la relación que se establece con el profesional desempeña un papel clave en el éxito de la terapia. Es decir, la confianza y la seguridad se logran no solo cuando el profesional se muestra competente teóricamente, sino también cuando deja ver sus habilidades interpersonales.

Existen muchos momentos en los que la ayuda psicológica es clave para recuperar el bienestar; la muerte de un ser querido, una separación, las crisis de ansiedad constantes, el estrés, la depresión, el abuso de sustancias, entre muchas otras.

De acuerdo con una publicación de American Psychological Association, los psicólogos son profesionales altamente capacitados para abordar temas de comportamiento humano, problemas de salud mental y cambios de conductas.

A través de la psicoterapia y otras herramientas psicológicas validadas por la ciencia pueden ayudar a los pacientes a entender sus emociones, cambiar sus conductas y desarrollar actitudes más saludables. Pero, ¿cómo elegir un buen psicólogo? Veamos a continuación algunas recomendaciones.

1. Informarse

Existen muchos mitos y desconocimiento en torno a lo que implica iniciar una terapia. Hay quienes solo tienen en la cabeza la imagen del diván o de la hipnosis. Sin embargo, existen múltiples corrientes y enfoques desde donde trabajan este tipo de profesionales.

Si bien no se trata de estudiar cada una de las opciones disponibles, sí es bueno orientarse sobre lo que se está buscando y qué va mejor para las necesidades individuales. La psicología tiene un amplio campo de trabajo, de modo que hay especialistas en determinados temas.

Así las cosas, si estamos interesados en trabajar temas vinculados a la sexualidad, a la familia o al ámbito laboral, buscar un profesional que trabaje con lo que necesitamos puede resultar mucho más efectivo.



2. Asegurarse de que sea profesional

La psicología es una profesión regulada porque trabaja con la salud mental de las personas. En este orden de ideas, al elegir un psicólogo es importante buscar profesionales en sitios que estén orientados a ello. Además, todo psicólogo debe tener su matrícula habilitante para ejercer.

3. Demuestra que se toma su trabajo de manera seria y profesional

Ir a terapia no es sentarse a conversar con alguien. Mientras el paciente cuenta qué le está sucediendo, el psicólogo está haciendo conjeturas y una lectura de la situación. En especial en las primeras sesiones, estará recabando información, que es la base para poder esclarecer un diagnóstico y comprender qué le pasa al paciente.

Asimismo, busca negociar los días de consulta, horarios convenientes, indica sus honorarios, entre otros aspectos que conforman la relación de trabajo. De este modo, se le da un encuadre a cada encuentro que lo diferencia de una mera charla con amigos.

4. Sentirse a gusto

Un profesional de la psicología no solo debe poder hacer uso de sus conocimientos, sino que también tiene que poseer habilidades de escucha y de comunicación para poder hacer devoluciones y observaciones apropiadas que le sirvan al paciente.

Esto implica no solo el nivel verbal, sino también lo gestual, la postura, el tono de voz, etcétera. En una terapia, todos los detalles cuentan.

5. Hace comentarios y devoluciones

Existen algunos enfoques teóricos que intervienen menos, pero un psicólogo tiene que ser capaz de dar información sobre lo que sucede al paciente; además, ha de mencionar sus hipótesis y su propuesta de trabajo.

El objetivo de la terapia es poder identificar los aspectos que no le hacen bien a la persona y, sobre todo, potenciar sus recursos saludables. Por lo tanto, es importante que el psicólogo cuente sus apreciaciones y ayude a generar ese empoderamiento. 

También hay algunas señales que ayudan a determinar si el profesional es inadecuado. Las más relevantes son las siguientes:

  • Incumple el contrato terapéutico. Por ejemplo, si suele llegar tarde, cancela sesiones sin aviso y otros comportamientos que van en contra de lo acordado.
  • No tiene suficientes habilidades de escucha. Si pregunta cosas que acabamos de decirle, no recuerda cosas que se hablaron en la sesión anterior o está distraído de manera permanente.
  • Cuando sobrepasa la ética profesional. Un psicólogo tiene una relación estrictamente profesional con sus pacientes, más allá de que en ocasiones pueda sentir preocupación después de una determinada sesión. Es decir, este no debe entablar relaciones de amistad o amorosas con sus pacientes, así como tampoco escribir mensajes o tener gestos que trascienden lo profesional. En caso de que eso suceda, debe derivar hacia otro colega.
  • Juzga e intenta decir cómo pensar sobre ciertos temas que no vienen al caso con la terapia. Por ejemplo, la política no es un tema que al terapeuta le interese, salvo que sea el eje de trabajo en las sesiones. De modo que no debería juzgar por los credos o elecciones.
  • Invierte los roles. Muchas veces podemos sentir que es el psicólogo quien se dedica a hacer catarsis y que solo escuchamos sus propias experiencias más que sentirnos escuchados. Si contribuye a dar un ejemplo, no está mal que el psicólogo sea autorreferencial. No obstante, no puede ser quien protagonice la sesión.

La relación con el psicólogo requiere tiempo

Es importante tener en cuenta que lo que se construye con un psicólogo en el marco de la terapia es una relación y, como tal, es importante sentirse a gusto y respetado. Además, conocerse, sentir confianza y abrirse a compartir los asuntos más personales lleva tiempo.

No hay que dejar de lado que lo que algunos pacientes consideran como un «psicólogo bueno» puede no ser el más idóneo para otros. Así pues, elegir un profesional u otro es una decisión muy personal, ya que no da igual su estilo terapéutico.

Si no estamos del todo convencidos, es mejor solicitar un cambio de psicólogo en lugar de renunciar a la terapia.


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