5 consejos para desarrollar habilidades de escucha activa

La escucha activa implica estar atentos a lo que dice el interlocutor. Es demostrar interés y evitar las interrupciones y las distracciones. ¿Cómo ponerla en práctica?
5 consejos para desarrollar habilidades de escucha activa
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 06 julio, 2023

La escucha activa es una habilidad social y de comunicación que cobra relevancia en cualquier tipo de relación. Ocurre solo cuando el oyente presta atención al mensaje que le están dando y procura comprenderlo y retroalimentarlo.

Ahora mismo, muchos tienen dificultad para ponerla en práctica, pues es frecuente distraerse con el móvil u otros dispositivos. Por fortuna, es posible desarrollarla y fortalecerla para procesar de manera más consciente las conversaciones de cualquier contexto. En el siguiente espacio detallamos 5 consejos claves.

5 pautas para desarrollar la escucha activa

Estás contándole algo a una persona y, de repente, toma su celular y se pone a contestar mensajes, al tiempo que asiente y te dice «ajá». ¿Esta situación te resulta conocida? Seguramente sí, porque se repite a diario.

Más una vez, en las conversaciones con tus conocidos, hay algo que irrumpe e interrumpe. Así, quedas en el desconcierto de si estás siendo escuchado, si haces una pausa o si sigues con el relato. Esta escena es todo lo contrario a la escucha activa.

Quienes saben ejercitar esta forma de escucha tienen la habilidad de escucharse a sí mismos. Es una destreza ligada a la empatía, que permite valorar todos los componentes de un mensaje. Con ello es posible mejorar cualquier tipo de vínculo, además de fortalecer la inteligencia emocional y el desarrollo personal.

¿Qué hacer para empezar a aplicarla? En primer lugar, hay que partir del hecho de que la escucha activa no es solo oír a la otra persona. Se trata de concentrarse en el mensaje para entenderlo e interpretarlo. Veamos algunas estrategias para empezar a aplicarla.

1. Focalizar y estar presente

Evita el «tú habla, que yo voy planchando, pero sí te voy siguiendo». La escucha activa requiere que, por un momento, suspendas el multitasking, te concentres y te conectes con la persona que tienes en frente.

Se trata de poder estar presente con tus cinco sentidos para respetar ese relato y ese momento, en lugar de estar pensando en todos tus pendientes y en lo que te espera a lo largo del día.

2. Validar las emociones y lo que la otra persona está sintiendo

La escucha activa y la amistad
La empatía es un rasgo fundamental que debe estar presente para desarrollar la escucha activa.

Resulta clave que tu interlocutor se sienta acompañado y comprendido. En ocasiones, puedes no estar de acuerdo con lo que dice o con su proceder, pero para escuchar activamente no necesitas coincidir con todo. Procura reconocer que lo que le pasa a la otra persona es importante para ti y que estás presente.

Si bien no se recomienda interrumpir, sí se sugiere dar un feedback o una señal de que estás escuchando. A veces, puede hacerse mediante una expresión breve, o bien, mediante una paráfrasis, explicando con otras palabras lo que la persona acaba de decir o pidiendo más información si algo no está claro.

4. Prestar atención a lo que dice la persona y a lo que hace

Cuando estás comprometido en una conversación, puedes detectar no solo un nivel verbal de contenido, sino también un tono emocional. Y en ese sentido, desde la escucha activa, puedes dar respuestas a ambos.

Quizás el interlocutor intenta callar o «dar un orden lógico» mediante sus palabras, pero sus gestos y su postura lo traicionan. Por tu parte, es importante que puedas dar una respuesta a la altura de las circunstancias y de lo que necesita el otro.

5. Estar descansados

Quizás parece una obviedad mencionarlo, pero en ocasiones te olvidas de que para tener una conversación es necesario estar predispuestos tanto a nivel mental como físico. Es muy difícil poder seguir el hilo de una charla si te suena la panza del hambre o si la noche anterior no dormiste.

Cosas que se deben evitar en la escucha activa

La escucha activa es una habilidad y, como tal, requiere de práctica. Algunos de los obstáculos más comunes que se presentan —y que debes evitar— son los mencionados a continuación.

Evitar la lectura de mente

Muchas veces, mientras la otra persona está hablando, se da la tendencia a interrumpirla para completar sus frases o para interpretar lo que está tratando de explicar o lo que piensa. Esta actitud va en contra de una escucha activa, ya que te concentra en otros aspectos, pero no en lo que se está diciendo.

Algo similar sucede cuando te dejas llevar por cierta información (sesgos) para intentar adecuar lo que estás escuchando a una idea preconcebida. Es decir, cuando omites ciertos detalles para confirmar algo que previamente piensas.

Evitar ser autorreferenciales todo el tiempo

En ocasiones, estás escuchando activamente, pero hay una conversación en un doble nivel; por un lado lo que te dicen, y por el otro las propias experiencias que te llevan a comparar la situación de la otra persona con la tuya.

Para escuchar, también es importante poner en pausa tus referencias, aquello que harías tú. «A mi pasó que…» o «yo lo que haría sería…» suelen ser algunas frases muy comunes. Cuando tus propias anécdotas o historias han pasado a ser las protagonistas, entonces te has distanciado de una escucha activa y respetuosa.

Evitar las opiniones o los juicios

A veces, se trata simplemente de escuchar y estar atentos, más que de armar una opinión e imponerla. Si estás atento al contenido de la charla, sabrás si es necesario hacer una sugerencia, pero no pensarla de antemano y ofrecerla de manera prematura.

Suspender la escucha porque un tema resulta poco interesante o difícil

Muchas veces, te dejas llevar por distracciones porque no entiendes sobre el tema del relato. En ese caso, es mejor solicitar información y aclarar que estás teniendo dificultades, en lugar de simular que entiendes. También es un error el hecho de quedarse enganchado con los detalles y perderse del tema principal.



Características de la escucha activa

La escucha activa no es fácil de realizar
Ponerse en el lugar de la otra persona es fundamental para hacer una buena escucha activa.

La escucha activa no es simplemente oír, es mucho más que «un ruido de fondo», es estar y darse. Algunas de las características que mejor la resumen son las siguientes:

  • Implica prestar atención, comprometerse con el diálogo y mostrar interés genuino. Esto consiste en que elimines y evites todo tipo de distracciones. No significa que en algún momento no te puedas distraer, pero sí que cuando seas consciente de eso seas capaz de retomar el hilo.
  • También requiere que estés dispuesto a ser paciente, a respetar los tiempos de la persona para expresarse y a compartir lo que le sucede.
  • Se acompaña no solo del componente verbal, sino también de su correlato no verbal. Incluso, en ocasiones, este es mucho más importante para reforzar, o no, que en realidad estás escuchando. Por ejemplo, puedes hacerle saber a alguien que le sigues la conversación mediante el uso de expresiones o gestos que le dan el tono emocional a tu respuesta (fruncir el ceño, sostener la mirada, levantar las cejas, algún movimiento corporal, etcétera).
  • También implicar crear un clima de confianza y de contención, de tal modo de animar a que la otra persona se sienta cómoda y quiera expresarse.

Hoy la escucha activa es un desafío

La escucha activa es una habilidad que se perfecciona cuanto más se practica. Sin embargo, con los tiempos que corren, se ve cada vez más interrumpida por los numerosos estímulos que se presentan en todo momento.

No hay nada más agradable que una conversación grata, en la que te sientes comprendido y apoyado. Es importante aprender a escuchar, no solo para fortalecer las relaciones interpersonales, sino para aprender de otros y evitar malos entendidos.

Saber escuchar de manera activa es un componente central de la inteligencia emocional. Apostar por ejercitarla es también hacerse a relaciones más respetuosas y empáticas.


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