5 consejos para que tus hijos se lleven bien con sus primos

Las familias extensas son un tesoro cuando son capaces de crear una atmósfera de encuentros que alimentan y favorecen el equilibrio emocional. Te damos algunos consejos para que tus hijos logren llevarse de maravilla con sus primos.
5 consejos para que tus hijos se lleven bien con sus primos
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Escrito por Ana Núñez

Última actualización: 28 julio, 2021

Para que tus hijos se lleven bien con sus primos nada mejor que la familiaridad y la frecuencia en el compartir. La clave está en lograr que sientan que se trata de una sola familia, con diferencias de gustos e inclinaciones, pero con la que se intercambia amor y cooperación.

Cuando las tareas son compartidas, se hacen más agradables y llevaderas. Si los primos son contemporáneos, ir juntos a entrenar o cumplir con los deberes escolares serán objetivos más fáciles de alcanzar. Toma en cuenta estos 5 consejos para sacar el mejor provecho a la relación.

5 consejos para que tus hijos se lleven bien con los primos

Es muy probable que lo que vivan los primos sea el reflejo de la manera como se relacionen los padres. Si hay unión y confianza entre los hermanos, acaso ellos las repliquen. Compañía, desvelos y cuidados se desplegarán en todos los niveles, que incluyen abuelos, tíos y primos.



1. Comprender las diferencias y respetarlas

Todas las familias tienen gustos y costumbres distintas; no importa que las unan lazos de hermandad, que compartan padres, madres y abuelos. Por eso, a la hora de la reunión familiar las diferencias deben ser comprendidas y disfrutadas.

La música, la religión y las ideas sobre la vida son temas en los que las diferencias salen a flote. Lo mejor siempre será comprender y valorar sin pretender imponer.

Los primos pueden llegar a sufrir las rivalidades de los tíos que provocan lejanías. Un grado importante de sabiduría consiste en saber pasar la página y volver a revivir o rememorar los momentos esenciales y significativos de la vida. Que tus hijos se lleven bien con sus primos es un regalo inmaterial invaluable.

Primos jugando.
Cuando los primos tienen edades similares es más fácil que compartan actividades y momentos.

2. Diseñar actividades en común

El mundo es enorme y variado. Y claro que hay un sinfín de cosas en común. Para descubrirlas hay que crear escenarios y momentos de convivir. Diseñar actividades e itinerarios con un objetivo central: que tus hijos se lleven bien con sus primos.

El teatro o la discoteca, el restaurante de comida asiática o rápida, visitar iglesias o parques. Cualquier actividad debe gozar del consenso. Las familias disponen y los primos, si son pequeños, acompañan. Si ya toman decisiones o inclinan las balanzas, es esencial que sepamos aceptar o declinar sin empecinamientos.

Los adultos en estos casos deben servir de ejemplo. En buena medida, los primos harán en su momento lo que han visto en las reuniones familiares.

3. Si crecen juntos, crecen como hermanos

Cuando no tienen la misma edad, los primos con frecuencia forman parte de la misma generación. Los artistas favoritos, los sitios de moda, los clubes deportivos y hasta la misma escuela están en una lista que los padres también conocen.

Esto hace que crezcan como hermanos y contribuyan a la unión familiar al intensificar la frecuencia y el ritmo de las veladas. Con la ventaja, además, de que entre primos se brindan fortaleza el uno al otro y protección frente a los retos que imponen los aprendizajes de la vida.

4. Unir las agendas familiares

Viajar o hacer turismo local resulta más divertido y económico si se combinan agendas familiares. Visitar museos, ir al parque o a las múltiples celebraciones de bodas, cumpleaños o graduaciones son eventos fundamentales en la construcción de la identidad y la memoria.

Todos los miembros de la familia necesitan estos encuentros para afianzar su personalidad. Es realmente importante que los padres se comuniquen para planificar las fiestas y brindar la oportunidad de que los primos junten recuerdos y anécdotas. Las necesitarán más adelante cuando lleguen los hijos y los nietos.

5. Complementar los roles familiares

Si todas las familias son diferentes, los hermanos que las unen tienen a su vez profesiones y especialidades también distintas. Los primos participarán de esta unión amorosa de intereses y posiblemente prueben a imitar y seguir los pasos.

Aquí vuelve a ser de interés primordial el compartir experiencias. Los primos se tienen entre sí, como se tienen los tíos y tías. Y este ejemplo en muchos casos llega a ser un primer espejo en donde mirarse de cara al futuro.

Planes para hacer entre primos

Los planes dependen de las edades. Si los primos son pequeños, ya encontrarán un sinfín de cosas que hacer sin salir de casa o en el patio. Sin embargo, planificar ir al parque o a la playa ha de estar en las opciones, porque el ejercicio y el aire libre son vitales.

Por otro lado, como padres no hay que desaprovechar todas las oportunidades que se puedan para completar la escuela con paseos de interés didáctico. En ese sentido, recomendamos revisar la cartelera cultural y recorrer las salas de exposición, sobre todo si las muestras están dirigidas a públicos infantiles o juveniles.

El arte en su rica variedad les brinda a los hijos y primos la perspectiva de un mundo más real y amplio que el que ofrecen las redes y las pantallas. En caso de que sean jóvenes o adolescentes, harán sus propios planes. Aquí es importante el clima familiar de compañía y dedicación con el que hayan crecido y que les sirva de ejemplo.

Primos adolescentes juegan videojuegos.
En la adolescencia y la juventud son distintas las motivaciones para compartir entre primos, pero siempre se debe estimular el vínculo.


Los primos como eslabones de la familia extensa

Sin duda, cada vez existen menos esas familias numerosas de antes. Ahora los matrimonios tienden a tener uno, o a lo sumo dos hijos.

Esto, aunque reduce el número de los primos, tiene un punto a favor. Si una pareja solo tiene un hijo, el primo será y crecerá como su hermano si creamos las condiciones para ello.

Crecer en la compañía de parientes con más o menos la misma edad participa a favor de la construcción de gustos y personalidades. Incentivemos las reuniones para que los hijos tengan la oportunidad de afirmarse y crecer entre pares.


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