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Consejos y trucos para limpiar tu lengua correctamente

10 minutos
Limpiar la lengua correctamente te permite tener una boca sana y funcional. Entérate cómo hacerlo de la manera adecuada.
Consejos y trucos para limpiar tu lengua correctamente
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa

Última actualización: 06 julio, 2023

Ocuparse de la higiene de los dientes es algo que la mayoría de las personas tenemos bastante incorporado. Pero limpiar la lengua correctamente también debe ser parte de esta rutina y no todos saben cómo hacerlo.

Olvidar la lengua durante la limpieza bucal es bastante frecuente. Y como te contaremos en este artículo, descuidar este órgano trae inconvenientes en la salud y en el correcto funcionamiento de la boca.

Conocer la importancia de la limpiar la lengua y saber cómo hacerlo correctamente te ayudará a no olvidar este momento de la higiene oral. Ya verás que es bastante sencillo y que te aportará muchos beneficios. Sigue leyendo que te lo contamos.

La importancia de limpiar la lengua correctamente

La lengua es un órgano móvil, anclado al suelo de la boca y compuesto por varios grupos musculares cubiertos de tejido mucoso. Desempeña un papel fundamental en la cavidad oral. Interviene en la masticación, la formación del bolo alimenticio, la deglución, la hidratación oral, el habla y el sentido del gusto.

La lengua posee terminaciones nerviosas y una gran irrigación, lo que hace que duela y sangre mucho si se lastima. Su apariencia normal es de color rosa, húmeda y con movilidad.

Además, su dorso está cubierto por papilas que le dan a su superficie un aspecto aterciopelado característico. Algunas de estas estructuras participan en la percepción del gusto. Otras tienen la capacidad del tacto, poseen funciones linfáticas o producen saliva.

Limpiar la lengua correctamente es importante para mantener este órgano saludable y que sus funciones se desarrollen con normalidad. De lo contrario, las bacterias de la boca proliferan y los restos alimenticios se acumulan sobre su superficie.

Una lengua sin la higiene adecuada predispone a la aparición de varios problemas:

  • Halitosis o mal aliento.
  • Alteraciones en el sentido del gusto.
  • Cambios en la flora normal de la boca, con el desarrollo de micosis.
  • Se altera su apariencia por el acúmulo de suciedad. La lengua se ve blanca o negra y su superficie se torna más lisa.
  • Favorece el asiento de bacterias patógenas que provocan caries, gingivitis, enfermedad periodontal y otras infecciones.

Tomarte unos minutos al día para la limpieza de la lengua evitará estos inconvenientes. Una lengua cuidada podrá seguir cumpliendo sus funciones.

Además, no sentirás mal aliento, alteraciones en el gusto ni problemas para masticar, tragar o hablar. Por lo tanto, vale la pena la dedicación. Así que te contamos cómo debes hacerlo.

¿Cómo limpiar la lengua correctamente?

Limpiar la lengua correctamente todos los días te permitirá mantener este órgano saludable. Estos son algunos trucos y consejos que debes considerar a la hora de higienizar esta parte de la boca.

1. Incorporar la higiene de la lengua a la rutina del cepillado dental

Lo primero que debes hacer para limpiar tu lengua correctamente es incorporar su higiene a la rutina de aseo dental. Si se hace parte del momento del lavado de dientes, hay menos posibilidades de olvidar o postergar su limpieza.

Cada día, después de las comidas, deberás cepillar tus dientes y encías por al menos 2 minutos. Para esto usarás un cepillo de cerdas suaves y una pasta dental que contenga flúor.

Además, hay que completar la higiene utilizando hilo dental. Esto elimina los gérmenes y los restos de comida que se acumulan entre los dientes y que el cepillado no logra alcanzar.

Asegurar una adecuada higiene de los dientes evita que queden residuos y bacterias que luego podrían depositarse sobre la lengua. Empezar con la higiene de los elementos dentarios es el primer paso para luego pasar al aseo de la lengua.

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Cepillar los dientes no solo implica “los dientes”. También hay que ocuparse de la lengua en ese momento.

2. Limpiar la lengua

Para limpiar la lengua correctamente, lo ideal es contar con un raspador o limpiador lingual. Se trata de un utensilio diseñado para eliminar las bacterias y los residuos de la superficie del órgano.

Pero si no cuentas con este instrumento, puedes limpiar tu lengua de todos modos. Utilizar las cerdas del cepillo o su parte de atrás puede salvar la falta de raspador y ayudarte.

Para hacer la limpieza de la lengua hay que realizar movimientos de raspado suaves desde la zona más posterior hacia adelante, hasta llegar a la punta. El proceso se debe repetir varias veces y se deben limpiar también los costados del órgano. Entre pasada y pasada es conveniente enjuagar la boca con agua para eliminar los residuos sueltos.

Algunas personas suelen tener inconvenientes con la limpieza de su lengua por el reflejo nauseoso que se genera al colocar el raspador en la parte posterior. Una respiración profunda antes de empezar ayuda. Además, a medida que el cuerpo se acostumbre al hábito, la incomodidad disminuirá.

Como mencionamos, el raspador lingual es el instrumento más conveniente para limpiar la lengua correctamente. De todos modos, si no contamos con uno, hay otras maneras de asegurar la higiene de esta parte de la boca.

Raspador o limpiador lingual

Se trata de un instrumento pequeño y dentado diseñado para limpiar la lengua correctamente. Consiste en una barra curva, con forma de U o de Y, que raspa la superficie lingual. Los hay de distintos tamaños y materiales.

Su uso es muy sencillo. Como el nombre lo indica, se debe raspar la lengua con suavidad.

Para esto se hacen movimientos de atrás hacia delante, es decir, desde la zona más profunda de la lengua hasta la punta. Se debe variar la angulación para alcanzar todas las áreas del órgano.

Esta acción se repite varias veces para asegurar la limpieza de toda la lengua. En cada pasada, el raspador elimina las bacterias, los restos de alimentos y las células muertas atrapadas en las irregularidades del dorso lingual.

Luego de cada pasada es conveniente enjuagar el raspador y tu boca con agua. Al finalizar, el limpiador debe lavarse para mantenerlo higiénico y en buenas condiciones hasta su próximo uso.

Cepillos para lengua

Los cepillos para lengua también son instrumentos creados especialmente para la limpieza lingual. Se diferencian de los raspadores porque poseen varios filamentos que actúan como un cepillo o escoba.

Al pasarlo sobre la lengua se eliminan los residuos y las bacterias acumuladas. La sensación que provoca en la persona es menos intensa que la del raspador, por eso es más conveniente para personas con mucha sensibilidad en la lengua.

Cepillo de dientes clásico

El cepillo de dientes es un instrumento diseñado para limpiar las superficies dentales, que son duras. Por lo tanto, no es la mejor herramienta para higienizar la lengua, que es un órgano blando.

De hecho, si se lo compara con los raspadores linguales, no son tan efectivos como estos últimos a la hora de remover los residuos acumulados en el dorso lingual.

De no contar con otra alternativa para limpiar la lengua, se puede recurrir a un cepillo de dientes tradicional. Es preferible hacerlo con este instrumento menos efectivo que no higienizar.

Se deberá optar por uno de cerdas suaves y se reservará exclusivamente para limpiar la lengua. Por lo tanto, será un cepillo distinto al que se utiliza para las piezas dentarias.

Cepillo de dientes con limpiador de lengua incorporado en el cabezal

Algunos cepillos de dientes modernos presentan en la parte posterior del cabezal una superficie rasposa destinada a la limpieza de la lengua. Pero la eficiencia de este accesorio es bastante limitada.

El cabezal del cepillo de dientes con limpiador lingual es de utilidad solo para la higiene de la punta de la lengua. Si se coloca el instrumento de punta en la zona posterior de la boca, suele provocar muchas náuseas.

3. Utilizar enjuagues bucales

Para finalizar el proceso de limpiar la lengua correctamente es recomendable utilizar un colutorio bucal. Realizar un enjuague enérgico por unos minutos con estos líquidos permite eliminar los residuos que hayan quedado en la lengua.

Recuerda escupir el producto al terminar, pues no están diseñados para tragar.

Los enjuagues bucales contienen distintos componentes que ayudan a proteger la boca contra la placa bacteriana y otorgan un aliento fresco. Los hay con flúor, antisépticos o ingredientes naturales, capaces de mantener a los gérmenes bajo control. El dentista podrá indicarte el más adecuado para ti.

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Los enjuagues bucales complementan las acciones de cepillado de la lengua y dejan un aliento fresco en la boca.

4. Limpiar la lengua correctamente de manera frecuente

Para limpiar la lengua correctamente no solo es necesario hacerlo bien, sino que también es importante que sea un hábito frecuente. Como dijimos, incorporar la higiene lingual a la rutina del cepillado dental te permitirá hacerlo varias veces, todos los días.

Es importante limpiar la lengua al menos 2 veces al día. Es muy importante hacerlo antes de acostarnos, pues durante la noche secretamos menos saliva. Así podremos reposar con la boca limpia y tener más control de las bacterias dañinas.

Con esto, se evita el acúmulo de bacterias, la formación de placas blanquecinas de saburra y el mal aliento. Experimentar la comodidad que otorga tener la lengua limpia suele ser suficiente motivación para proseguir con el cuidado de esta zona.

¿Cómo saber si la lengua está limpia?

Al terminar la rutina de limpieza oral, es recomendable sacar la lengua frente a un espejo y mirarla. Observar su superficie permite controlar que la higiene se haya realizado de manera adecuada.

Luego de limpiar la lengua correctamente, su superficie se observa de color rosado. En cambio, si se observan zonas blancas o amarillentas, es porque no se ha higienizado de manera completa.

La mayoría de las veces, cuando la lengua se ve blanquecina, es por la presencia de bacterias acumuladas sobre su superficie. Pero otras veces puede ser la manifestación de afecciones bucales, como la candidiasis oral, el liquen o la leucoplasia, por ejemplo.

Si luego de repetir el cepillado, la lengua recupera su coloración rosada habitual, no hay motivos para preocuparse. De lo contrario, si la tonalidad blanquecina persiste, es necesario consultar al odontólogo para que evalúe la situación.

¿Cuándo ver a un odontólogo?

Para que la lengua pueda desempeñarse con normalidad es importante ocuparse de su higiene. Pero además, es necesario cuidarla de manera adecuada, visitando con frecuencia al dentista.

En las consultas de rutina el odontólogo observa el aspecto de la lengua y evalúa su movilidad. De esta manera, podrá diagnosticar cualquier afección que se presente de manera temprana.

Asimismo, es importante estar atentos al aspecto que tiene la lengua. Como te dijimos, observar este órgano al terminar de limpiarlo permite detectar cualquier cambio inusual.

Es pertinente visitar al odontólogo o al médico si aparecen algunas de estas manifestaciones en la lengua:

  • Dolor.
  • Quemaduras severas.
  • Parches o manchas rojas.
  • Zonas de la lengua más lisas.
  • Apariencia de lengua peluda.
  • Heridas que no cicatrizan al cabo de unos días.
  • Superficie con una coloración amarilla o negra.
  • Manchas blancas que no desaparecen con la limpieza.
  • Llagas o bultos que no desaparecen después de algunas semanas.

Lengua limpia y sana

Limpiar la lengua correctamente es bastante sencillo y merece la pena. Contar con este órgano saludable es fundamental para que tareas habituales, como comer, hablar y sentir los sabores, se realicen sin dificultad.

Puede que te tome un tiempo incorporar el hábito de incluir la lengua en la higiene bucal. Cuando notes la comodidad de sentir esta parte de la boca limpia y fresca, de seguro ya no lo olvidarás.


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