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Crema facial casera para pieles con dermatitis

3 minutos
Descubre cómo preparar tu propia crema facial para pieles con dermatitis, que te permitirá hidratar la piel, regenerarla y equilibrarla de manera natural.
Crema facial casera para pieles con dermatitis
Última actualización: 13 agosto, 2024

Podemos encontrar muchas recetas para elaborar cremas faciales en casa, de manera sencilla y con ingredientes naturales. Las encontramos más ligeras para las pieles grasas y más nutritivas para las pieles secas. No obstante, es más difícil encontrar cremas específicas para pieles atópicas, delicadas, sensibles y con dermatitis.

Descubre en este artículo cómo preparar tu propia crema para hidratar la piel y equilibrarla de manera natural.

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Crema para la dermatitis y pieles atópicas

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En general, clasificamos las pieles en las siguientes categorías:

En esta última categoría incluimos todas aquellas pieles que padecen dermatitis, psoriasis, eczemas u otros trastornos cutáneos. A veces podemos tener más de un problema, lo cual complica más la elección de una crema adecuada.

A menudo, las pieles atópicas no toleran bien las cremas con perfumes, alcohol y otros ingredientes sintéticos como, por ejemplo, los parabenos, conservantes y derivados del petróleo.

Por este motivo proponemos elaborar una crema que sea totalmente natural. Esto permite tener el rostro con la hidratación necesaria y que, a la vez, ayude a tratar los problemas cutáneos

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Los ingredientes y sus propiedades

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Los componentes de la crema casera para pieles con dermatitis tienen propiedades calmantes, antiinflamatorias y equilibrantes. De esta forma se logra el balance de la piel de manera progresiva.

  • 2 cucharadas de gel de aloe vera (30 g)
  • 2 cucharadas de manteca de cacao (30 g)
  • 1 cucharada de aceite de onagra (10 ml)
  • 2 cucharadas de aceite de caléndula (20 ml)
  • 15 gotas de aceite esencial de lavanda.
  • Frasco para conservar la crema.

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Gel de aloe vera o sábila

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El gel que se extrae de las pencas de la planta de aloe vera es un ingrediente excelente para la piel. La hidrata sin engrasarla, la calma, y favorece la recuperación en caso de irritaciones o pequeñas lesiones.

Tiene propiedades antiinflamatorias y mejora la regeneración celular cutánea. Además, su textura permite mezclarlo con los aceites y conseguir una crema untuosa pero no grasa.

Manteca de cacao

La manteca de cacao es un ingrediente habitual en la cosmética casera, ya que permite dar consistencia a los productos a la vez que hidrata y protege la piel. Además, es rica en antioxidantes y da suavidad y elasticidad al cutis.

Aceite de caléndula

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El aceite vegetal que se obtiene de macerar la flor de la caléndula es ideal para las pieles más sensibles, incluso la de los bebés. Tiene propiedades antiinflamatorias, calmantes e hidratantes.

Aceite de onagra

Este aceite es muy conocido por sus propiedades para regular los trastornos hormonales.

No obstante, sus beneficios externos son también muy reconocidos. Reduce las inflamaciones y calma los trastornos cutáneos como la dermatitis, el acné, el prurito, psoriasis y problemas de cicatrización.

Aceite esencial de lavanda

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Este aceite esencial aporta un perfume natural delicioso y relajante. Además, ofrece uno de los beneficios más importantes: regular la producción sebácea de la piel para equilibrar tanto las zonas secas como las grasas. También tiene propiedades antisépticas y regeneradoras.

Preparación de la crema

Una vez listos todos los ingredientes, procederemos del siguiente modo:

  1. Primero, poner la manteca de cacao a baño María para disolverla.
  2. Luego, a temperatura ambiente, se mezcla con el gel de aloe vera, el aceite de caléndula y el de onagra.
  3. Batir para emulsionar y mezclar bien las diferentes texturas.
  4. A continuación, en frío, se añade el aceite esencial de lavanda y se mezcla bien.
  5. Finalmente, se coloca la crema en el frasco.
  6. Conservar la crema en el refrigerador para que dure más tiempo en buenas condiciones.
  7. Aplicar por la mañana al levantarse y por la noche antes de acostarse.

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



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