¿Cómo defenderse de la devaluación narcisista?
Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz
El narcisismo sigue siendo un término desconocido para muchas personas. Sin embargo, a nuestro alrededor muchos pueden identificarse con él. Son personas que se creen superiores a los demás, que utilizan a los otros en su propio beneficio y que pueden iniciar una devaluación narcisista cuando estas menos se lo esperan.
Siguiendo lo que nos explica el Manual MSD, el narcisista también carece de empatía y necesita de la adulación por parte de los otros. Pero a pesar de que parece seguro de sí mismo, con gran confianza, en realidad tiene una carencia de autoestima importante.
Se trata de un diagnóstico que, en psicología, se conoce como trastorno de la personalidad narcisista.
Ahora no vamos a centrarnos tanto en profundizar sobre este trastorno, sino en la devaluación narcisista. Veremos en qué consiste, cuándo una persona la pone en marcha y las consecuencias que puede tener para quienes se han convertido en sus víctimas. Por eso, también ofreceremos algunos consejos para protegerse.
¿Qué es la devaluación narcisista?
La devaluación narcisista empieza de manera repentina, sin previo aviso, aunque es verdad que puede hacerse sutilmente en un comienzo. Como explica la Real Academia de la Lengua Española (RAE), devaluar hace referencia a “rebajar el valor de una moneda o de otra cosa, depreciarla”.
Por lo tanto, en la devaluación narcisista, la persona intenta hacer de menos al otro, restándole mérito a cualquier acto realizado u objetivo conseguido. ¿Por qué suele hacer esto el narcisista? Porque ya ha conseguido su objetivo.
De hecho, ellos son realmente encantadores en un principio. Te atrapan y generan una atracción de la que muy pocos logran escapar. No obstante, una vez en sus manos, usa al otro hasta que se cansa y la devaluación hace acto de presencia.
El ciclo de la devaluación narcisista
Para hablar de la devaluación narcisista, tenemos que verla como un ciclo. Una marea en la que este tipo de personas sumergen a sus víctimas y que siempre transcurre de la misma forma.
Para empezar, todo es maravilloso. Es un buen amigo o una posible pareja que está ahí, se preocupa y no tiene ni un solo defecto. Además, comparte muchos gustos.
El narcisista suele amoldarse a la otra persona, conociendo al milímetro lo que le gusta y lo que no, para que baje la guardia. Comienza, entonces, la idealización.
Después se produce un enganche, en el que el narcisista toma el mando de la situación. La otra persona no es su prioridad; le ofrece migajas, pero esa idealización ya ha hecho todo el trabajo. Ahora sí, la siguiente fase es la de la devaluación narcisista.
En esta devaluación empieza a haber excusas para quedar, hay menosprecios evidentes y un desinterés que se incrementa con el tiempo. La víctima del narcisista no entiende nada, pide explicaciones, se agobia y va detrás. El ghosting y la manipulación serán técnicas que le encantará utilizar.
¿Cómo prevenir y defenderse de esta devaluación?
Para prevenir la devaluación narcisista conviene evitar la idealización. Intentar mantener los pies en la tierra en todo instante es fundamental en cualquier tipo de relación. Nadie es perfecto, siempre hay algún defecto. Tener esto claro es crucial.
No obstante, en aquellos casos en los que la devaluación ya haya comenzado, existen algunos consejos que pueden ayudar para que la situación no afecte la autoestima y a la propia confianza. Estos son algunos de ellos:
- Practicar el contacto cero: es una decisión que no se quiere tomar, pero es la mejor. Bloquear y cortar todo contacto con ese narcisita que insulta, devalúa, menosprecia y está provocando daño, es el camino para cuidar de uno mismo.
- Seguir haciendo cosas: practicando ese pasatiempo tan divertido, leyendo, quedando con amigos, centrándose en el trabajo… La vida no debe detenerse porque un narcisista esté jugando y manipulando.
- Poner límites: dejar de coger el teléfono, cortar la relación o hablar claro para no dejarse manipular son algunas formas de comunicarle al narcisista que se ha equivocado de víctima. Esto no es sencillo, por lo que la ayuda psicológica siempre será un baluarte.
¿Cuándo acudir a un psicólogo?
Se debe acudir a un psicólogo cuando uno ha detectado en sí mismo una conducta similar a la expuesta sobre el ciclo de la devaluación narcisista. No obstante, esto no es nada fácil.
Por eso, también si se es víctima en estas circunstancias, la terapia puede contribuir a salir de la relación y a reconstruir las partes dañadas de la autoestima. El Manual MSD estima que el 6,2 % de las personas que viven en Estados Unidos sufren el trastorno narcisista de la personalidad. Así que debemos asumir que en el mundo hay muchas más.
Conocer este tipo de personalidad y ser precavidos es fundamental para evitar que terminemos mal. A veces, esto sucede casi sin que nos demos cuenta. Sortear la idealización es clave.
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