Desinfectantes y antisépticos
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
Los desinfectantes y antisépticos son agentes antimicrobianos con un uso extendido desde el ámbito hospitalario hasta el doméstico.
Para ser más específicos, son sustancias químicas destinadas a disminuir la carga de microorganismos presentes en materiales inertes y tejidos vivos, respectivamente. ¿Quieres saber más al respecto? Entonces no dejes de leer todo lo que vamos a comentarte a continuación.
Povidona, agua oxigenada y alcohol
Desde su descubrimiento, han sido ampliamente utilizados para combatir infecciones. Su uso más relevante es el intrahospitalario. Con ello se intenta prevenir o reducir el riesgo de infecciones oportunistas después de una intervención quirúrgica.
Diferencias entre desinfectantes y antisépticos
- En primer lugar, los únicos agentes físicos que aseguran la inactivación de toda forma de vida microbiana son los agentes esterilizantes. Esto no lo conseguiríamos mediante el uso de desinfectantes o antisépticos.
- Sin embargo, el que estos elementos no sean capaces de destruir completamente todos los microbios no quiere decir que no resulten muy útiles a la hora de prevenir infecciones.
Desinfectantes
Los agentes desinfectantes tienen la capacidad de reducir la carga microbiana de un material. Se usan para destruir los microorganismos patógenos de un objeto inanimado.
Estas sustancias acaban con las formas vegetativas de los microorganismos. Sin embargo, no son capaces de acabar con las formas de resistencia (esporas).
Los desinfectantes suelen ser tóxicos al aplicarse en tejidos vivos. Por ello, se suelen emplear para desinfectar superficies y materiales. Se emplean tanto en la clínica como en el hogar.
Algunos tipos de desinfectantes son los siguientes:
- La lejía.
- El alcohol.
- Los detergentes.
Antisépticos
Los antisépticos son agentes antimicrobianos capaces de destruir los microorganismos patógenos presentes en un tejido vivo. De hecho, su nombre deriva de su capacidad para prevenir la sepsis, o infección.
A diferencia de los desinfectantes, estos no resultan tóxicos para los tejidos. Por ello se aplican sobre tejido vivo: sobre la piel o sobre heridas.
Nuevamente, su uso está muy extendido tanto en el ámbito clínico como en el ámbito doméstico, encontrando muchos de los antisépticos más comunes en el botiquín de casa.
Algunos de los antisépticos, de los que hablaremos en mayor profundidad a continuación son:
- El alcohol.
- El agua oxigenada.
- La povidona (también conocida como Betadine).
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La povidona
La polividona es un compuesto yodado muy eficaz a la hora de combatir una gran cantidad de microorganismos. Se utiliza para:- Limpieza de zonas donde se provocará una herida quirúrgica que, potencialmente, es capaz de causar una infección.
- Además, se usa tanto en personas como en animales.
Su mecanismo de acción consiste en penetrar en los microorganismos y afectar en ellos la síntesis de proteínas y la integridad de su pared celular.
Su aplicación sobre heridas no suele generar dolor. Esto es así porque al entrar el contacto con la piel, el yodo se libera lentamente, previniendo la sensación de escozor.
Cabe destacar que este compuesto no está indicado en personas alérgicas al yodo, embarazadas, mujeres lactantes o bebés.
Agua oxigenada
El agua oxigenada es un antiséptico de amplio espectro, capaz de destruir una gran cantidad de microorganismos. Se utiliza para limpiar heridas y, en algunos casos, para la desinfección bucal.También es un buen desinfectante para objetos y materiales. Por ello, se emplea a menudo en el ámbito de limpieza hospitalaria.
Su mecanismo de acción se basa en su alta capacidad oxidante. Es capaz de producir radicales libres, moléculas muy activas que interfieren con multitud de procesos celulares, dañando así a los microorganismos.
Alcohol
Existen dos tipos de alcohol, el etílico y el isopropílico. Estos son compuestos orgánicos ampliamente utilizados como desinfectantes en el ámbito de la limpieza. Aunque también es común utilizarlos como antisépticos sobre heridas.
El mecanismo de acción de los alcoholes reside en su capacidad para destruir la membrana celular de los microorganismos y provocar la desnaturalización de sus proteínas.
El alcohol se usa habitualmente limpiar objetos y superficies, desinfectar las manos y para preparar la piel antes de una inyección.
No se recomienda su uso sobre heridas, pues provoca irritación y escozor. Sin embargo, hay quienes lo utilizan para este fin cuando no tienen otro producto al cual recurrir.
No se suele utilizar en la desinfección de instrumental quirúrgico. Sin embargo, sí resulta muy útil en el lavado de manos del personal sanitario.
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