Diferencias entre salud y bienestar

Aunque se usen como sinónimos, la salud y el bienestar son conceptos diferentes. Te explicamos por qué y cómo están relacionados.
Diferencias entre salud y bienestar
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 27 julio, 2023

En la actualidad se utiliza de manera indistinta los términos bienestar y salud. La confusión es tal que incluso en contextos formales se usan como sinónimo, lo que ha llevado a un estado de desconcierto absoluto. Por supuesto, se trata de conceptos distintos, algo que descubrirás en las siguientes ideas sobre las diferencias entre salud y bienestar.

De manera general se entiende la salud por el estado que hace referencia al aspecto físico y mental (en cuanto a su estabilidad, fortaleza, resistencia y demás) y al bienestar con un concepto que se extiende a todos los ámbitos de vida. En las líneas siguientes te exponemos las diferencia entre salud y bienestar, con la advertencia temprana de que su confusión está sobre la mesa.

¿Cuáles con las diferencias entre salud y bienestar?

Las diferencias entre salud y bienestar son básicas
A pesar de que la definición de la OMS de salud es muy abierta, usualmente se hace referencia a este término en el contexto médico de ausencia de enfermedades.

Para comprender las diferencias entre salud y bienestar conviene saber la definición de ambos conceptos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como ‘el estado de completo bienestar físico, mental y social y no simplemente la ausencia de enfermedad o dolencia’. Esta definición es holística, totalizante y en muchos sentidos idealista.

De acuerdo con los investigadores, y a pesar de que la definición de la OMS tiene más de 80 años, la mayoría de los especialistas y médicos valoran la salud como la ausencia de enfermedades. Un paciente está saludable en la medida en que los exámenes y pruebas de rutina no encuentran indicios de enfermedades, trastornos o desequilibrios que lo puedan comprometer física o emocionalmente.

En efecto, cuando hablamos de salud debemos entender tanto el aspecto físico como psicológico. ¿Qué hay entonces del bienestar? El Instituto Nacional de Bienestar (NWI) lo describe como un ‘proceso activo a través del cual las personas se dan cuenta y tomas decisiones para lograr una existencia más exitosa’. Lo hace, según esta organización, teniendo en cuenta seis ejes fundamentales:

  • Emocional.
  • Ocupacional.
  • Físico.
  • Social.
  • Intelectual.
  • Espiritual.

En la medida en que una persona activamente alcance el éxito en cada uno de estos seis ejes, podrá decir que su vida tiene más o menos bienestar. Dado que el éxito es una categoría subjetiva (a menudo se relaciona con las expectativas personales), el bienestar es muy subjetivo. La salud no deja de serlo, pero los criterios científicos permiten establecer una línea más clara entre saludable y no saludable.



Podemos sintetizar que la salud se refiere a un estado de equilibrio en cuanto a dolencias, enfermedades y afecciones se refiere (tanto físicas como psicológicas) y al bienestar como un espectro más general de satisfacción, tranquilidad y prosperidad en diversos aspectos de la vida. Las diferencias entre salud y bienestar las podemos entender desde estas coordenadas.

La relación entre la salud y el bienestar

Las diferencias entre salud y bienestar son diversas
Tanto la salud como el bienestar son conceptos íntimamente ligados, a pesar de las diferencias evidentes en sus definiciones.

A pesar de que la salud y el bienestar aluden a ideas diferentes, esto no implica que no estén estrechamente relacionadas. En efecto, el bienestar de una persona incide en su salud, y la salud de esta incide en su bienestar.

Ya hemos acordado en el apartado anterior que el bienestar gira en torno a la toma de decisiones voluntarias. En efecto, las decisiones que tomas en diferentes aspectos de tu vida tienen un impacto directo en tu salud. Algunas la promoverán, mientras que otras lo harán en contra de ella e incluso en contra de tu integridad.

Por ejemplo, la cantidad de horas que duermes, la dieta que elijas consumir, la cantidad de ejercicio que haces, el lugar donde trabajas o la interacción que tienes con los demás no pasa desapercibido en tu estado de salud general. Veamos algunos ejemplos que ilustran este punto:

  • Bienestar ambiental y salud: el lugar donde vives o donde te relacionas condiciona el que desarrolles o no algunas enfermedades. Por ejemplo, puedes contraer una infección por beber agua contaminada, desarrollar enfermedades por exponerte a ciertos materiales y manifestar asma o alergias por la impureza del aire.
  • Bienestar social y salud: las relaciones que tienes con amigos, familiares y colegas son un buen determinante de tu salud psicológica. En general, quienes no fomentan esta interacción tienden a desarrollar fobia social, depresión, ansiedad, sentimientos de soledad y demás.
  • Bienestar financiero y salud: mientras mayor sea tu estabilidad financiera, mejor será la respuesta que puedas dar ante una situación que afecte tu salud. El estrés financiero es muy frecuente estos días, y puede tener repercusiones severas en el día a día de una persona.
  • Bienestar emocional y salud: las decisiones activas que tomes para lograr un equilibrio y estabilidad de tus emociones pueden ahorrarte episodios de estrés, ansiedad, tensión y por supuesto también de depresión. Tu actitud (positiva o negativa) y la habilidad para controlar tus emociones o de expresarlas también tienen impacto directo en tu salud psicológica.

Lo anterior es solo un ejemplo de cómo a pesar de las diferencias entre salud y bienestar estas ideas están conectadas entre sí. Las decisiones activas que tomes en el orden de los seis ejes presentados en el apartado inicial condicionan o al menos inciden en tu estado de salud.

Simples actividades o elecciones que incluyes en tu día a día hacen una diferencia radical en la valoración objetiva y subjetiva de tu salud. Meditar, leer, practicar yoga, practicar la atención plena, gestionar de forma adecuada tus finanzas, destinar momentos para compartir con los demás, sonreír, hacer deporte y desempeñarte en un ambiente laboral tranquilo, entre otras cosas, es bueno para tu salud en general.

Con esto último han quedado claras las diferencias entre la salud y el bienestar. Resumimos que la salud es un concepto que que se incluye dentro del bienestar, y hasta cierto punto puede estar mediado positivamente por este.

No puedes controlar al 100 % tu salud, pero sí puedes tomar decisiones e implementar un estilo de vida beneficioso para disminuir las probabilidades de desarrollar una afección grave.


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  • St Claire L, Watkins CJ, Billinghurst B. Differences in meanings of health: and exploratory study of general practitioners and their patients. Fam Pract. 1996 Dec;13(6):511-6.

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