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Dolor al orinar: causas, diagnóstico y tratamiento

9 minutos
El dolor al orinar también recibe el nombre de disuria. La mayoría de las veces y, sobre todo en mujeres, responde a una infección del tracto urinario. Pero existen más causas.
Dolor al orinar: causas, diagnóstico y tratamiento
Mario Benedetti Arzuza

Escrito y verificado por el médico Mario Benedetti Arzuza

Última actualización: 05 marzo, 2024

El dolor al orinar o disuria es un síntoma que se manifiesta con molestias al momento de la micción. Puede originarse en los mismos conductos del tracto urinario, así como en los otros órganos genitales y hasta en el perineo.

Si bien las causas infecciosas son las más frecuentes, existen otros motivos por los que se puede percibir el dolor. Incluso, podría tratarse de algo pasajero y que se resuelva por sí mismo. De todas maneras, su persistencia obliga a la consulta médica para definir el diagnóstico.

A continuación, repasaremos las causas más comunes de dolor al orinar y los posibles tratamientos para cada una. Es importante considerar los síntomas que acompañan a la disuria y, por supuesto, las características de la persona que la padece.

Cistitis infecciosa

La cistitis es la inflamación de la vejiga urinaria. En general, es causada por una infección bacteriana.

Según información publicada en American Academy of Family Physicians, el dolor al orinar tiene entre sus principales responsables a las infecciones del tracto urinario (ITU). Entre ellas, las cistitis. Si la ITU se localiza en la parte alta, en los riñones, la sintomatología será diferente y es muy probable que no exista disuria.

La condición es más habitual en las mujeres. Esto se debe a la anatomía de la uretra, que es más corta, y que se encuentra más cerca del ano que en los varones. Así, se facilita la entrada de bacterias. Aun así, existe la cistitis en hombres.

Además del dolor, pueden presentarse los siguientes síntomas:

  • Urgencia para orinar.
  • Más frecuencia de actos de micción.
  • Orina turbia o con cambio de coloración.

¿Cómo se trata?

Las cistitis infecciosas necesitan un tratamiento con antibióticos. La elección del adecuado depende del criterio médico y de las guías clínicas destinadas para tal fin.

Además, se pueden recomendar analgésicos o antiinflamatorios para reducir los síntomas, hasta tanto el antibiótico comience su efecto. En paralelo, se complementa con medidas higiénico-dietéticas, como un mayor consumo de agua.

Infecciones de transmisión sexual

La disuria es un síntoma de algunas infecciones de transmisión sexual o ITS. Entre ellas, las más asociadas al dolor al orinar son las siguientes:

  • Gonorrea: la bacteria causal ocasiona secreción por la uretra, tanto en hombres como en mujeres.
  • Clamidiasis: afecta tanto a hombres como a mujeres. Junto al dolor aparece una secreción anormal por la vagina o el pene, con molestias también durante las relaciones sexuales.
  • Tricomoniasis: esta es una infección causada por un parásito. En las mujeres cursa con disuria, picazón vaginal, irritación en la vulva y mal olor. En los hombres es menos complejo el cuadro clínico.
  • Herpes genital: causado por el virus del herpes simple, puede derivar en ampollas y úlceras dolorosas en la zona púbica. La ubicación de las mismas alrededor del conducto de la uretra ocasionará molestias severas y ardor al orinar.

Vale aclarar que no todas las ITS cursan con disuria. Además, es habitual que no sea el único síntoma.

¿Cómo se tratan?

De acuerdo al diagnóstico, se establecerá una prescripción acorde al microorganismo causal en cada caso. Las guías clínicas suelen dividir a las uretritis de origen sexual en gonocócicas y no gonocócicas.

Para la gonorrea y la clamidia se usan antibióticos. Los más indicados son azitromicina, doxiciclina y ceftriaxona. La tricomoniasis, en cambio, es tratada con metronidazol.

Para los casos de herpes genital se emplean medicamentos antivirales que reducen los síntomas, como el aciclovir. Aquí no hay una cura definitiva, ya que el virus se puede reactivar en el futuro y volver a causar molestias.

Cistitis intersticial

La cistitis intersticial es también conocida como síndrome de la vejiga dolorosa. La disuria es un síntoma común en estos pacientes.

La causa exacta de la enfermedad no se comprende todavía por completo. Respondería a una combinación de factores, como inflamación de la pared de la vejiga, problemas en la mucosa del órgano y la presencia de determinadas sustancias irritantes en la orina.

Además del dolor para orinar, la persona con el trastorno puede tener dolor pélvico y en el abdomen bajo, con el solo hecho de estar parado. Las relaciones sexuales son incómodas y la necesidad imperiosa de ir al baño también se presenta.

¿Cómo se trata?

El abordaje de la cistitis intersticial es muy complicado. En la actualidad, no se reconocen métodos terapéuticos únicos e infalibles.

Se recomienda una combinación de fármacos, maniobras de descompresión de la pelvis, ejercicios y modificaciones en el estilo de vida. Algunas aproximaciones con la inyección de toxina botulínica son prometedoras, pero se reservan para casos refractarios.

Epididimitis

Esta es una inflamación del epidídimo, un conducto situado detrás de los testículos, que almacena y transporta el esperma. La causa principal es infecciosa, de origen bacteriano o viral. Entre los menores de 35, suele asociarse a una ITS; en cambio, para los mayores se hace más frecuente la asociación con una prostatitis.

El dolor al orinar no aparece siempre, aunque puede acompañar al síntoma principal de la afección, que es la molestia en el escroto. En general, la piel que rodea a los testículos se encuentra hipersensible y puede mostrar signos de inflamación. Las bacterias pueden ocasionar fiebre en los pacientes.

¿Cómo se trata?

El tratamiento de la epididimitis implica el uso de antibióticos casi siempre, ya que la principal causa es bacteriana. Además, se pueden recomendar analgésicos y medidas paliativas, como el reposo y la aplicación de compresas frías en la zona.

Litiasis renal

Los cálculos en los riñones suelen causar un dolor intenso en la espalda o los costados del cuerpo. Es una molestia que se irradia, en forma de cólico, a la ingle.

Cuando los cálculos inician su descenso hacia la vejiga para ser expulsados, la irritación del viaje de la piedra por el sistema urológico ocasiona dolor al orinar. A veces, esto ocurrirá de manera espontánea. Otras veces será el resultado de un tratamiento instaurado para la expulsión.

Se calcula que entre el 9 % y el 33 % de los pacientes con piedras en los riñones tienen un síndrome miccional. Quiere decir que, además del dolor lumbar, presentarán disuria.

¿Cómo se tratan?

El abordaje de la litiasis renal varía según el tamaño y la ubicación de las piedras, así como la presencia de complicaciones. El manejo conservador implica esperar el descenso con mucha hidratación y la ingesta de antiinflamatorios no esteroideos.

Otros pacientes serán candidatos a intervenciones poco o nada invasivas, como la litotricia extracorpórea con ondas de choque o la ureteroscopia. Y en los casos más severos se optará por una cirugía, en general, a través de una nefrolitotomía percutánea.

Enfermedad pélvica inflamatoria

La enfermedad pélvica inflamatoria o EPI parte de una infección que comienza en los órganos reproductores femeninos y asciende hasta alcanzar la cavidad del abdomen bajo. Se deriva de infecciones de transmisión sexual, como la clamidiasis y la gonorrea.

Algunas mujeres con EPI pueden experimentar molestias al orinar, debido a la inflamación de toda la zona, lo que incluye a la uretra. Además, habrá sangrado vaginal anormal, flujo vaginal atípico, fiebre y dispareunia.

¿Cómo se trata?

Según reportan los estudios científicos sobre el tema, una presentación atípica de la EPI, con solo disuria, por ejemplo, podría ocasionar un diagnóstico tardío. Los profesionales pueden confundirse con una ITU u otra enfermedad, demorar el tratamiento y facilitar la aparición de complicaciones.

En general, el tratamiento para la mayoría de las mujeres es antibiótico. Se indican aquellos fármacos que neutralizan o matan al gonococo y a la bacteria clamidia.

Trauma local

Un traumatismo localizado en el área genital podría ocasionar dolor o molestias al orinar. Las posibilidades de un hecho así son variadas:

  • Golpes o caídas.
  • Procedimientos médicos en la uretra, como la cistoscopia.
  • Relaciones sexuales con fricción excesiva o falta de lubricación.
  • Uso incorrecto de dispositivos médicos, como sondas o un DIU.
  • Empleo inadecuado de productos de higiene, como un tampón.

Un reporte de caso por fractura de pene concluye que la presencia de sangre en la orina y dolor al orinar siempre debe llevar a la sospecha de un trauma interno. En especial, si no hay indicios infecciosos.

¿Cómo se trata?

La disuria de estos casos, si el trauma fue leve, será temporal. Mejorará a medida que los tejidos cicatricen. Se puede apoyar la recuperación con reposo, hielo local y la toma de analgésicos.

Causas más severas, como una fractura de pene, requerirán un seguimiento delicado. Y si la uretra se lesionó en una gran extensión, quizás se requiera una cirugía.

Uso de productos irritantes genitales

Es posible que algunas sustancias usadas en la higiene íntima causen irritación en la salida de la uretra y disuria. Los jabones, los geles de ducha, las toallitas húmedas y los aerosoles, a menudo, contienen fragancias y otros químicos irritantes.

Además, es muy posible que alteren el equilibrio del pH vaginal en las mujeres. Ello provocará un aumento de las bacterias no beneficiosas en la zona genital y hasta un cambio en la mucosa vaginal, lo que predispondrá a la sequedad y la picazón del área.

¿Cómo se trata?

Algunas medidas simples pueden evitar el dolor al orinar por productos químicos:

  • Compra las opciones de higiene íntima sin fragancias.
  • Prefiere ropa interior de algodón.
  • Evita el uso de duchas vaginales.

¿Qué hago si tengo dolor al orinar?

Consultar ante este síntoma es clave. En muchas ocasiones, se necesitará un tratamiento médico con fármacos para darle solución. El profesional comenzará preguntando sobre la duración del síntoma, la intensidad del dolor y cualquier otro signo asociado. Es muy probable que se lleve a cabo un examen físico para evaluar la zona genital.

Entre los métodos complementarios que se podrían solicitar se encuentran los siguientes:

  • Urocultivo.
  • Serologías para ITS.
  • Análisis general de orina.
  • Imágenes: ecografía, tomografía computada o resonancia magnética nuclear.

Si se sospechan problemas serios en la vejiga, podría realizarse una cistoscopia, que implica la inserción de un tubo delgado y flexible con una cámara en la punta para examinar el interior de la vejiga.

¿Qué debes recordar?

El dolor al orinar puede ser causado por diversas condiciones. La identificación de la causa subyacente es fundamental para un tratamiento efectivo.

El diagnóstico lo hará un médico, a través de una evaluación clínica detallada y métodos complementarios. Por eso es necesario tener atención profesional, si se experimenta disuria. La automedicación o subestimar los síntomas puede acarrear complicaciones y afectar la calidad de vida.


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