Enfermedades relacionadas con el consumo de leche de vaca
Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira
La leche de vaca y sus derivados se posicionan actualmente entre los alimentos de mayor consumo en el mundo. Y es que desde siempre se han alabado sus propiedades nutritivas, su delicioso sabor y el contenido de vitaminas y minerales que le aporta a nuestro organismo, especialmente el calcio.
Sin embargo, en los últimos tiempos parece haberse iniciado una campaña de desprestigio contra este producto. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en estas afirmaciones? ¿Es verdad que el consumo de leche de vaca puede deteriorar la salud y derivar en la aparición de enfermedades? Descúbrelo en este artículo.
¿Puede la leche de vaca ser mala para la salud?
La leche de vaca es un producto que el ser humano ha consumido durante cientos de años. Sin embargo, desde hace unas décadas se ha iniciado una especie de fobia hacia este producto. Y es que muchos consideran que puede ser nocivo para la salud. Pero ¿por qué ahora?
Para responder esto nos tenemos que volver un poco atrás en el tiempo, más o menos a la década de los 60, cuando el hombre empezó a intervenir más en la crianza natural de la res.
En la actualidad se aplican en algunos casos técnicas de crianza que permiten que la vaca produzca más leche. Algunas de estas técnicas incluyen los cambios en la alimentación o los tratamientos con hormonas. Esto ha llevado a mucha gente a pensar que esta leche no es de calidad y que es mala para la salud.
Sin embargo, dichas técnicas han pasado controles de calidad previos a su aplicación y se ha demostrado que su uso es seguro para la salud humana.
Es más, en toda la Unión Europea se dispone de una política de seguridad alimentaria. Así, antes de que cualquier producto pueda ser comercializado, debe pasar rigurosos controles para garantizar que no es perjudicial para la salud humana.
Por eso, puedes estar tranquilo. La leche y los productos que compras en el supermercado y en establecimientos especializados (al menos en Europa) no son nocivos para la salud. Otra cuestión es la leche cruda, comprada de manera dudosa.
Esta, al no haber sido pasteurizada, contiene microbios dañinos que nos pueden provocar enfermedades. Por eso, nunca debemos tomar leche sin pasteurizar. Puede que pensemos que esta es más “sana”, pero nada más lejos de la realidad.
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Mitos sobre la leche de vaca
Como has visto, la leche de vaca no es mala para la salud. Es más, esta contiene numerosas vitaminas y nutrientes necesarios para nuestro cuerpo. Por eso, no dudes en incluirla dentro de una dieta equilibrada.
Ahora bien, somos conscientes de que durante años han circulado informaciones falsas acerca de enfermedades provocadas por el consumo de leche de vaca. Hoy queremos mostrarte las más habituales para que compruebes que carecen de evidencia científica. ¿Empezamos?
Migraña
Una de las enfermedades que se asocia con el consumo de leche de vaca es la migraña. Sin embargo, no hay estudios que demuestren dicha afirmación. Además las causas de esta dolencia no están todavía claras, por lo que no se pueden asociar a la leche.
Por otro lado, es cierto que el consumo de ciertos alimentos en exceso puede desencadenar ataques de migraña en las personas propensas. Sin embargo, entre estos alimentos no encontramos la leche de vaca sino: el alcohol, el café, los alimentos salados o procesados, los quesos maduros…
Estreñimiento
En el caso de este problema sí es cierto que la leche de vaca puede provocar estreñimiento, pero a las personas que son intolerantes a la misma. De hecho, varios estudios muestran que los niños con intolerancia a la lactosa suelen ser más propensos al estreñimiento.
Por lo tanto, si no eres intolerante, tranquilo, estás a salvo. Y si lo eres, tranquilo también, simplemente deja de tomar este producto y añade fibra a tu dieta.
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Cataratas
Algunos estudios relacionan el consumo de leche de vaca con la aparición de cataratas. Sin embargo, ninguno de ellos data de este siglo, el más reciente es de los años 70. En la actualidad, no hay ningún estudio que permita avalar dicha afirmación.
Es más, las investigaciones recientes muestran que la aparición de cataratas estaría más ligada a factores genéticos. También se relaciona con algunas afecciones oculares, ciertas enfermedades como la diabetes y el consumo prolongado de determinados medicamentos. Pero no con la leche de vaca ni con la dieta.
Fatiga crónica
Existe la creencia de que el consumo de leche de vaca favorece la aparición de fatiga crónica. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Un estudio publicado en 2016 en la revista Acta Paediatrica muestra que los jóvenes que padecen fatiga crónica suelen ser más propensos a ser intolerantes a la lactosa y su consumo agravaría sus síntomas. Por lo tanto, la leche de vaca en sí no produce fatiga, solo si eres intolerante a la lactosa, en cuyo caso ya no deberías tomarla desde un principio.
Reacciones alérgicas
Esta enfermedad sí viene provocada por el consumo de leche de vaca y, si eres alérgico a la misma, deberías evitar su consumo.
Pero es importante matizar que esto no es culpa del modo en que se ha criado la vaca. Aunque tomaras leche no producida con estos procesos te sentaría mal igual. No es que desarrolles esta alergia debido a sus componentes “artificiales”.
Todas las alergias alimentarias reales tienen como causa un mal funcionamiento del sistema inmunitario. Si tienes alergia a la leche, el sistema inmunitario identifica algunas proteínas de leche como perjudiciales, lo que provoca la producción de anticuerpos. Esto hace que aparezcan los síntomas más comunes de una alergia: ronchas, hinchazón, vómitos…
Si este es tu caso, elimina la leche de vaca de tu dieta. Además, te aconsejamos que acudas a tu médico para hacerte una prueba de la alergia y que este te diga los pasos a seguir.
Sangrado gastrointestinal
No hay ningún estudio que relacione el consumo de leche de vaca con el sangrado gastrointestinal. Es cierto que si eres intolerante, el consumo en exceso de lácteos puede producirte malestar gastrointestinal, como diarreas o gases, al igual que cualquier otra intolerancia. Sin embargo, el sangrado no se contempla entre sus síntomas.
En cualquier caso si sospechas que puedes ser intolerante a la lactosa, te recomendamos que reduzcas el consumo de lácteos lo máximo posible (en todas sus formas) y que acudas al médico cuanto antes.
Conclusión
Podríamos seguir desmontando mitos acerca de enfermedades que se relacionan con el consumo de leche de vaca. Y es que la lista es larga y algunas son tan inverosímiles como el autismo, la esclerosis o los trastornos de sueño.
Lo que debes saber es que la leche de vaca en principio no es mala para tu salud a no ser que seas alérgico o intolerante a la misma. En estos casos, te recomendamos eliminar o reducir su consumo. Debes acudir siempre al médico para que te diagnostique. Además, seguro que tiene recomendaciones de sustitutos de la leche animal. Sin embargo, si no te encuentras en esta situación, no dudes en incluir la leche de vaca en tu dieta.
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